La Venganza de la Rechazada ( Mate del alfa )

CAPITULO 11

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KATHERINE

La semana que pase con Eduard fue algo interesante, mayormente se encargaba de vigilar las zonas y visitar los pueblo alejados para saber como estaban todos en su manada. Era muy bien recibido por todos, y los niños y ancianos se acercan sin miedo, lo trataban como si fuera uno más de ellos.

Había descubierto la calidad de personas que eran en ese lugar, yo jamás habia podido salir del palacio por tanto tiempo, solo confiaba en los datos que me daban y creía que hacia lo correcto solo mandándoles lo necesario, pero Kiliam se hacía cargo tanto como Alpha y como Luna porque yo aún no asumía el cargo.

 Pasaron los días y las noches necesarias, pronto tenía que regresar solo por una razón, quería traer a Gracie conmigo. 

Había escuchado rumores de que el Alpha Kiliam había estado feliz últimamente. Mis intenciones a mi regreso serian, pedirle a Kiliam como máxima autoridad que anulara nuestro matrimonio, solo se podía hacer por traición o por una aceptación de ambas partes. 

Eduard me escolto hasta las fronteras de mi pueblo y nos demoramos al despedirnos. Camine por el bosque hasta llegar a la mansión.

Al ingresar me di con la sorpresa que todos los sirvientes estaban ayudando con los preparativos y adornos en el vestíbulo.

Sofía bajo casi de puntillas las escaleras.

—Estoy embarazada—Anunció su gran noticia.

Se podía calcular que su vientre tenía más de cuatro meses, así que no pudo ser resiente.  Me limité a decir y subir las escaleras

—Felicidades— Me limité a decir y quise pasar por su lado hacia mi habitación.

Pero mi vestido se quedó atascado en sus manos haciéndome caer y con ellos ella también. Por suerte solo eran cuatro escalones.

Me puse de pies en cuanto recuperé el equilibrio, pero Sofía no paraba de gritar. Pedí que el médico viniera, y le trate de levantar y hacerla sentar en la silla.

—¿Qué paso? — Pregunto este, revisando el pulso

—Se resbaló de las escaleras —

—No es cierto, me empujaste — Se quejó y agarro su estómago. — Si lo pierdo será culpa tuya.

—¿De qué hablas, ni te toque? —

—No te hagas la inocente, tengo testigos; ya verás cuando se entere Kiliam—

Mi primer día regresando ya tenía problemas, era un dolor de cabeza, subí a mi habitación y no encontré a Gracie. Así que baje hacia las habitaciones de los asistentes y la busque, pero no había.

—¿Sabes dónde está Gracie? — Pregunte a una de las que trabajaba en la cocina.

— Se le acusó de ladrona, según la dama Sofía; ella estaba en su habitación — Se detuvo secándose las manos. — Le torturaron varias veces para que admitiera quién le dijo que hiciera eso, pero al no mencionar palabras la expulsaron de la manada.

Mi cara se tornó pálida, Gracie tenía al menos unos cuarenta años; ella trabajaba desde que era una adolescente, sus padres la habían vendido y así llegó a parar a la mansión, jamás la escuche quejarse de su vida, según ella tenía tantos hermanos que cuando la vendieron se alegró porque al menos su familia mejoraría económicamente. Llevaba años conmigo y la consideraba como una madre para mí.  

—¿Cuándo sucedió eso? —

—Ayer por la noche, Luna—

Agache la cabeza de agradecimiento y salí corriendo de la cocina.

—Katherine, ¿Qué significa esto? — Grito la voz de Kiliam pero seguí corriendo.

Llegue después de media hora a las colinas que guiaban hacia la manada de Sur. Ahí era donde los expulsaban.

Ingrese con mucho cuidado al territorio ondeado. Busque entre los cuerpos botados, revise rostro por rostro.

—¡Gracie! — Exclamé al verla con ese rostro con moratones. Pero no me respondía apenas podía abrir los ojos con los golpes en su rostro.

La subí a mi espalda, mis ropas se mancharon con su sangre, estaba muy débil y solo soltaba pequeños quejidos cuando algunas ramas rozaban sus heridas. Empujé la puerta principal y subí directo a mi habitación.

—Ya me enteré de lo que le hiciste a Sofía, acaso no te preocupa que mi hijo se muera — Reclamó y solo me hice oídos sordos mientras colocaba a Gracie en mi cama.

Estaba volteado de espaldas con la mirada en la ventana y sus brazos cruzados.

—Ese hijo podría convertirse en tuyo— Informó

—¿A qué te refieres? — Le dije poniendo un trapo de agua sobre las heridas.

—Imaginemos la posibilidad de que no podamos tener un hijo, pero como mi Luna si tú adoptaras a ese niño como tuyo se convertiría en el nuevo Alpha —

—No creo estar tan necesitada de un hijo ajeno— Respondí— Además no soy estéril

Él se volteó para hablar cara a cara conmigo, pero se dio cuenta de la presencia de Gracie.

— ¿Qué hace aquí? — Dijo mirándola

— La expulsaron sin mi permiso, ella siempre me ha servido no puedo dejarla sufrir—

— Fue expulsada por varias razones—

—Pero jamás investigaste, no puedo creer que tus decisiones ahora sean influenciadas por ella, me causas lástima— Anuncie firmemente.

—¿Qué investigaste en las Tierras Oscuras? — Preguntó

— No descubrí nada, y aún descubriera algo no te lo diría, crees que puedes tratarme como un objeto cuando quieras, pero no es así —  Me revelé




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