En cuanto se percató de que el peligro había pasado, todo el cansancio le golpeo con gran fuerza, haciéndolo caer al lado del inconsciente cuerpo de Emerald Blake.
Layla, satisfecha de que su táctica hubiera funcionando, al ver desmoronarse a su compañero se apresuró a guardar su Thunder Cinco Mil, avanzó por aquel terreno llenó de muerte, se detuvo e inclinó tomando aquel extraño bastón en forma de serpiente, en cuanto sus yemas entraron en contacto con el objeto, una gran cantidad de energía corrió por todo su cuerpo, haciéndole desaparecer cualquier dolencia que la aquejara.
Sus ojos marrones se fueron a fijar en la piedra azul que la serpiente mantenía en su boca, una intensa luz le ilumino el rostro, no tuvo que pensarlo por mucho tiempo, sabía que toda la energía que había sentido provenía del Rubrek. Hasta que de pronto recordó a su compañero, por lo que apartó un poco el bastón y se apresuró a acercarse a los dos cuerpos.
—¿Te encuentras bien, compañero? —interrogó al llegar al lado de Kaebu.
—¿Si a bien te refieres a un intenso dolor de cabeza y cuerpo?, entonces sí, estoy bien —susurró haciendo un enorme esfuerzo.
—Coge esto —le acercó el bastón, Kaebu frunció el ceño, no entendió porque Layla le pedía que tocara el objeto que había sido usado para quitarle la vida, no solo en una ocasión con éxito, sino en dos—. Confía en mí, tócalo.
Kaebu levantó una temblorosa mano, no lo hizo porque confiara en Layla, sino porque le desagradaba mucho el continuar sintiendo aquel intenso dolor. En cuando sus dedos entraron en contacto con el bastón, sintió como una reconfortante energía comenzaba a recorrerle todo el cuerpo y con ella se fue todo el dolor que estuviera sintiendo.
—¿Mejor? —interrogó con una sonrisa, al tiempo que le tendía la mano. Kaebu tenía cientos de preguntas para hacerle, pero comprendió que aquel escenario no era el momento adecuado, por lo que terminó mordiéndose la lengua y aceptando la mano de Layla que lo ayudo a ponerse de pie.
—Mejor —aseguró cuando estuvo de pie. Sus azules ojos se fueron a fijar en el inconsciente Emerald—. ¿Qué haremos con él?
—Lo llevaremos de vuelta a Mictlan, lo desenmascaremos ante Argella Blake, al igual que entregaremos el Rubrek —explicó con tranquilidad—, pero es un hombre demasiado peligroso, no debemos dejarlo sin vigilancia.
Kaebu miró a su compañera sacar un pequeño artefacto de su Blacksuit, se acercó al cuerpo de Emerald, se inclinó, colocó el artefacto sobre la máscara del anciano Blake, una onda azul se esparció por toda la máscara, hasta ese momento entendió lo que Layla había hecho, ahora quien controlaba aquella máscara no era Emerald, sino Raelys.
—Kaebu... —sonó la voz apagada de Jane en su máscara—, ¿Estas allí?, ¿Qué ha sucedido?
—Estoy aquí Jane —se apresuró a responder, mientras recordaba la conversación que habían mantenido antes de que Emerald lo atacara por la espalda—. Hemos neutralizado a Emerald, ya no hay nada de qué preocuparse, id al punto de partida, allí nos encontraremos.
—Tratare —aquellas palabras no le gustaron nada, pero no pudo decir nada más, ya que Jane terminó cerrando el conducto de comunicación.
—Debemos encontrarnos con Jane y Richard —exclamó Kaebu, le lanzó una mirada de despreció ha Emerald, se dio media vuelta y comenzó a caminar por el árido lugar, solo se detuvo un poco para recoger a Guardasombras, había perdido la vaina, así que tuvo que conformarse con no haber perdido aquella espada que le había sido heredada.
Gracias a la ayuda de su máscara, le fue posible encontrar aquella escalera que había sido usada con anterioridad para poder escapar de aquella trampa mortal. Movió un poco la cabeza y su máscara pronto identifico a Ernie. Kaebu se preguntó como lo había hecho, aquel cadáver estaba abierto por el pecho, sus órganos estaban repartidos por todo el lugar, y su rostro no era más que una horrible masa de carne ensangrentada.
Sin ganas de continuar mirando aquella horrible escena, subió las escaleras llegando a la cima en cuestión de segundos, fue entonces que se preguntó: ¿Por qué en el pasado le había parecido una eternidad subirla?, negó con un movimiento de cabeza, sabía que por más que lo pensara, jamás podría tener una respuesta clara, así que decidió concentrarse en lo importante, salvar a Jane y Richard.
Recorrió el camino con pasos rápidos, mientras más se aceraba, recordó que habían hecho la última vez que estuvieron en aquel lugar.