La Venganza de Luna y Sol

41:"Historia detrás del mito"

    Sol me vió a mi primero, ya que estaba directamente frente a su rostro en cuanto abrió los ojos. Me observó sin expresión alguna, y no demostró ninguna emoción sino hasta que su vista fue a parar en Einar. Su sorpresa fue evidente, paseó la mirada por todas las extremidades de Einar, desde sus brazos, que estaban rodeándome por la espalda para poder sostenerme y estrujarme contra su cuerpo, hasta su cabeza, que sigue recostada en el hueco de mi cuello. Él no se movió, y en cuanto bajé la mirada descubrí que simplemente tiene los ojos cerrados.

    No tardé mucho en razonar y darme cuenta de la razón de su sorpresa. Si las leyendas no se equivocan, para el momento en el que Luna y Sol fueron malditos Einar estaba muy lejos de ser la persona que ahora está abrazándome con tanta vehemencia.

    En cuanto volví a levantar la vista y miré a Sol, sin embargo, su vista volvía a estar clavada en mí y, esta vez, su ceño fruncido sí denotaba al menos un atisbo de confusión. Abrí la boca para hablar, sin siquiera tener idea de qué decirle, cuando Luna lo hizo.

    — Sol.

    Todo el cuerpo del Dios se tensó al escuchar la voz detrás de él.

    No le respondió.

    Luna levantó una mano y tomó a Sol de uno de sus hombros, él de inmediato se sacudió de su agarre y se apartó, arrastrándose por el suelo. Miró la tierra y las hojas secas en las cuales estamos sentados, analizó sus manos con atención. Todo su cuerpo está lleno de tierra, ramitas y hojas secas debido a que, al ser transportados, estábamos sumergidos en el agua. Levantó la vista y miró a su alrededor con desesperación, detalló el cielo azul y los árboles a nuestro alrededor. Luego, volvió a mirarme a mí.

    Tragó saliva antes de hablar.

    — ¿Qué estoy haciendo aquí? — Me preguntó.

    No a Luna, no a Einar, a mí. Al único aquí que no conoce. Su voz es mucho más profunda de lo que me esperaba. Fruncí el ceño.

    — Yo... — Comencé, me relamí los labios. — Einar, Luna y yo acabamos de pelear con Dix. Te sacamos de una caja al fondo de un lago y te trajimos hasta aquí.

    — ¿Por qué?

    — Sol... — Luna volvió a decirle.

    Ni siquiera se inmutó, continuó esperando por mi respuesta. Comienza a ponerme nervioso.

    No pude formular algo coherente.

    — Sol, ¿Qué sucede? — Luna se impulsó hacia adelante y tomó su brazo. — Soy yo, Luna.

    Se zafó de su agarre otra vez.

    — Ya lo sé — Gruñó.

    Einar abrió los ojos por fin y levantó la cabeza.

    — Einar, ¿Qué hago aquí?¿Por qué me sacaron de la caja?

    — Pregúntale a Luna, ella nos pidió que la ayudáramos — Se limitó a decirle.

    Quise replicarle, desmentirlo, pero Einar me distrajo cuando súbitamente me acercó aún más a su pecho y susurró cerca de mi oído.

    — No es el momento.

    Al instante comprendí.

    Volví a mirar a los dos Dioses frente a mí. Luna mira a Sol con el ceño fruncido mientras él continúa negándose a mirarla, todo su cuerpo está tenso y es evidente que no está complacido de estar aquí.

    — ¿Por qué me buscaste? — Sol le preguntó con brusquedad. — ¿Por qué me liberaste?

    — ¿Por qué? — Respondió sorprendida. — Sol, eres mi compañero. Incluso cuando éramos Dioses, tú y yo siempre fuimos compañeros. Más que eso, te convertiste en mi mejor amigo. Fuimos condenados juntos, te extraño, te he extrañado todo este tiempo. ¿Que por qué te liberé? — Se acercó más a él. — Porque te extraño, porque me importas.

    — Si hubiera querido tu compañía la habría buscado.

    Ella frunció el ceño. — Estabas en el fondo de un lago con una daga en el corazón, dudo que hayas estado en condiciones de decidir eso.

    — Bien, puedo decidir ahora, y decido que no quiero tu compañía — Clavó la vista en Einar —. Quiero que me lleven otra vez con Dix, o en su defecto me digan en dónde estoy para poder volver yo mismo.

    — ¿¡Quieres volver con Dix!? — Luna exclamó. — ¡Te clavó una daga en el corazón y te metió en una caja en el medio de un lago!

    — ¡Yo mismo me clavé esas dagas! — Le gritó con los ojos cerrados, acallándola al instante. — Yo mismo me metí en la caja y yo mismo me clavé esas dagas. Le pedí a Dix que metiera la caja al lago y también le pedí que la cuidara para que nadie, jamás, me volviera a despertar. En especial no tú. Le pedí que te mantuviera alejada de mí.

    Un silencio espeso nos envolvió a todos. Luna miraba a Sol con los ojos bien abiertos pero la mirada vacía.

    — ¿Por qué querías mantenerme lejos? — Murmuró.

    — Sabes perfectamente por qué — Le espetó. Se puso de pie.

    — No, no lo sé — Le respondió con más firmeza — ¿Por qué querías mantenerme lejos?

    La ignoró mientras se ponía de pie. — Einar, ¿Me dirías por favor en dónde estamos?

    Antes de que él pudiera responder, Luna también se puso de pie y volvió a hablar.

    — No me ignores — Sol se dio la vuelta y evitó mirarla. — ¡Mírame!

    — ¡Encontraré el camino de vuelta yo solo!

    Y comenzó a caminar.

    Luna lo siguió, lo tomó por el brazo y tiró de él para detenerlo.

    — ¡Tú no vas a ninguna parte hasta que me digas qué sucede!

    — ¡Ya lo averiguarás tú sola!

    — ¡No quiero averiguarlo sola! — Le gritó. — ¡Quiero que me lo digas tú!

    Me acurruqué más contra el pecho de Einar. — ¿Hay alguien cerca que podría escuchar sus gritos?

    — No.

    Envolvió sus brazos a mi alrededor y nos relajamos en el suelo.

    — ¿¡De verdad eres tan insensible?! — Finalmente estalló Sol.

    Se alejó dos cortos pasos de ella y por fin se dio la vuelta. Sus ojos castaños están plagados de lágrimas. Luna detuvo todas sus acciones en el acto en cuanto vio las lágrimas derramándose por su rostro.

    Sol se pasó las manos por el rostro con brusquedad.

    — Estaba enamorado de ti, pero tú solo tenías ojos para William — Susurró entre dientes —. Sabías lo doloroso que era para mí verte con él, sabías que yo había sido maldito por mi amor hacia ti, y aún así, cuando caímos, lo primero que hiciste fue correr a sus brazos y pedirme que me quedara contigo, con ambos. Como si mis sentimientos fueran una tontería, como si no estuvieran ahí, como si no hubieran causado que perdiera mi divinidad y me convirtiera en un estúpido humano.



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En el texto hay: misterio, mitologia, romance

Editado: 08.05.2021

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