La Última Sombra

24. Escarcha del Tiempo

 

El pantalón se deslizo sin ningún problema, se acomodó a sus piernas un poco más voluptuosas debido al arduo ejercicio que se había visto obligado a hacer. Las botas se ajustaron sin dificultades. Aquella extraña camiseta de manga larga suave por dentro y muy resistente por fuera cubrió su cuerpo en totalidad. Dejo los guantes para el final.

Buscó en la cama, allí se encontraba todo lo que iba a necesitar para su Combate de Sucesión. Se acercó y cogió un cinturón color rojo vino, era un tanto ancho y demasiado largo, lo más extraño es que no era para la cintura, sino que cruzaba su cuerpo, su función era poder llevar a Guardasombras en la espalda, listó para acceder a ella cuando fuera necesario. Tomó la espada, Kaebu no noto ni un solo cambio, continuaba siendo muy ligera y le llenaba de energía positiva, guardo a Guardasombras en su funda y se la colgó de la espalda.

Lo siguiente que observo fue la Hunter Tres Mil, la cual cogió y colocó en su pierna izquierda, fijo su atención en la Thunder Cinco Mil, ese era otro de los regalos que le había hecho su pareja, al enterarse que el combate se llevaría a cabo dentro de dos semanas, la pelirroja puso su total empeño en reparar las partes dañadas de su Blacksuit, trabajaba tan intensamente que le dio tiempo para mejorar la Thunder y transformarla en algo muy similar a la Hunter, ahora sería capaz de disparar aquella arma, ya que no necesitaba tener demasiada puntería, gracias a que Raelys le había integrado un localizador de objetivo. Kaebu hacía dos días atrás la probó con objetos en movimientos y funciono a la perfección, fue tal así que no falló ni un solo disparó. Tomo la Thunder Seis Mil (bautizada así por él) y se la colocó en su pierna derecha.

—¡La he terminado! —si giró al escuchar la voz de Raelys, ella no tardó en aparecer en la cima de las escaleras, vestía de manera sencilla, eso se había vuelto algo habitual desde que el plazo de dos semanas se hubiera anunciado, llevaba los pantalones de un pijama, una blusa de tirantes, por la forma de sus pechos intuyo que no llevaba sostén, además que tampoco lucía calzado alguno. El cabello lo llevaba amarrado en una coleta, además que detecto ojeras debajo de sus hermosos ojos verdes al igual que gotas de sudor en su rostro, algo que ciertamente no le gusto a Kaebu, no quería que cogiera alguna enfermedad por su culpa—. Le he dado un toque personal, ¿Qué te parece?

Haciendo a un lado su sentir, ya que la pelirroja lo hacía todo para ayudarlo, lo menos que podía hacer, era hacerla sentir mal con sus pensamientos, cogió la máscara que le tendía y la observo. Con una rápida mirada comprendió que las palabras un toque personal no estaban erradas. La máscara continuaba teniendo su diseño normal, lo único que le había agregado era un círculo blanco en la zona de la frente y dos líneas que descendían cruzando por sus ojos hasta llegar a la barbilla, Kaebu no dudaba que se hubiera inspirado en las marcas que le aparecían en el rostro cuando le prestaba el cuerpo a GraanTaar.

—Es fantástica —exclamó con una sonrisa, levantó la mirada—. Te ves cansada, deberías dormir...

—No —le interrumpió—, me encuentro perfectamente bien, te ayudare en todo lo que me sea posible.

—Gracias por siempre estar allí —susurró con un extraño calor corriendo por todo su cuerpo.

Sus palabras realmente habían salido desde lo más profundo de su corazón. Cuando consiguió ganarle en dos ocasiones a su mentor Kheo McPest, la pelirroja decidió cumplir su palabra y se enfrentó a él. Kaebu quedo totalmente sorprendido, ya que Raelys se movía con demasiada soltura, sus golpes eran poderosos, además que conocía puntos del cuerpo donde debía golpear para dejar fuera de combate a su rival con rapidez, esa sorpresa fue lo que le llevó a perder en tres ocasiones, o por lo menos esa era la versión favorita de Kaebu.

Raelys no dijo absolutamente nada, simplemente avanzó hacia delante, le cogió el rostro con ambas manos y le beso.

Kaebu había olvidado cuanto necesitaba los labios de la pelirroja. Al mencionarle que tendría un combate a Mashory, él le menciono que debería abstenerse de mantener relaciones sexuales, Kaebu no quiso saber cómo es que un ser ancestral y que vivía dentro de una espada sabía lo que hacían él y la pelirroja, lo único interesante de ello fue el porqué, ya que según Mashory eso mermaba las capacidades físicas de un guerrero, por lo cual se vio obligado a abstenerse de todo ello. Algo que ciertamente no resulto muy complicado, ya que ambos estaban demasiado ocupados como para pensar en algo tan trivial como el sexo. La pelirroja centró toda su atención en reparar su Blacksuit y Kaebu en su arduo entrenamiento con Mashory. En ocasiones hasta se vio en la obligación de prepararse su propia comida, en su primera oportunidad hizo un desastre, por lo cual Raelys le prestó un libro donde venían recetas para preparas comida de manera sencilla, lo único que tenía que hacer era seguir las instrucciones al pie de la letra. Algo que ciertamente puso en juego su determinación fue Raelys y su poco pudor, ya que en ocasiones salía totalmente sudada de su habitación, solo mencionaba que necesitaba un baño y mientras caminaba hacía al cuarto de baño se iba desnudado, Kaebu sentía que merecía un premio por evitar lanzársele tal cual una bestia sobre su presa.




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