* * * * * * * * CAPITULO 13* * * * * * * *
Habían pasado algunos días, y veía a Eduard muy preocupado, me sentía triste porque sabía que yo era parte de su preocupación. La mayoría de las noches estaba alerta y no dormía, solo se quedaba en mi habitación observando por la ventana o en el patio de la casa.
El maldito de Kiliam tenía que pagármelas, había sabido que él había ido a la manada del Oriente a buscarme, pero no sabía de qué habían hablado.
Iría a buscar información acerca de sus planes, y pediría ayuda a la manda del Sur. Espere que el cielo atardeciera y Eduard no estuviera en la entrada de la casa.
Me vestí con ropa para cazar y me puse una capa, por si tenía que transformarme u ocultarme.
—¿A dónde se supone que vas? — Interrogó Fadiam —No me digas que volverás con tu manada
—Necesito ir a ver que traman, no quiero estar aquí sij hacer nada, sabiendo que ellos en cualquier momento nos atacaran; además averiguaré una forma de destituir a Kiliam —
—La única manera de que tu manada se quede sin Alpha, es que Kiliam muera; y es muy complicado esa labor. —Resopló como si se cansara de hablar conmigo — Te acompañaré, Eduard me mataría si no lo hiciese, aunque probablemente lo haga cuando se entere.
—No necesito que me acompañes— Reclamé
—No te estoy pidiendo permiso, es mejor que avances; no me gusta perder el tiempo — Siseó — Además eres muy lenta
Gruñí, pero lo seguí por medio del bosque. Rodeamos prácticamente toda mi manada para entrar como si fuéramos de la manda del Sur u Occidente.
—Hora de entrar a la acción— Dijo Fadiam cuando logramos pasar al territorio.
Apresuramos el paso hasta llegar al centro de la ciudad, donde se suponía según los informes; Kiliam daría su discurso.
Nos colocamos como civiles y me contuve para no subir al estrado y exponer de verdad lo que estaba tramando. En realidad, Fadiam me sujetaba de ambas manos para que no se me ocurriera hacer algo que nos pondría en peligro.
_ Paz interior _ Me dije a mi misma.
— Nombro a Sofía Misell, la nueva luna de la manada; y mi esposa — Anunció Kiliam, era un idiota, apenas se había divorciado de mí y ya se estaba casando; “que romántico” — Partimos al amanecer a la manada "Tierras Oscuras"; los sorprenderemos atacaremos con fuerza, primero a los más indefensos. Daremos muerte al Alpha Eduard que se ha burlado de mí y de todos ustedes.
—Larga vida a la Luna Sofia — Grito el oficial
—Larga vida — Pronunció el pueblo.
No me atreví a levantar la mano, en señal de respeto a la decisión, y tampoco Fadiam.
— Esos dos de ahí, se ven sospechosos- Mencionaron en susurro los guardias y Fadiam me jalo, para hacerme correr.
—Ustedes dos esperen — Gritaron los tres guardias y seguíamos corriendo.
Esquivamos a las personas y entramos al bosque. Más guardias apoyaron la búsqueda, y con el olfato desarrollado sería difícil par ami esconder mi aroma que ya era conocida.
—Quédate aquí, no estoy bromeando; no me des más problemas — Me regaño dejándome detrás de un árbol para desviar a los guardias hacia donde él corría.
Volví a la plaza y después de que la función terminará, me escabullí en la habitación de Kiliam y esperé pacientemente a que él ingresará. Pasaron más de treinta minutos de espera hasta que detecté su sombra entre la luz de la noche; salí detrás de las cortinas y lo sujeté por el cuello; apuntando su vena principal con la misma navaja que me había dado.
—Si llegas a tocar a Eduard, yo me encargaré de mandarte al mismo infierno; solo atrévete y conocerás a la verdadera Katy— Amenacé
Me dispuse a retroceder unos pasos hasta la ventana y salté. Pero Kiliam también salto detrás de mí.
—Ya viste mi rostro, ese estúpido me arruinó la cara, dejándome una cicatriz; crees que lo pasaré a la ligera. — Se quejó como todo un niño corriendo con mi misma velocidad — Katy te ves tan linda molesta, es raro porque para mí ni siquiera mostrabas expresión alguna. ¿Acaso le agarraste cariño a ese lobo?
—¿Qué sucede si así es?, ahora soy libre de amar a quien desee. Ya no soy tuya, pero parece que tú no lo superas — Anuncié aun corriendo entre las ramas.
—Pobre Katy, necesitas alguien quien te proteja ya lo has olvidado —
—Parece que me subestimas, si te he concedido el honor de ganarme varias veces ha sido por piedad u obligación de mi padre, para no humillarte—
Pare de correr y lo miré fijamente de arriba hacia abajo, estaba a punto de lanzarme hacia él cuando una ráfaga de viento paso por mi lado, era muy rápido. Me estaba cargando como costal.
—Fadiam bájame — Exigí, pasaron varios minutos y él seguía corriendo— No nos está siguiendo. Ya hemos llegado a tu manada
Fadiam al menos escucho la última parte y me soltó con fuerza en el suelo, golpeándome con las piedras y tierra del suelo.
—¿En qué mierda pensabas al enfrentarlo? Es un Alpha, por la ¡Luna!; si querías suicidarte antes deberías pensarlo— Gruñó muy molesto y yo rodé los ojos — Escúchame niñita, si de esto se llega a enterar Eduard
—¿Enterarme de qué? — La voz reconocible de Eduard se escuchó entre mi pequeña amonestación que estaba recibiendo.
Virgen de la Luna protégeme. Sálvame de esto y que caiga un rayo para que me mate.