Cerré la puerta del departamento detrás de mí con un portazo y me dirigí a la sala de estar, comencé a caminar en circulos por la habitación, incapaz de quedarme quieto, demasiado nervioso como para hacerlo.
La sensación no se detuvo. No se había detenido y, lo que es más, se ha intensificado con el pasar de los días.
Tiré de la ridícula remera del trabajo para sacármela, está completamente sudada así que la hice un bollo y la tiré lejos sin mirar en dónde cayó. Fui a trabajar, como todos los fines de semana, y no puedo casi ni describir el terror y el pánico que me dio el solo hecho de saber que me encontraba solo, en esa tienda, en medio de la noche un Sábado de madrugada y sin nadie a quién correr porque el lugar está algo alejado del centro de la ciudad y todos los locales de alrededor están cerrados. Pude manejar mi miedo irracional las primeras tres horas de mi turno bastante bien, pero entonces esa sensación de estar siendo vigilado volvió y... Y no sé cómo me las arreglé para no huir de ahí, probablemente haya sido el hecho de que debía volver a pie en medio de la noche y esa idea me entusiasmaba aún menos.
El sol está presente en el horizonte ya, brindando algo de luz a la ciudad de madrugada, así que me acerco con rapidez hacia el marco de la ventana y reviso la calle vacía con desesperación; ni siquiera sé qué espero encontrar allí. Cuando volvía al departamento, creí sentir a alguien siguiéndome casi corriendo cuando estaba a una cuadra de llegar. Mi intuición me decía que no estaba persiguiéndome para hacerme daño, pero mi intuición está rota y de todos modos la idea de alguien persiguiéndome fue suficiente para que corriera.
La sensación de ser observado y vigilado quedó atrás una vez entré al edificio, como siempre, pero a medida que me acercaba a la puerta del departamento más enojado y frustrado me sentía. Estoy furioso, pero no sé con qué ni con quién. Llevo días enteros corriendo de esta estúpida sensación de que alguien me sigue y me vigila, y quiero pensar que es mi imaginación pero ya no sé distinguir qué es qué.
¿Estoy volviéndome loco? ¿Perdí la cordura? ¿Debería ir a un psiquiatra? Pero todo esto se siente tan malditamente real que me está desquiciando. No puedo encontrar otra razón con lógica que no sea el hecho de que estoy alucinando o viendo cosas que no son, pero todo se siente demasiado real como para ser eso... Y no sé cómo rayos parar todo esto. Me pasé todas estas últimas semanas intentando convencerme a mí mismo de que estoy imaginándolo todo; alucinaciones por un golpe de calor, imaginaciones mías, paranoia, incluso lo atribuí a sueños. Pero en el fondo sé que esto es demasiado real y me da miedo aceptarlo, porque si es real significa que invoqué a un Dios y que a partir de ahí mi vida se volvió un caos. Todo era manejable, pero desde que el incidente con la camioneta pasó, todo se intensificó de una manera increíble. Estoy harto, ya no sé qué hacer ni qué creer y estoy cansado.
Quiero que se detenga.
Paré mis pasos en seco ante ese repentino pensamiento y miré hacia la puerta. Si lo pienso demasiado, sé que me arrepentiré y me echaré para atrás, así que corrí hacia la puerta y la abrí nuevamente, decidido a encontrar algunas respuestas e ignorando toda racionalidad que pudiera detenerme. Atravesé el pasillo a paso veloz y me encaramé a las escaleras otra vez, bajándolas de dos en dos. Algunos instantes después, volvía a estar en la calle desierta.
Una brisa fresca me revuelve el pelo y me paro en medio de la vereda a pensar, decidiendo qué hacer a continuación. No voy a ponerme a gritar como un desquiciado en el medio de la calle, y la sensación de ser observado constantemente siempre se desvanece en cuanto estoy en la seguridad del departamento. Tengo que encontrar un lugar solitario.
Me decidí en segundos y comencé a caminar a paso rápido. No tardé demasiado en sentir esa sensación de ser perseguido nuevamente y apuré el paso aún más, decidido.
Las calles están completamente vacías y silenciosas, apenas se escucha el sonido de algún pájaro en la distancia levantándose con el sol. Cuando diviso el callejón, me aseguro de que no haya nadie alrededor y lo alcanzo con rapidez, no estaba muy lejos. Me encaramo hacia el final, hacia el rincón más oscuro que mis ojos pueden encontrar, y me detengo. El silencio es latente en mis oídos, solo interrumpido por el rápido ritmo de mi respiración agitada. Las paredes de ladrillo parecen cernirse sobre mí, y me encuentro rodeado por bolsas y cubos de basura repletos. El olor es fuerte, pero decido no pensar en ello y respiro hondo por la boca, calmando mi respiración agitada.
De repente, siento su presencia a mi alrededor, siento que me están mirando y mi espalda se endereza de forma inmediata.
— ¿Quién eres? — Exclamé al silencio del callejón instantes después, con voz temblorosa, no queriendo echarme atrás ahora. — ¿Por qué has estado siguiéndome todos estos días?
Nada, sólo más silencio como respuesta. La rabia me inunda, porque sé que hay alguien más conmigo en el callejón, puedo sentirlo.
— ¡Da la cara! Si tienes la valentía de seguirme a todos lados como un psicópata al menos enfréntame y da la cara.
Una vez más, recibo solo silencio.
Respiro hondo una y otra vez, cerrando mis ojos. El silencio a mi alrededor se hace aún más espeso y comienza a enloquecerme más. Abro los ojos y los enfoco en un tacho de basura a mi lado, pensativo. ¿Qué estoy haciendo? ¿En qué estoy pensando? ¿Realmente ya perdí la cabeza? Si un psicópata realmente está siguiéndome, lo único que voy a lograr así es un tiro en medio de las cejas. Pero todo esto no tiene lógica alguna, me siento vigilado en lugares en donde debería ser imposible sentirme observado, en el salón de clases, en casa de mis padres, sólo mi departamento es seguro. ¿Qué me está pasando?