La Última Sombra

10. Antes de Morir

 

El amanecer del día siguiente fue un tanto más tranquilo, sin alarmas, ni luces prendiéndose y apagando. Aun así, Kaebu no había podido dormir bien. Cuando apenas lograba hacerlo, su mente se empeñaba en recordar lo cerca que estuvo de morir, por lo que terminaba abriendo los ojos en mitad de la noche, se quedaba mirando el techo, sin saber qué hacer.

Tampoco había logrado reunir el valor suficiente para continuar con su lectura, por lo que estar acostado en el lecho, no hacía más que desesperarlo aún más. Cuando despertó por cuarta ocasión, fue el límite que soporto, necesitaba salir de aquel lugar, se vistió con sus ropas, por simple casualidad vio el iPod y recordó lo tranquilo, lo relajante que era escuchar aquellas canciones, por lo que lo cogió y abandono la habitación.

Subió hasta la sala de control, se la encontró vacía, aquello era lo que se esperaba, la gran mayoría de personas deberían estar durmiendo, o por lo menos las normales, o eso pensaba Kaebu. Salió a la fría mañana, la luz apenas si era un mito, aunque fue suficiente para que lograra caminar hasta un extremo del barco, recargó sus brazos contra la barandilla de protección, admiro por algunos minutos el agua oscura debido a la poca luz, y hasta llegó a pensar que se veía más hermosa así.

Tardo un poco en desenredar sus auriculares, cuando lo consiguió, los introdujo en sus orejas, encendió el aparato, apretó el botón de en medio y dejo que la melodía se apoderara de todo su cuerpo.

—Un día más, en su soledad —cantaba por lo bajo la canción que comenzó a reproducirse—, el loco de la colina inmóvil sonreirá. Ya nadie quiere escucharle, piensan que solo es un loco más. Más no parece importarle, ser el loco del lugar. Cuando el sol va caer, en sus ojos se ven, los planetas girar.

Abrió sus azules ojos por quinta vez, la culpa que se había apoderado de su pecho, no parecía estar dispuesta a abandonarla por más que ella lo ignorara.

‹‹¡Eres una idiota!››, terminó reprimiendo su grito con la ayuda de su almohada. Ahora que lo había pensado con más tranquilidad, se dio cuenta que aquel muchacho realmente se había acercado para hablar con ella, quería conocerla, y que había hecho ella, ignorarlo y tratarlo mal. Cada vez que cerraba los ojos, lograba ver aquel destello azul, giraba el rostro y miraba a un Mordedor flotando a varios centímetros de ella sin vida. Sus ojos se movían hacía abajo y le era posible ver a otra persona luchando por salvar su propia vida, ‹‹él te salvo la vida, y ni siquiera pudiste agradecérselo, eres un asco de persona››.

Sabiendo que no conseguiría nada mientras continuara en su lecho, aparto las mantas, se puso en pie, se vistió con unos vaqueros, una blusa de tirantes azul cielo, encima una chaqueta de cuero para el frío, todo a juego con un par de botas.

Abandono su habitación, espero el ascensor, subió y ascendió hasta el primer piso, salió a la sala de control, aún era demasiado temprano para que alguien estuviera despierto, salió al exterior para que el frío y apestoso aire le agitara su cabellera rubia que le llegaba un poco más arriba de la cintura. Olfateo el ambiente con su pequeña nariz, y formó una mueca desagradable con sus labios un tanto carnosos.

Decidió salir a dar su caminata mañanera, aquella donde nadie la molestaba. Mientras avanzaba por el lugar, logró ver a una persona cerca del barandal de protección. Por instinto se agazapo, ayudándose con la oscuridad, avanzó hacia delante, cuando estuvo a un metro, logró reconocerlo, se trataba de aquel muchacho, el culpable de que no pudiera dormir.

Tomando una decisión, avanzó hacía él en total silencio. Al estar a varios centímetros, le fue posible escuchar la voz del muchacho, era tranquila, armónica, la llenaba de una extraña confianza.

‹‹Canta hermoso››, pensó al escucharlo por algunos segundos. Guiada por su voz, fue a posarse a un lado de él, Kaebu no pareció detectar su presencia ya que estaba muy concentrado en la canción y mirando la enorme extensión de agua oscura.

—¿Admirando el mar? —preguntó buscando atraer la atención del cantante.

—¿Disculpa? —exclamó Kaebu con los ojos abiertos de par en par. A Jane le hubiera gustado no interrumpirlo ya que su voz era hermosa, aun así, algo la había impulsado a hacerlo.

Al escuchar la pregunta de Kaebu, llegó a pensar que él se estaba burlando de ella, pero cuando se despojó de los auriculares, le fue posible escuchar una melodía que salía por las dos entradas, fue entonces que comprendió que Kaebu no se estaba burlando de ella, sino que realmente no le había escuchado.




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