—Yo quiero ir a casa, a casa, yo quiero ir a casaaaa. Yo quiero ir a casa, a casa, yo quiero ir a casa.
—¡Quieren callarse ya! —Grita el guardia de turno interrumpiendo nuestro magnífico recital —Juro por Dios que si no lo hacen le meteré mis calcetines en la boca y los ataré con cinta adhesiva—Amenaza.
—¡Que agresivo!—Expresa Tiffany sacándole la lengua—Asi nunca conseguirás novia, Nadie te querrá por gruñón —Dice con énfasis.
Él se limita a bufar haciéndonos una señal obscena con las manos.
—Yo quiero ir...—Empiezo a cantar otra vez, pero soy interrumpida por un llanto incontrolable que se escucha en el pasillo cada vez más cerca de nuestra celda.
—No puedo creer me haya dicho que no—Escucho decir, y mis sentidos se ponen en alerta al conocer aquella voz.
Nos ponemos de pie a prisa al volver a escuchar a Débora gimotear.
—Anda, dímelo tú ¿No te parezco atractiva? —Prengunta al guardia que la acompaña hasta la celda en donde nos encontramos las demás —¡Es que estoy muy buena!—Exclama como ofendida —Mira, toca, toca—Coloca las manos del guardia sobre sus pecho y nosotras nos miramos sorprendida a excepción de Tiffany quien la ve con una sonrisa en el rostro. —Son mías, naturales, mira mis glúteos también lo son— Intenta que el vigilante toque sus glúteos pero éste se aleja asustado.
—Si, si señorita, es muy notable—-Afirma el hombre.
—Entonces ¿Por qué me dijo que no?—Pregunta, y yo estoy que me muero de la curiosidad—Es más, él se lo pierde—Asegura girando hacia donde nos encontramos para volver a echarse a llorar.
El guardia abre la puerta haciendo que entre, y cierra para luego salir prácticamente corriendo.
Su mirada recorre todo el interior de la celda hasta reparar en mí, corre al lugar donde me encuentro y cuando estamos frente a frente se lanza en mis brazos y vuelve a llorar.
No sé cuando minutos pasan hasta que por fin logramos que se calme y nos cuente que ha pasado. Miles de cosas pasan por mi mente, desde torturas hasta extorsión, sin embargo, ninguna de ellas se acerca a lo que Débora nos cuenta.
—Le acabo de pedir matrimonio a nuestro abogado —Dice con un semblante tan serio que asusta —Y él muy cobarde me dijo que no se puede casar conmigo—Ahora su expresión es de indignación — Dime ¿Quién no querría casarse conmigo? Solo mírame—Se señala.
—Quien lo iba a pensar Samantha, tu ego encontró a su medía naranja—Dice Valery con burla—Aunque no sé si podría durar mucho esa relación por eso de que los polos iguales se repelan—Su sonrisa divertida me hace querer golpearla.
—Ja, ja, muy graciosa—Digo enseñándole la perfecta manicura de mi dedo medio.
—Pero, lo que dices es absurdo—-Escucho decir a Nathali haciendo que vuelva prestarle atención a Débora.—¿Cómo es que quieres casarte con alguien que apenas conoces?
—La santa tiene razón —Habla Tiffany. Desde que la vio no ha dejado de llamarla así, y es que todavía nos preguntamos como es que una chica que parecer un ángel fue a relacionarse con el demonio que es Josh Mathew.
—Ya deja de llamarme así —Pide, y es que no es capaz ni de alzar la voz.
—No—Es toda la repuesta de Tiffany.
-—Débora, explícanos ¿Qué te llevó a pedirle matrimonio a nuestro abogado ?—-Le vuelvo a preguntar.
—Es que vi que tenía un ejemplar de "Persuasión" en su maletín que me dejó hechizada, y entonces por varios minutos hablamos de Jane Austen y sus obras célebres, no lo resistí más, le pedí que se case conmigo, el resto es historia.
—Ok, deja ver si entendí, le pediste a un hombre que conociste hace de media hora más o menos matrimonio porque cargaba con un libro de Jane Austen en su maletín ¡Definitivamente debes de estar bromeando!—Exclamo pasándome la mano por el cabello.
—¡Tu no lo entiendes!—Me grita—-Es "Persuasión" mi libro favorito en el mundo, escrito por mi autora favorita en el mundo ¿Cuándo volveré a encontrar a alguien que tenga tan buenos gustos literarios como los míos? Existe la posibilidad de que tenga que mudarme a otro planeta para conseguirlo.—Finaliza haciendo un puchero ridículo.
Si maté a alguien y estoy en la cárcel, y vuelvo a matar a alguien pero dentro de la cárcel ¿Me condenarán por una víctima o por dos? Porque me estoy replanteando seriamente en asesinar a Débora.
—Y yo que pensé que tu eres la dramática —-Dice Tiffany provocando que la fulmine con la mirada, esta situación ha logrando que pierda la paciencia.
—Está bien, lo comprendo, pero por favor dime que al menos lograste que nos sacará de aquí —-Digo dejando salir mi calma interior.
—Es que eso es lo peor del caso—-Se encoge de hombros—-Después que logró librarse del abrazo al que lo tenía sometido salió corriendo gritando que debió hacerle caso a su padre y dedicarse al negocio familiar.
Todas la miramos seria por varios segundos y sin aguantarlo más estallamos en carcajadas.
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