La Venganza de la Rechazada ( Mate del alfa )

CAPITULO 18

 

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* * * * * * * CAPÍTULO 18 * * * * * * * * 

 

La luz ilumino débilmente la habitación, ya estaba amaneciendo. Desperté a Jessi y a Calf para alistarnos. Nos despedimos con “buenos” modales, de la manada del Sur.

Recogimos nuestras cosas y corrimos hasta la manada Tierras Oscuras.

—¿Cómo les fue? — Preguntó Fadiam quien al parecer ya se encontraba mejor y había ido a recibirnos.

—Eduard está herido, y en la cárcel debajo de la mansión, iré a salvarlo— Solté la información.

—Nos fue, relativamente bien, solo que a Katy ha tenido una pesadilla— Dijo Jessi y negué

—No es una pesadilla, sé que está ahí; y está muy herido, trae en las manos unas de cadenas de metal, que te aprietan mientras se mueve. Lleva ahí mucho tiempo por lo que le esta constando respirar entre la humedad y el fétido olor de los prisioneros ahí. — Informe

—Tienes que tranquilizarte, hemos estado pensando en un plan que no involucre matar a tu pueblo, pero salvar a Eduard. — Dijo Fadiam.

—Pasemos primero a la casa— Dijo Cerrid propinándole un beso a Jessi, para luego abrazarla por los hombros.

Pasamos a la parte trasera de la mansión donde se estaban repartiendo agua de cacao. Los niños estaban jugando a salpicarse con el roció que estaba en las plantas.

—Ella es nuestra futura Luna, estará ayudándonos así que cualquier pregunta pueden también consultarle a ella. — Dijo Fadiam.

Solo me limite asentir, mientras seguía repartiendo el agua. Cuando terminé me senté para desayunar.

—Fadiam, dime el plan. — Sisee

— Tienes que saber si en este plan no sales viva, yo tampoco; así que pon mucha atención — Me informó despacio. — Me entregaré

—¡¿Qué?! —Pregunté alzando la voz

— Guarda silencio— Regañó este — Será una buena distracción, mientras que tú ...

Fadiam, se fue a enseñarles el plan a los otros, mientras yo alistaba los materiales necesarios, para este plan. Si algo salía mal, simplemente tenía que ser fuerte para soportarlo.

Aun el sol estaba en el cielo, cuando partimos a construir un escondite en el bosque de los “Rogers”, Fadiam me informó que la mayoría de ellos morían por eso en su territorio no habría mayor peligro. Solo necesitábamos ocultarnos. Encontramos una cueva cerca del lugar cubierta por piedras y vegetación algo pobre. Ingresamos la leña y comida, así como ropa y vendas. Preparamos el mismo refugio en la esquina de las fronteras de la manada del sur, y occidente. Solo iríamos a ese lugar en caso de que no pudiéramos llegar hasta la manada de las Tierras Oscuras, o si éramos perseguidos.

Esperamos a que el cielo se tornara completamente de noche.

Nos ocultamos en la oscuridad y yo fui la primera que se infiltró en la mansión de la manada del Oriente, porque conocía perfectamente bien. Jessi había ido con algunos soldados a informar a la manada del sur, para que no dejara que los humanos interfirieran.

Mi olor estaba cubierto por perfumes, pero no servirían si pasaba mucho tiempo. Me había escondido en el deposito y el siguiente paso era ir al granero, después de ello sería fácil.

Agarre ropa de sirvienta y me vestí tal y como ellas; para complementar agache la cabeza y caminé por los pasillos.

— Hey tú— Era el Beta de mi manada. Quise hacerme a la que no escucho, pero volvió a dirigirse hacia mí.

Aguanté mi respiración y me detuve.

—Lleva estas sobras al prisionero, puedes lanzárselos; pero hazlo ahora —Dijo entregándome y ni bien recibí la bandeja comencé a caminar lejos de él— Espera— mencionó y me detuve con nerviosismo. — Cuando vuelvas, lávate las manos y ayuda al Alpha a vestirse, tiene que verse presentable hoy.

Baje hacia el establo y adentro de ahí estaba la prisión, era una prisión secreta que solo las personas que vivíamos ahí conocíamos. Ya dentro de ese lugar también era donde torturaban.

Solté las sobras de comida en el basurero y volví hacia arriba para buscar agua. Cogí el agua hervida de la olla y la vacié en un recipiente, estaba a punto de salir cuando me detuvieron.

—¿Quién eres tú? — Pregunto la encargada de dirigir la cocina.

—Soy la nueva, el Beta de la manada me contrato— Respondí con diferente voz

—¿Para quién es el agua? — Volvió a cuestionar

—Para el Alpha, dijo que su balo estaba muy frio, y…— Trate de hacer un poco de drama. — Por favor déjame ir, el Alpha se enojará conmigo y cuando descubra que fuiste tú…

—Bien, adelante puedes irte— Dijo molesta

Salí de la cocina rápido y me hice A la que subía, pero cambié de dirección hacia la prisión. El problema era que se notaría sospechoso si diera atención a uno de los prisioneros.

De igual forma llegue hasta el fondo de la prisión donde estaban dos guardias.

— Ha habido un sospechoso en cerca a la mansión necesitan refuerzos, parece que es el Beta de la manada enemiga—Dije y ambos guardias salieron apresurados.

Puse la jarra de agua en el piso y cogí las llaves, empecé a buscar la celda de Eduard. No había ningún prisionero más, así que suponía que habían matado al resto. Abrí la celda y solté sus cadenas.

—Eduard, estoy aquí — Dije agarrando su rostro con mis manos.

Cogí el vaso encima de una de las mesas que tenían los vigilantes, y serví el agua que había traído.




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