La Venganza de la Rechazada ( Mate del alfa )

CAPITULO 21 (FINAL)

 

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* * * * * * * * * CAPITULO 21 * * * * * * * * * 

Mi cuerpo recupero fuerzas y me levante cuando el cielo estaba por oscurecer. Me había dormido toda la tarde. Eduard no estaba en la habitación, así que me cambié con un vestido rosa, me arregle el rostro y trate de quitar el aroma de Eduard de mi cuerpo. Pero al tocar las huellas que había dejado en mi cuello, todo volvía de nuevo.

Usé aromatizantes por toda la habitación y salí de la mansión para que se despejar mi mente.

Empecé a rodear toda la laguna, por un pequeño camino que había cerca. Las plantas de cerca me llegaban hasta la cintura.

—No te acerques más— Gritó el Alpha Firem desde el mismo balcón, al costado de él estaba Eduard también observándome.

Que chismosos, una ahora no podía salir tranquila, porque la vigilaban. Trate de dar la vuelta y regresar, pero mis zapatos resbalaron en las piedras.

Caí en el lado del lago. Estaba totalmente mojada, cuando vinieron a sacarme. Todos mis esfuerzos de ocultar el olor de Eduard en mi cuerpo, fueron en vanos.

—La marcaste, idiota— Reclamó Firem a Eduard, después de que me habían sacado. — Katherine, creí que estábamos en la misma página del plan, pero ya lo echaste a perder.

En partes tenía razón, pero no pude detener el momento. Hoy tenía que ser la pieza clave para atraer a Kiliam, pero no sabía porque se hacía tanto lío, podía volver a ocultar su olor. Firem se marchó enojado, antes qué Eduard reaccionara.

—¿Qué fue eso? —Pregunto confundido Eduard. —¿Por qué ocultas mi olor en tu cuerpo, no te gusta? —

—No es esa la razón —Mencioné

—¿Entonces cuál fue tu intensión? Dime por favor Katherine que no planeabas volver de nuevo con ese Kiliam — Me empezó a mirar. Empecé arrepentirme de no haberle contado el plan.

—Eduard, necesito ser yo la que le haga los daños. Quiero mostrarme a mí misma lo fuerte que puedo ser. —

—Esto es más que tu venganza, Katherine; después de que goces de tu victoria por haber acabado con la vida de Kiliam, te convertirás en una asesina. Tus manos y tu cuerpo son para dar vida, no para arrebatarla. —

—¿Quieres que me quede aquí sin hacer nada? — Me quejé— Los más alejados de la manada no tienen por qué sufrir ante un altanero que exagera con impuestos que solo le favorecen a él. —

—Katherine, estas queriendo arriesgar mucho, y lo entiendo; pero no creas que tu muerte no le importaría a nadie. Porque a mí me está destrozando tan solo pensar en eso. —Suspiró —Entonces iremos juntos.

Caminamos a la mansión y logramos convencer que iríamos solamente cincuenta licántropos, no necesitábamos a más; diez de nosotros iríamos primeros. Y si los necesitábamos ellos saldrían al ataque.

Esta vez no intente ocultar mi olor, ni el de Eduard. Iría como la mate de Eduard y futura Luna. Vestí mi cuerpo de traje de pelea color negro, y alisté navajas para tirar. Me tocaba comandar a los quince soldados que Eduard había elegido, para que me protegieran durante la batalla.

—Te serviremos y protegeremos.

Cada uno colocó su mano sobre su corazón.

Esperando mi respuesta.

Eduard no me había advertido y me pregunté si se suponía que las palabras salieran de mi corazón, siendo dichas sin una agenda o engaño. Así que me expresé.

—Gracias —dije, deseando que mi voz fuera firme y agache suavemente mi cabeza.

Después de conocerlos, faltaba una hora antes de partir. Volví a la habitación donde estaba Eduard. Al mirarlo concentrado leyendo uno de los libros de la habitación me acerque para robarle un beso.

Pero el beso continuó y era yo la que no paraba y quería más de sus labios…

— Katherine, para. —Dijo agarrándome del hombro y me sentí avergonzada.

—Tranquila es normal. —Dijo guardando el libro en los cajones del mueble—Después de marcarte, debe estar ardiéndote el cuello y eso provoca que tu sistema genere más hormonas. Para mí es peligroso eso, porque otros lobos se sentirán atraídos por ti. Pero creo tener más control sobre mí, que otros lobos

—Así que muy seguro, de sí mismo —Bromee

—También estoy al borde, de volver a besarte; no juegues así Katherine —Me miro con un puchero, mientras yo extendía mis manos para abrazarlo.

El silenció abandonó la habitación, cuando llegaron Jessi, Calf y Cerrid.

—Empezaremos avanzar, es mejor que vallamos es grupo — Dijo Calf

—¿Dónde esta Fadiam? —Pregunte

—Dijo que se volvería a la manada, para ayudar con la reparación del palacio y a la vez ayudaría con los asuntos que se tubo que tratar en nuestra ausencia — Explicó Cerrid

—Entonces nos ocuparemos del trabajo sin él —Dijo Jessi.

Empezamos a caminar y nos empezamos a dividir. Al final solo Eduard y yo estábamos en la delantera según lo planeado.

El nerviosismo de volver a ver a Kiliam, me ardía.

Eduard se adelantaría, sería el quien pelearía.

Se volvieron a susurrar un par de cosas, y cuando Kiliam se transformó empezó. Pronto la sangre se deslizo en la tierra. Hasta que la primera flecha lanzada por la parte enemiga rozó mi cuello.

Todos empezamos a salir del bosque y al transformarnos; la lucha a sangre comenzó. Empecé a esquivar a los lobos, para acercarme al lugar donde estaba Eduard.




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