* * * * * * * * CAPITULO 12* * * * * * * *
* * * * * * * * * CAPITULO 12 * * * * * * * * *
KATHERINE:
Me quede atónica, no quería creer que era Gracie. No podía ser ella, simplemente no quería que fuera ella. Sujete mi cabeza en desesperación, debí haberla sacado en cuanto pude; debí habérmela llevado.
—Maldito, mandaste que la asesinaran— Grite con todas mis fuerzas.— Te odio
Kiliam y Sofia se encontraban en la entrada de la puerta cuando grite. Sujete la manta flaca y la volví a cubrir. Mis lágrimas caían, pero sabía que eso no despertaría a Gracie.
Estaba muerta
— Intento envenenar a Sofía, solo hice cumplir la ley— Se excusó y ni siquiera vio el cuerpo, no había ninguna señal de remordimiento.
—Mentiroso— Exclame dando pasos hasta donde estaba él. —Ella era inocente, estaba enferma como podría haber hecho eso. La luna es testigo de que ustedes la asesinaron. —
—Todo mundo sabe que los sirvientes obedecen a sus amos, quizás podrías haberle ordenado, y ella no pudo negarse— Intervino Sofía haciéndose que aún estaba mal.
Ellos lo habían planeado y fui una tonta al no adivinar sus planes ese día. Querían deshacerse de mí y por ello utilizaron a Gracie, ya que se dudaría de sus palabras después de haber sido acusada una anterior vez.
Apreté mi mano en desesperación dejando que mis uñas perforarán un poco de mi piel. Estaba enojada conmigo misma y con ellos.
—Katherine Diafen, cometiste traición ante la manada del Oriente así que a partir de hoy se te retira el puesto de Luna y quedas exiliada sin posibilidad de redención o volver a casarte — Anunció con voz fuerte para que lo escucharan
—Lo planeaste verdad, ojalá me hubieras matado a mí; en vez de utilizarla. — Dije con la voz entrecortada de tantos gritos — ¡Mataste sangre inocente! Los mataré y nos veremos en el infierno
—Sáquenla de aquí — Ordeno Kiliam, cansado de mis palabras.
Algunos guardias me sujetaron las manos y me empujaron. Esto no sería el final, apenas era el inicio, ya no tenía nada que proteger; nadie de la manada había salido en mi defensa de que servía proteger a un pueblo igual de traidor como su Alpha.
Golpee a ambos guardias en los hombros y escape corriendo hacia el bosque. Me senté junto a un árbol esperando descansar, pero no fue así.
—Unn…. una mujer en el bosque, parece ser loba—Grito el mismo chico que apunto mi rostro con linterna.
Joder, esto no podía estar pasando. Eran los cazadores, me levanté en seguida y salí de mi escondite corriendo; hasta que llegar a la frontera Tierras Oscuras. Y cuando hube llegado a ese lugar supe que cometí un grave error. Una luz de bengala ilumino el cielo.
Los había llevado a la manada de Eduard enseñándoles el camino. Pero ni yo sabía para donde correr después de llegar a la frontera de su manada. Tenía solo una semi representación de los bosques y mi olfato me fallaba por la humedad
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EDUARD:
Ya había terminado de escribir las cartas respectivas, donde me disculpaba de mi inasistencia a las diferentes reuniones. Cuando escuche los gritos ahogados de Katherine, dentro de mí. Algo estaba pasándole, jamás debí dejar que se marchara, pero tampoco podíamos romper los acuerdos de paz.
Al diablo con eso, primero era su seguridad.
— Llama a los lobos que estén dispuestos acompañarme, iré a recoger a Katherine — Ordene a mi Beta
Pasaron cinco minutos y quince lobos decidieron acompañarme, partimos cuando ya el cielo estaba oscuro. Corrimos tan rápido que llegamos en media hora, un récord.
Al llegar a la manada tomamos rehenes para seguir avanzando hasta la mansión.
—¿Dónde está Katherine? — Exigí aun afuera de la gran casa.
La ventana del segundo piso, donde era la habitación de Katherine se abrió, peor no fue a ella a quien vi, sino al Alpha y a otra chica.
— La expulsé, ahora es una “roger”; si la introduces a tu manada asumirás las consecuencias— Me amenazó.
De un gran salto llegue hasta la ventana aprisionándolo contra la pared.
—¿Eso fue una amenaza, o solo lo supuse? — Dije mientras sacaba una de mis uñas y raspaba su rostro. —Espero que entienda la diferencia de poder que hay entre nosotros. — Termine de hacerle una herida vertical en el pómulo derecho.
Estaba por empezar a golpearlo, cuando vi una gran luz, esas que los humanos tenían para localizar su objetivo. Pero era una luz más potente y estaba justo cerca de mi territorio.
No pude controlar mis emociones que rápidamente Kiliam se dio cuenta de lo que significaba, ya era mentira ocultar mi preocupación.
—Nos retiramos — Informe saltando hacia el suelo.
—Déjenlos ir, no hay necesidad de matarlos esta noche. — Dijo aquel Alpha
Yo y mis soldados, aunque intentamos apresurar el paso, estábamos demasiado cansados, y en algún momento de la carrera tuvimos que detenernos a recuperar fuerzas. Me adelanté, ya que ellos no podían ir a mi mismo paso.
Katy se encontraba peleando con algunos hombres, me uní para defenderla, había estado entrando mucho desde aquella semana que le enseñé técnicas de defensa.
Cuando los humanos se retiraron corriendo, ella empezó a llorar.
—Es mi culpa, no sabia para donde ir así que empecé a correr en dirección a tus tierras, pero ellos lanzaron luces. —