HANNAH
Jared y yo entramos en un bar ruidoso y lleno de gente. Inmediatamente, me pongo tensa.
—¿Realmente crees que este es un lugar apropiado para un niño?— le pregunto, mirando a Luke, quien está sentado a mi lado, jugando con sus juguetes.
—Relájate, Hannah— dice Jared con una sonrisa. —Luke está seguro conmigo.
—No estoy segura de eso—respondo, mirando a mi alrededor con desconfianza. —Soy policía, ¿recuerdas? Si veo algo sospechoso, tendré que intervenir…
Sonó como una advertencia seria y a él le dió igual.
Jared parece divertido por mi reacción y se inclina hacia mí.
—Estoy seguro de que podemos resolver cualquier problema juntos— dice, y me guiña un ojo.
De repente, siento una punzada en el estomago al pensar en Jared coqueteando conmigo y me aparto de él. No debía hacerme muchas ilusiones, era un mujeriego de manual. Esa aura de boxeador roto atraía un montón de mujeres pero a mi no.
—No seas tan presumido— respondo con una risa forzada.
Luke nos mira con curiosidad, ajeno a nuestra conversación. Me inclino hacia él y le susurro: No te preocupes, Luke, todo estará bien.
Jared y yo seguimos discutiendo mientras bebemos nuestras cervezas. A pesar de mis objeciones, debo admitir que estoy disfrutando de la conversación y de la compañía de Jared.
Pero cuando veo a un grupo de hombres sospechosos acercándose a nuestra mesa, mi instinto policial se activa y me pongo alerta.
—Jared, tenemos que irnos ahora mismo—le digo, poniéndome de pie y agarrando a Luke de la mano.
Jared parece sorprendido, pero me sigue hacia la salida. Una vez fuera, me giro hacia él y le digo con burla: Gracias por llevarnos a un lugar tan seguro.
Jared me mira con una sonrisa pícara.
—Siempre estoy aquí para proteger a mi sobrino y a su tia favorita— dice, y me da un guiño.
Observé cuidadosamente al grupo de hombres sospechosos que se acercaban a nuestra mesa. Eran cuatro hombres jóvenes, vestidos con ropa oscura y con actitud intimidante. Uno de ellos tenía tatuajes visibles en el brazo.
—¿Qué pasa, Hannah? —preguntó Jared, notando mi preocupación.
—No me gusta la pinta de esos tipos —respondí en un tono bajo.
Los hombres se detuvieron a unos metros de nuestra mesa, mirando en nuestra dirección con una expresión desafiante en sus rostros. Me di cuenta de que estaban armados y de que probablemente no tenían buenas intenciones.
—Deberíamos irnos de aquí —dije, levantándome de mi silla.
—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó Jared, confundido.
—Mira a esos tipos. No me gusta su actitud. Como policía, tengo que estar alerta a cualquier señal de peligro —respondí, tratando de mantener la calma.
Jared se dio cuenta de la gravedad de la situación y se puso de pie junto a mí. Los hombres se acercaron aún más, rodeando nuestra mesa.
—¿Qué quieren? —preguntó Jared, tratando de mantener la calma.
Uno de los hombres se inclinó hacia delante, poniendo sus manos en la mesa.
—¿Estás buscando problemas, chico? —dijo con una voz grave y amenazante.
—No queremos problemas, solo queremos disfrutar de nuestra noche —respondió Jared, tratando de calmar los ánimos.
—Entonces, ¿por qué no se van de aquí? —dijo otro de los hombres, con una sonrisa irónica en su rostro.
—Porque estamos pagando por estar aquí, así que tenemos todo el derecho a quedarnos —respondí yo, poniéndome en medio de la discusión.
Los hombres se miraron entre ellos, pareciendo considerar sus opciones.
—Gracias por protegernos, Hannah —dijo Jared, con una sonrisa sarcástica cuando uno de ellos le propina un puñetazo a lo que él se defiende sin despeinarse.
Los hombres parecían estar bien entrenados en artes marciales, y no se detenían ante nada. Agradecí estar con Jared.
Uno de ellos se abalanzó sobre mí, y tuve que esquivar su golpe con rapidez. Jared estaba luchando con otro hombre, y ambos estaban intercambiando puñetazos y patadas.
La pelea se intensificó, y pronto había más hombres involucrados en el combate. La adrenalina corría por mis venas mientras luchaba con todas mis fuerzas para defenderme y proteger a Jared y a Luke.
Los hombres eran fuertes y agresivos, pero estábamos determinados a no dejarlos ganar.
De repente, vi a Luke corriendo hacia la puerta, tratando de escapar de la pelea.
Me di cuenta de que tenía que protegerlo a toda costa, y corrí tras él. Pero en ese momento, uno de los hombres me agarró por detrás, sujetándome con fuerza.
—¡Suéltame! —grité, luchando para liberarme de su agarre.
Jared se volvió hacia mí, preocupado, pero no podía dejar de luchar con el otro hombre. Me di cuenta de que estaba sola en este momento y tenía que encontrar una manera de salir de esta situación por mi cuenta. Con todas mis fuerzas, logré liberarme del hombre que me sujetaba y corrí hacia Luke.
—¡Luke! —grité, agarrándolo de la mano. —¡Tenemos que salir de aquí ahora mismo!
Mientras corríamos fuera del bar, pude sentir el fuego en mi espalda y el humo en mis pulmones. Luke estaba temblando en mis brazos, asustado por todo lo que acababa de pasar.
Jared corría delante de nosotros, guiándonos hacia la seguridad. Aunque todavía estaba furiosa por su comportamiento imprudente, no podía evitar sentirme agradecida de tenerlo allí para protegernos.
Finalmente, llegamos a un callejón oscuro y Jared se detuvo para revisar si estábamos a salvo. Pude ver el sudor en su frente y las quemaduras en sus brazos, pero su rostro seguía imperturbable.
—¿Estáis bien?— preguntó, mirándonos a los ojos.
Asentí con la cabeza, demasiado abrumada para hablar. Luke se aferraba a mí con fuerza, temblando todavía.
—Gracias, Jared—dije finalmente, sin poder evitar que mi voz temblara un poco.
—Pero eso no significa que esté de acuerdo con lo que acabas de hacer.