La Última Reliquia de Aztlan..(volumen 1)

Capítulo 9: El Sol Negro y la Última Trampa.

​Escena: Chichén Itzá, Yucatán. La explanada del Templo de Kukulcán. El crepúsculo. Faltan minutos para la alineación del "Sol Negro".
​Ethan y Zara estaban agachados detrás de una roca en el borde de la explanada principal. La pirámide de Kukulcán se alzaba frente a ellos. En la cima, un grupo de figuras oscuras se movía: Sterling y sus principales agentes, esperando el eclipse.
​—Mira —susurró Zara, señalando el Templo de los Guerreros, a la izquierda—. Hay un pequeño destello. Es un visor óptico. Alistair está en la cima.
​—Si vamos juntos a Kukulcán, nos volará la cabeza. Tenemos que separarnos —dijo Ethan, revisando el rifle de asalto que tomó del campamento—. Tú vas a Sterling. Yo me encargo de Alistair.
​—¿Con qué? ¿Con un rifle que ni siquiera sabes usar? —protestó Zara.
​—No voy a dispararle. Voy a ser la distracción. Alistair es un tirador orgulloso. Necesita un objetivo.
​El Plan del Cebo.
​Ethan sacó del rifle un flare de bengala verde que los agentes de la Corporación usaban para señalar posiciones.
​—En cuanto el eclipse comience, habrá suficiente luz para que Sterling active el nicho. Tú tienes que estar allí. El códice y el polvo de obsidiana están en tu mochila.
​—Ethan...
​—Si yo soy el cebo, él concentrará el fuego en mí. Tú tienes que usar mi distracción para escalar. En el momento en que escuches tres disparos seguidos, significa que el plan está en marcha.
​Zara asintió, sus ojos llenos de miedo, pero lista para la acción. Sacó su Glock.
​—Buena suerte, Profesor.
​—Tú también, Agente.
​[El Inicio de la Acción]
​Eran las 6:30 PM. El sol se hundía rápidamente en el horizonte, y el aire se puso frío. El cielo sobre el templo se oscureció de forma antinatural: el inicio del Sol Negro.
​Ethan se lanzó hacia el centro de la explanada, corriendo en zig-zag.
​—¡Hey, Alistair! ¡Me debes un traje nuevo, traidor! —gritó Ethan, sabiendo que su voz llevaría el viento.
​Un instante después, el sonido de un rifle de precisión rompió el silencio. ¡CLACK! La bala impactó justo donde Ethan había estado un segundo antes, levantando una nube de polvo. Ethan se lanzó hacia el centro de la explanada, gritando para atraer el fuego de Alistair Davies. Un disparo de francotirador impactó donde él había estado.
​—¡Es hora de la función de luces, traidor! —gritó Ethan.
​[El Cebo en la Sombra]
​Ethan activó la bengala verde, que ardió con un resplandor cegador. La lanzó al centro de la explanada. Luego, corrió como un rayo hacia la Plataforma de las Águilas y los Jaguares, un montículo bajo con pilares de piedra que contenían relieves antiguos.
​¡CLACK! ¡CLACK! ¡CLACK!
​Tres disparos resonaron desde el Templo de los Guerreros. Alistair estaba apuntando al centro de la luz, intentando desintegrar el flare y eliminar el señuelo.
​La luz intensa del flare y las sombras largas creadas por los pilares de la Plataforma hicieron que la visibilidad fuera un infierno para el francotirador. La luz verde se mezclaba con la oscuridad del atardecer.
​[El Movimiento de Zara]
​Al escuchar la secuencia de tres disparos, Zara Khan supo que era su momento. Mientras Alistair concentraba su fuego en el señuelo y se frustraba por las sombras proyectadas por la Plataforma, Zara emergió de la oscuridad de la selva y comenzó a escalar la pirámide de Kukulcán.
​No usó la escalera central. Se movió por las grietas laterales, su cuerpo flexible de ex-agente de campo encontrando agarres entre las piedras milenarias.
​[La Carrera en el Templo]
​En la cima de Kukulcán, el Profesor James Sterling y su equipo estaban ocupados.
​—¡El Sol Negro, Señor! ¡Está cayendo la sombra! —gritó un agente.
​La sombra del Templo de Kukulcán, proyectada por el sol en el punto exacto del eclipse, se alargó y se movió con precisión milimétrica sobre la explanada, hasta que su punta tocó la entrada de la cámara secreta en la base del templo.
​Sterling, con una sonrisa demente, se movió hacia el nicho. Él no esperaba que nadie llegara vivo a la cámara. ​El flare verde cegaba a Alistair Davies. Frustrado por no poder fijar a Ethan Hayes en el laberinto de sombras de la Plataforma de las Águilas y los Jaguares, el francotirador tomó una decisión fatal.
​Alistair abandonó su puesto en el Templo de los Guerreros. Sabía que debía neutralizar a Ethan para permitir que Sterling trabajara sin interferencias.
​—¡Cobarde! ¡Sal y pelea, Profesor! —gritó Alistair mientras descendía rápidamente por las escaleras de piedra.
​[El Enfrentamiento Desigual]
​Alistair llegó a la explanada. Estaba furioso. Vestía uniforme táctico, lo que lo hacía superior en fuerza y equipamiento.
​Ethan, sin más municiones para el rifle de asalto, lo soltó. Solo tenía sus puños y su ingenio.
​—Te vendiste por dinero, Alistair. ¿Valió la pena traicionar a Zara? —dijo Ethan, dando vueltas alrededor de un pilar de piedra.
​—Ella eligió la causa equivocada. Y tú, Ethan, elegiste la muerte.
​Alistair se lanzó, usando la culata de su rifle como porra. Ethan esquivó, sintiendo el roce del aire.
​Ethan no podía ganar en una pelea justa. Usó su entorno. El relieve de la Plataforma de los Jaguares estaba lleno de cabezas de piedra sobresalientes.
​[La Jugada del Arqueólogo]
​Cuando Alistair cargó de nuevo, Ethan se agachó. No para golpear, sino para tomar un fragmento de piedra pómez del suelo.
​Alistair le dio un golpe en el hombro, haciéndolo caer. El francotirador levantó el rifle para rematarlo.
​—¡Adiós, Profesor!
​En ese instante, Ethan usó el fragmento de piedra. La lanzó no al rostro de Alistair, sino a los cables de seguridad que el equipo de Sterling había tendido en la explanada para iluminar el sitio. El cable se cortó con el impacto.
​La explanada se sumió en una oscuridad casi total, solo rota por la luz del flare verde que se estaba apagando y la silueta del Sol Negro en el cielo.
​Alistair, desorientado por el repentino cambio de luz, vaciló.
​—¡Maldición!
​Ethan se levantó y lo golpeó con todas sus fuerzas en la barbilla. Alistair cayó inconsciente junto al pilar, neutralizado.
​[El Nicho Final]
​La distracción había funcionado. Ethan miró hacia el Templo de Kukulcán. Vio la sombra del eclipse, la punta del Sol Negro, cayendo justo sobre el nicho.
​En la base del templo, James Sterling estaba frente al nicho, con sus agentes a su alrededor. Zara había llegado a la cámara secreta.
​—¡La Reliquia es nuestra! —la voz de Sterling resonó en la oscuridad.
​Ethan corrió hacia el templo, sin aliento. Zara estaba luchando en la entrada de la cámara, tratando de detener a Sterling.
​—¡Zara! ¡El polvo de obsidiana! —



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En el texto hay: accion, , misterio

Editado: 10.12.2025

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