La Venganza de la Rechazada ( Mate del alfa )

CAPITULO 15

 

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 * * * * * * * CAPÍTULO 15* * * * * * * *

 

Todo estaba en la decisión de Eduard. Él necesitaba decidir si atacar o dejar que se acerquen para coordinar un tratado, sin hacer daño a los rehenes.

—Abre la muralla y dejen que pase, quisiera saber sus razones—

Aquel guardia se fue corriendo hacia la muralla, y movió la mano para que sus compañeros que estaban cerca del lugar empezaran abrir la enorme puerta.

Con la velocidad sobrehumana se acercaron hacia nosotros jalando a los humanos por el suelo. Eran cinco rehenes, tres hombres adultos y dos adolescentes, estos se encontraban atados a una misma soga y tenían la cara raspada. A mi parecer eran aldeanos comunes atrapados en el camino.

—Nos vemos de nuevo Eduard— Quien había entrado junto a otros cuatro generales aparte de los rehenes. — Katy — Se acercó un poco a mí — Se te cayó la daga cuando fuiste a verme —Dijo entregándomela.

Junté mis dedos al recibir la daga y la apreté, hasta que realizó un rasguño en mi piel.

—Cuáles son tus condiciones. —Dijo Eduard viendo a los humanos.

—La mitad de tu pueblo, o el exilio de Katherine; ella ha sido desterrada por un Alpha, así que eso es lo que exigen nuestras reglas — Siseó

—Él eligió salvar a su pueblo— Intervine — Yo estaré bien, pero procura proteger a las personas — Me dirigí hacia Eduard

—No se te ocurra Katherine —Me agarro de los hombros y me volteó—Ve a la mansión y no salgas; pase lo que pase.

—No me iré, no pondré a esas personas en peligro—Reclamé

—Katherine, ellos ya lo han planeado todo, no quiero darles el gusto de asesinarte, no te das cuenta de que él no cumplirá las condiciones de un tratado. — Me gruño, sus manos estaban sudorosas y se notaba lo nervioso que le ponía la situación — Todos estaremos bien.

Yo negué la cabeza, quizás Eduard tenía razón de que Kiliam jamás cumpliría su promesa; pero si había una posibilidad quería intentarlo.

—Ya he tomado mi decisión —Habló Eduard —Fadiam, llévatela de aquí — Le dijo a su beta y este me agarro para salir corriendo.

—Eso me alegra— Río Kiliam y ordeno con un chasquido de dedos a sus soldados. Estos soldados sacaron rápidamente sus armas y antes que alguien pudiera defender a los humanos los mataron a todos.

Fadiam seguía corriendo conmigo en manos, vi a esas personas desplomarse en el suelo, luego comenzaron a dispararse flechas y balas al aire, varios licántropos empezaron a transformarse. Parecía que aún no podía pasar la muralla, pero pronto rodearían y entrarían. Fadiam cerro la puerta y mi mente colapso de angustia por salir.

Realmente se habían aleado con los humanos y habían gastado todos los impuestos del pueblo en esas armas.

—Fadiam abre la puerta —ordené

—No puedo desobedecer su orden, tendrás que matarme si quieres salir — Dijo poniéndose en la puerta. — Por la ¡Luna!, Katherine, no arriesgues tu vida o Eduard  me acecinará 

Eduard realmente tenía súbditos muy insoportables.

—Deberías ir tu Fadiam, mi hermano puede necesitar tu ayuda— La niñita se asomó por las escaleras, por lo que me había dicho Eduard ella sufría de respirar y se agotaba frecuentemente por eso paraba adentro.

—Katherine quédate en la casa, Shime tiene razón; volveré—Dicho esto él también salió de la mansión.

Pasaron algunos minutos, se notaba que varios se habían trasformado en lobos, y había sangre en el patio verde; Eduard y Kiliam se habían introducido en el bosque así que no podía saber que sucedía, hasta que…. CRASH

El ruido se desplomó en toda la casa. Mientras pedazos filudos cortaron un poco la piel de mi brazo

El vidrio de la ventana donde estaba observando se rompió, cubrí con mi brazo a Shime, que se encontraba a mi lado agachado. ¿Qué había sido eso? _ Trate de asomarme por la ventana rota cuando otro disparo roso mi rostro y llego al cuadro detrás de mí.

Era esa arma de larga distancia con la que querían matar a Eduard, si yo hubiera colaborado con dar su ubicación. Ahora sabia o letal que era. No eran balas comunes, habían hecho que su velocidad fuera más rápida para aniquilarnos.

—Tenemos que subir hasta los pasillos— Le dije a Shime.

Por suerte los niños de las aldeas estaban atrás de la parte delantera de la mansión. Empezaron arrastrarnos de rodillas hasta las escaleras, ahora la cosa era subir.

Cogí en mis brazos a Shime y subí con velocidad las escaleras esquivando las balas. Nos escondimos en el pasillo.

—Primita…— Joder, era Sofía quien estaba en el primer piso. Disiparon salieron de aquella arma hacia todos los lados derribando y rompiendo varios adornos. ¿Cómo había podido pasar la muralla?, o ya habían derrotado a nuestros soldados. No eso era imposible, ella había rodeado toda la muralla, por eso no estaba en la mansión en la noche.

Salí del escondite y bajé las escaleras hacia ella, si peleaba a larga distancia era obvio que ganaría, pero ahora había más posibilidad hacia mí. La obligué a soltar el arma, pero al parecer era una simple pistola y no la escopeta a larga distancia. Ambas nos trasformamos y empezamos atacar el pelaje de la otra, con nuestras garras. Aprisioné sus patas haciendo que se resbalara dándome el tiempo para poner mis dientes en su cuello.




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