—¿Quién es él?—Pregunta Valery igual de impresionada que las demás.
—Tú futuro cuñado—Expreso encogiéndose de hombres—¿Verdad que daremos hijos hermosos?—Pregunto entusiasmada, y las demás chicas me observa quizás preguntándose si estoy bromeando o diciendo la verdad.
—Creo que viene hacia acá —Comenta Nataty casi hiperventilando. Giro mi rostro para confirmarlo.
—¡Hola, Caperucita!—Susurra al llegar y detenerse a mi lado con una sonrisa juguetona en sus labios haciéndolo ver mucho más guapo.
—¿Puedo sentarme con ustedes?—Pregunta dirigiéndose a las chicas—Se supone que mi primo estaría cerca para darme la bienvenida y no dejarme solo en un lugar desconocido para mi, sin embargo hace unas horas que no lo veo y dudo que aparezca en mucho tiempo—Habla con naturalidad.
—Claro, puedes sentarte—Miro a las chicas, y éstas asienten de acuerdo.
—¿Eres consciente de que posiblemente nuestros cuerpo aparezcan mutilados en algún barranco mañana?—Pregunta Débora cuando él se dispone a tomar un bocado de su hamburguesa provocando que se detenga a mitad de camino—¡No me mires así!—Media cafetería, perdón, reformulo, media población femenina de la que se encuentra en la cafetería está planeando cuál sería la forma más dolorosa de matarnos sin dejar huellas, por lo que nuestras muertes estarán en tu conciencia, eso sin sumar el hecho de que la otra población masculina buscará la forma de hacerte pagar por quitarle el privilegio de disfrutar de nuestra inigualable belleza—Explica provocando la carcajada de Ramsés
—Creo que acabo de mojar mis bragas—Le susurro a Valery quien se encuentra al lado mío.
—Creo que yo también —Me susurra de vuelta.
—Oye, ten cuidado que es tu cuñado—Golpeo su hombro.
—Pero es que él...
—Lo sé —La interrumpo.
—¡Hey, Caperucita! Tus amigas son muy divertida—Interrumpe mi conversación con Valery.
—Tu también lo sería si no estuviera tanta ropa puesta—Dice Tiffany con una sonrisa traviesa en su boca—Levanto mi cubierto hacia ella señalandola dándole a entender que la única que lo verá sin ropa seré yo ¿Qué parte de que es el futuro padre de mis hijos no han entendido?—¡Calma fiera!— me sonríe .
El almuerzo continúa en ese mismo ambiente, con propuestas indecentes, insinuaciones descarada, y palabras mal sonante.
Resulta que Ramsés también es dominicano al igual que Valery y yo, y hace dos años que vino a vivir acá con su padre y hermana, estudió teatro en bellas artes y decidió tomar unas clases también aquí para seguir perfeccionando su técnicas y expresiones, descubrí que estaremos compartiendo ciertas asignaturas juntos, y no sé que tan buena idea sea eso para mi bragas y corazón.
—Chicas, gracias por permitirme almorzar con ustedes, me ha encantado conocerlas, a ti también Caperucita, me gustaría poder seguir compartiendo con ustedes—Comenta sin dejar de mirarme.
—¡Primo! —Grita una voz a mis espalda, haciendo que todas nos tensemos al reconocerla.—Al fin te encuentro—Comenta al llegar hasta donde estamos y palmear la espalda de Ramsés.
—¿Realmente me buscaste?—Le pregunta Ramsés en tono divertido.
—Recuerda. No pregunte si ya conoces la respuesta—Niega con la cabeza con una sonrisa.
Las chicas y yo permanecemos completamente en silencio durante su intercambio.
—Permíteme presentarte a las chicas más hermosas y divertidas que he conocido —Ambos giran hacia nosotras provocando que todos quedemos de frente.—Ellas han hecho el trabajo que debiste hacer tú —Le reprocha con diversión.
—Ellas son Nataty, Tiffany, Débora, Valery, y Samantha. Chicas él es mi primo Josh Matthew. —Nos presenta.
Un silencio tenebroso se hace presente entre nosotros, tengo la sensación que en cualquier momento la niña del pozo puede aparecer y convertir esta escena en la película de Terror más abrumadora de la historia. Josh observa a cada una de las chicas que su primo le ha presentado, y sus ojos se abren al punto de salirse de sus orbita al reconocerlas.
Reacciono y comienzo a recoger nuestras cosas de la mesa con la excusa de que llegaremos tarde a nuestra próxima clase, pellizco a Débora disimuladamente y ella se encarga de hacer lo mismo con las demás trayéndola al presente. Ya con todo recogido caminamos fuera de la cafetería pero soy detenida por una mano sujetando mi antebrazo.
—¿Podemos almorzar junto mañana otra vez?—Pregunta Ramsés, miro de él a su primo, y al final termino negándome.
—No creo que sea posible—Es lo único que digo para salir con prisa de allí y darle alcance a las chicas, éstas me esperan al inicio de las escaleras.
—Era demasiado bueno para ser cierto—Expreso al llegar a su lado. Ninguna se atreve a decir nada. Lo único que deseo en este instante es terminar las clases e irme a casa para ver "Dos hombres y medio" Charle Sheen siempre logra alegrarme.
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Por la noche subo otro capítulo.