Entonces también el chico tenía aquella atracción en donde no podía escapar con ninguna de las chicas a tener algo de sexo, porque en su cabeza se le venía la imagen desnuda de su vecina Aleisha, la rubia despampanante de la que todo el mundo hablaba. Entonces se dio por resignado, solo quería seguir viéndola por aquella ventana, escondido detrás de las cortinas solo viendo como pasaba unos segundos por la calle en dirección a su casa. Donde estaba residenciada desde algunos meses. Constantemente mantenía un carácter algo no deseado, espiar a la chica con un telescopio que daba a una de las ventanas de su dormitorio, desde el inicio no para de hacerlo. Entonces procuro que nadie más viera aquel telescopio en su casa. Solo el, sabia de su existencia. Un día Alex fue a caminar por la calle como de costumbre lo hacía. Entonces lleno las ganas de ver a Aleisha con una soda, mientras que caminaba a su casa. Constantemente deseo comprarse una moto, porque algunas opiniones de sus amigos le decían que si compraba una era mucha más fácil ligar con chicas. Buscar una estrella sería más fácil que encontrara a la mujer de sus sueños en esa calle esperándolo. No era imposible, pero tampoco era tan fácil como la gente pensaba, además para él, también se le hacía algo complicado hablar con las chicas. Todos sus amigos habían sido varones.