* * * * * * * * CAPÍTULO 16 * * * * * * * *
—Lo han capturado— Dijo recuperando la voz Fadiam — No he podido hacer nada —Expresó molesto golpeando uno de los árboles.
Ayude a Fadiam a llegar a la mansión, aunque de lejos no parecía, ya que se encontraba erguido, estaba muy lastimado por fechas y rasguños. Todos se habían retirado, como si hubieran completado su misión, abrí la puerta principal encontrándome con algunos ancianos del pueblo y los principales amigos de Eduard. Había un rastro de sangre en el suelo que provenía de Sofía, el parecer había escapado de la mansión con algunas fuerzas que le quedaban.
—¿Dónde está Eduard? — Cerrid cuando ingresamos y logre poner a Fadiam en una silla. Él solo miraba el suelo, sabía que no podía admitir dos veces.
—Lo capturaron, lanzaron una bomba de humo, y bloqueo nuestro olfato y vista. Admití.
Ellos se giraron dándome la espalada y susurraron un par de conversaciones. No parecían a gusto con mi información, pero lo aceptaron fácilmente. Se notaba en sus caras que también estaban preocupados como yo.
—Te ayudaré a llevar a Fadiam hasta donde está el doctor— Intervino Jessi.
Ella me ayudo a levantarlo de vuelta y ambas salimos del vestíbulo, para dejarlos conversar. Caminamos hasta llegar a la habitación cerca a la parte trasera de la mansión.
—Habido muchos heridos, dejemos que el doctor atienda mientras ponemos vendas— Me dijo y dejamos a Fadiam en una de las camas.
Cogimos vendas y algunas hiervas curativas.
—Temo que esto lo afecte, por eso lo protegemos tanto, Eduard tubo que sacrificar mucho, quizás lo peor que pudo pasar obtuviera un semblante frío y una mirada de culpabilidad. Apenas era un adolescente. — Murmuró mientras me ayudaba a vendar el tobillo de una señora.
—La guerra de cincuenta años estaba por concluir, habíamos perdido a nuestras mejores soldados y al padre de Eduard hace una semana, él aún seguía velando el cuerpo de su padre quien prometió volver. También se culpaba porque era quien había planificado la estrategia de ataque.
—Mikey, era el hermano mayor de Eduard, nos ganaba por cinco años; y como líder decidió pelear en primera línea la última batalla.
FLASHBACK (MIKEY)
Los trabajadores recién habían terminado de armar la muralla que nos protegía de los humanos, y estábamos a mitad del más crudo invierno. Los pobladores apenas conseguían leña fresca, estaba pensando en un material para que nos pudiera durar la leña, y lo conseguí. Elaborando carbón sería más útil mantener nuestros árboles, poseíamos las mejores tierras abundantes en materiales, pero necesitábamos primero hacer sobrevivir a nuestra gente.
—No sé si el plan funcione, si los atraemos a todos hasta nuestros territorios, puede que sean varios y no podamos controlarnos, pero si funciona, después de eso taparemos todo rastro de nuestro pueblo y los protegeremos. —
—Hermano, ten fe más en ti mismo, no puedes dudar de tus capacidades— Le amonesté a Eduard, sabía que aún le afectaba la muerte de nuestro padre, pero no era su culpa y tenía que superar esta adversidad. Quería que fuera más fuerte que yo. —Todo saldrá de acuerdo a tu plan yo me encargaré de que sea así
—Está bien —Afirmo, con la voz débil. —Este será el último ataque hacia los humanos para recuperar los territorios, ya casi vamos ganando
—Por cierto, sales muy guapo en la pintura, casi me das envidia— Bromee con él.
Salimos cuando el sol se oscureció y atacamos entre las sombras, preferí que Eduard se quedará con el ejército de refuerzo, él aún era un adolescente y realmente no sabía lo que significaba asesinar a alguien, no quería que experimentará eso a temprana edad, con un corazón tan noble que poseía.
—Mi señor, nos han descubierto, los hombres no advirtieron retroceder, al parecer se les ha unido la Manada del Sur— Me aviso
Esos de la manada del Sur eran unos traidores.
—Anuncia a los de refuerzo que retrocedan, nosotros podemos solos — Avise
—Pero mi señor— Refutó
—Los de refuerzo son solo adolescentes, trataremos de controlar la situación aquí. — Ordené
El mensajero partió rápidamente hacia el ejército de repuesto.
Tratamos durante horas, defender; y casi lo logramos cuando vinieron los traidores de la manada del sur. Solo quedábamos diez, y ellos eran aproximadamente cincuenta personas. Recuerdo que en nuestras filas también se había unido la manda del Oriente, pero ya no quedaba ni el Alpha, ya que le habían dado veneno.
MI grupo de diez hombres lobo, empezamos a retroceder hasta las murallas. El grupo de arqueros se deshizo de la mayoría, pero seguían viniendo mas enemigos. Si ya se habían enterado de las murallas no permitiría que compartieran información, arriesgaría mi vida para matarlos.
Poco a poco, solo quede yo de pie, y los soldados encima de las murallas.
—Abran la muralla y dejen entrar a mi hermano— Grito Eduard desde arriba.
—Mocoso, quédate ahí— Amonesté— Por ninguna razón se atrevan abrir las puertas —advertí
Los dientes de ms enemigos perforaron mi armadura, y luego mi carne, destrocé sus brazos a cambio y seguí de pie. Pero jamás pude anticipar lo que paso después. Mi madre saltó de la muralla y lucho de pie conmigo, hasta que ella cayó de rodillas, con esa sonrisa de siempre, luego perdí las energías y también me desplomé para nunca más volver abrir mis ojos.