EPÍLOGO
(EL MAPA QUE PUDIERON OBSERVAR, PERTENECE AL TERRITORIO DE CANADÁ)
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Hoy teníamos reunión con todos los representantes, para decidir el caso de Kiliam. Había sobrevivido a la caída, pero tenia las piernas rotas. Mi madre una vez me dijo que las personas malas tardan en morir, para que se arrepientan ante la “diosa Luna”.
El hijo que traía mi prima no era del líder de los humanos, sino del hermano, que era un hibrido vampiro; por ello su nacimiento también fue rápido y además fue el bebé quien provoco su muerte ya que se estaba alimentando de ella.
—Katherine, ayer te di los informes de la manada del Norte. — Dijo Fadiam ingresando a la cocina, donde me encontraba sirviéndome un poco de té.
—Los deje en el estudio de Eduard— Mencioné dándome la vuelta. —¿A dónde vas tan arreglado? — Bromee a Fadiam —¿Alguna chica en la manda del Norte? — Volví a preguntar
—Sigues siendo igual de molesta— Bufó
—Fadiam, no le hables así — Regaño Eduard desde el marco de la puerta. Y también acompaño mis risas.
—Son tan para cual, me voy — Dijo Fadiam y salió de la cocina.
Eduard se había levantado antes que yo, pero aun traía el cabello desordenado. Caminó hacia mí y me abrazo, nos quedamos así algunos segundos.
—Si no quieres ir, no tienes que hacerlo— Mencionó y me separé para agarrar el agua de té
—Tengo que ir a declarar — Sisee
Al terminar de desayunar, subí para cambiarme e ir a la reunión. Se llevaría a cabo en nuestras tierras. La reunión empezó cuando llegaron todos los Alphas y testigos. Llegamos a la conclusión que crearíamos un sitió de protección, donde encerraríamos a los criminales se llamaría “El área 51” que se ubicaría fuera de todos los terrenos, pero mientras estuviera en proceso de construcción estaría en cautiverio por la manada del Sur, que estaba más cerca al lugar donde sería trasladado.
—El ex Alpha Kiliam Milleguer es sentenciado, por los actos como; manipulación, robo de tributos; y se le culpa por provocar la muerte de muchos de sus soldados en vano. La firma de reconciliación de pueblos, anuncia que la manda del Oriente se dividirá en dos partes, para la manada del Sur y la manada Tierras Oscuras. — Dijo el canciller que preparó toda la reunión.
Después de que revelará algunos secretos, los ayudantes de Kiliam, que habían recibido dinero a cambió; también fueron sentenciados. Me sentía mas tranquila, al ver cómo todo se estaba solucionando.
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Había pasado dos meses desde que Eduard me lo había propuesto. Solo faltaba confirmar nuestro lazo en la boda. Pero me incomodaba la atención que estaba recibiendo, muchas fiestas y regalos. Tres días de banquetes, de comidas e intercambio de pequeños presentes, culminados en una ceremonia larga hecho por la sacerdotisa para prepararnos para el eclipse lunar.
—Al parecer la gente esta queriendo estabilizarse en la manada —
—Vamos ayudar con algunos preparativos — Dije entusiasmada y el asintió la cabeza.
Su hermana estaba recuperándose con una planta exótica, que habían traído; asi que también estaba feliz por eso.
Caminamos hasta la muralla, conversando.
—Se espera que te de descendencia, ¿No? — Dije
—No es una obligación, solo si quieres; no tienes porque intentar demostrar ser perfecta delante mi. Porque tus imperfecciones me parecen interesantes — Dijo
—¿Así?, ¿Cómo cuales imperfecciones? — Inquirí poniéndome a su adelante
— Cómo cuando das pequeños saltitos, estando a la defensiva. —Se rió
Rodé los ojos molesta.
—Pero si quieres, que hagamos un niño; no me opongo —Comentó
Mis mejillas se volvieron coloradas y le di un pequeño golpe en el brazo y volvimos a retomar el camino. La tarde llegó y volvimos a la mansión, me aliste para la confirmación de lazo.
El vestido celeste cubría mi cuerpo. Llevaba un par de joyas en el cuello y en las muñecas. Tenía mi mirada en el cielo, faltaba poco para que la mancha negra cubriera la luna.
Jessi me acompaño en el camino, había bastantes personas reunidas, que se encontraban sentadas. Los nervios empezaban a ganarme y mis manos estaban con sudor.
Camine paso por paso, hasta llegar hasta donde estaba Eduard de espaldas. Sus manos tocaron las mías. Y al instante que el sol cubrió la luna. Él junto sus labios con los míos.
Fueron exactamente seis segundos perfectos en mi vida.
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—¡Johan! - Grite atras de él persiguiéndolo, mientras que en mi mano llevaba su zapato.— Eduard dile que deje de correr
Eduard estaba leyendo su libro frente a la fogata como si nada de esto le molestará. Me miro un rato y suspiró y dejo su lectura para acercarse.
- Te ves tan linda persiguiéndolo - Sonrió
-Claro, tú no te preocupas que se vaya a resfriar - Bufé —Es increible que fui yo la que lo tubo meses dentro y se parezcan mas a tí en todo que a mi
Él me sujeto y me hizo dar una vuelta por los aires.
—A mi me resulta bonito - Siseo —Vamos Johan no hagas renegar a mamá ya sabes que hay veces esta medio ...- Hizo un par de señas en su cabeza indicado que estaba loca.
Después de eso ambos empezaron a subir las escaleras para escaparse.
—¡Eduard!—