Noté al instante cómo Einar se perdía en sus pensamientos mientras asimilaba la noticia, su vista se perdió en un punto de la pared.
— Los ayudaré en todo lo que pueda, lo prometo, puedo hacer una promesa de sangre aquí mismo si así lo prefieren — Se apresuró en decirnos Luna en cuanto se dio cuenta de la reacción de Einar. —. Siempre y cuando busquemos a Sol, yo los ayudaré y, llegado el momento, y si lo conseguimos, mataré al Árdigan.
Llevé mi mano al hombro de Einar, él la sujetó de forma automática. — Los — Corregí a Luna por él. —. Tenemos que matarlos a los diez.
Esperé una reacción de su parte pero, en su lugar, nos observó con seguridad y asintió — Aún mejor —Einar por fin la miró con el ceño fruncido. Ella observó fijamente nuestras manos juntas. —. Pero, ¿Por qué quieren matarlos a todos?
— Luz y Muerte me lo ordenaron — Le contestó él entonces, su voz es ahora fría, todavía está algo distraído mientras piensa... —. Ya sabes que nunca los tuvieron en su mayor estima.
— Por fin hicieron algo que les dio la excusa perfecta, ¿No es así? — Susurró. Einar asintió. — ¿Qué fue?
— Cuéntale — Se limitó a decirme dándome un apretón en la mano, inmediatamente Luna me observó con curiosidad.
— Intentó matarme — Le solté con sencillez. —. Cinco veces. Intentó atropellarme una vez, otras tres intentó cortarme el cuello y recientemente causó que chocara el auto. En sus intentos, mató a algunas personas y desveló su existencia a muchas más.
— ¿Cuál de ellos fue?
— Si no recuerdo mal su nombre, fue Kot.
Luna frunció el ceño y miró a Einar. — Einar, ¿Estás seguro de que fue Kot?
— Muy seguro, es él, no tengo dudas — Le contestó con extrañeza. — ¿Te extraña?
— Sí… — Susurró, negó con la cabeza. — Kot siempre fue uno de los más pacíficos, continuó honrando el propósito con el cual fue creado incluso luego de mi caída — Miró a Einar con las cejas fruncidas. —, incluso estuvo muy presente en mis primeros años como humana. Siempre fue muy amigo de William, sufrió su muerte tanto como yo.
— ¿Quién era William? — Aventuré, Luna pareció sorprenderse.
— El humano del que me enamoré cuando caí, por supuesto — Me contestó. —. Einar, ¿Le contaste toda la historia?
Negó con la cabeza suavemente, distraído. Luna se consternó.
— ¿Por qué no lo has hecho? — No le contestó, en su lugar alejó su mano de la mía, así que yo hice lo mismo. Luna me observó a mí entonces. — ¿Qué es lo que sí te contó?
— Sólo que tú y Sol fueron malditos, pero nunca me dijo exactamente por qué ahora que lo pienso… Y nada más — Me pasé la mano por el pelo. —, sé que Einar y sus hermanos son inferiores a Luz y Muerte, también, y que fueron creados, pero hasta ahí llega mi conocimiento.
Luna me observó fijamente largo y tendido, sorprendida ante mis palabras. Con el pasar de los segundos, comencé a ponerme nervioso ante su claro escrutinio. De repente quise esconderme detrás de Einar como si fuera un niño. Comencé a jugar con las mangas de mi campera.
— No se lo dijiste — Susurró finalmente, pero sus palabras no fueron dirigidas a mí. —. Desde que llegaron aquí, había asumido que se lo habías dicho.
Reaccioné. — ¿Qué es lo que no me dijo?
Luna continuaba mirándome a mí, me giré hacia Einar con rapidez. Sus ojos están cerrados y apretados, al igual que sus labios, como si se viera acorralado.
— ¿Einar? — Le llamé. Me ignoró.
Volví a mirar a Luna, que esta vez lo miraba a él.
— Einar, no lo sabía…
— No es tu culpa — La interrumpió, abrió los ojos y miró directamente al suelo a nuestros pies. —, yo fui quien se lo ocultó, no tú. De todas formas se habría enterado en algún momento.
— ¿Enterarme de qué? — Insistí, tiré del brazo de Einar. No me hizo caso.
Comencé a frustrarme.
La lluvia repiquetea con mucha más fuerza contra la ventana de la habitación mientras guardamos silencio. Un relámpago iluminó el cielo por algunos segundos.
Con un solo vistazo a mi rostro, Luna supo que no dejaré pasar el tema. A mi lado, supe que Einar llegó a la misma conclusión.
— ¿Quieres contárselo tú o…? — Continuó dirigiéndose a él. No dije nada.
Einar asintió en silencio y susurró; — Hazlo tú.
Luna asintió y él finalmente reaccionó, buscó mi mano con la mirada y la tomó, me dio un suave apretón y, luego de algunos segundos, se alejó de mí y se sentó en el borde de la cama.
Ni siquiera me miró a la cara.
Se me aceleró el pulso, miré a Luna con la confusión plasmada en el rostro. Quise acercarme a Einar, pero algo dentro de mí me dijo que él no quería que lo hiciera, así que me quedé plantado en el suelo y mirándola, esperando a que me contara.
Luna se aclaró la garganta.
— Sol y yo fuimos malditos hace mucho tiempo, eso ya lo sabes bien — Comenzó, entrelazó sus dedos con nerviosismo, luego los soltó y se limitó a moverlos levemente mientras hablaba. —. Nosotros fuimos dos Dioses muy poderosos, Luz y Muerte eran nuestros iguales, así que estábamos a su misma altura.
>> Como ya sabrás, Luz y Muerte son los encargados de las almas de todas las criaturas, ellos velan por ustedes una vez abandonan este mundo… Sol y yo, por el contrario, velábamos por ustedes mientras están vivos — Me miró con intensidad, comenzó a jugar con sus dedos otra vez. —. Éramos sus guardianes, básicamente. Durante el día, Sol los acompañaba, durante la noche, lo hacía yo. Precisamente por esto es que nosotros pasábamos muchísimo más tiempo entre humanos que todos los demás.
>> Con el tiempo, Sol y yo comenzamos a mezclarnos demasiado con ustedes, a fijarnos mucho más de lo que deberíamos en sus vidas, y eso está mal. Nuestra responsabilidad era la de vigilarlos a distancia, mantener todo en balance, no debíamos entrometernos en sus vidas, hablar con ustedes, caminar por sus aldeas… Pero eso fue precisamente lo que hicimos en ese entonces — Su voz se apagó, se abrazó a sí misma ante el recuerdo. —, nunca pensamos que habrían consecuencias por ello, simplemente lo hacíamos y ya está. Cada día pasábamos más y más tiempo entre ustedes, y al final las consecuencias de ello nos alcanzaron. Nosotros teníamos sentimientos, pero no eran... Los sentimientos que teníamos, y que Muerte y Luz tienen, son muy superficiales. Al pasar tanto tiempo con ustedes, esos sentimientos se transformaron, empezamos a sentir con mucha más intensidad. No sabíamos qué nos estaba sucediendo, estábamos confundidos, repentinamente presenciábamos sus vidas y sentíamos lástima, empatía cuando sufrían, felicidad, tristeza… Sentimientos que nunca antes habíamos experimentado, y con el paso del tiempo, y viendo que continuamos pasando nuestro tiempo entre ustedes, terminó pasando lo inevitable, nos enamoramos — Volvió su mirada hacia mí. —. Yo me enamoré de William, un humano, y Sol se enamoró de mí. Comenzamos a descuidar nuestras responsabilidades, a dejar en evidencia nuestra existencia, a hacer desastres, pelear frente a los humanos casi cada día… Luz y Muerte no podían tolerar eso, y para ese punto Einar y sus hermanos ya habían sido creados. Nosotros dos estábamos débiles, pasábamos tanto tiempo entre ustedes, evadíamos tanto nuestros deberes, que simplemente comenzamos a debilitarnos. A nuestros iguales apenas y les suscitó un esfuerzo pelear contra nosotros y vencer. Nos sometieron. Nos humillaron por lo que sentíamos. Y nos condenaron, nos encadenaron dentro de un cuerpo humano, y luego cortaron nuestra escencia en pedazos. Dentro de mí todavía hay parte de lo que alguna vez fui, de lo que Muerte y Luz son ahora, pero es mínima, suficiente para que sea inmortal y tenga mi consciencia. Me arrancaron el resto, lo mismo hicieron con Sol.