La Venganza De Shophia

Capítulo 11

Después de un gran sueño reparador, desperté con una energía renovada. Parecía que había dormido un siglo. Sentía la mente más despejada. Muchas de las preguntas con las que me desperté después de mi muerte, tienen repuestas. No se que respuestas buscaba, pero seguro que no esperaba esas respuestas. 

    Da igual, tener algunas de las respuestas a lo más importante, pero no todas, me da mucha más tranquilidad, más seguridad para seguir con mi plan. Vuelvo a mirar el tatuaje sobre mi hombro, esa es una respuesta que no tengo, pero puedo vivir sin ella por el momento.

    Me levanto y mientras pongo la tetera, me preparo un baño de burbujas con sales de lavanda. Cuando lo tengo preparado, me preparo el té, y lo tomo sentada en la bañera. Estos son los pequeños momentos de la vida que me encanta disfrutar. Un buen té en una bañera, mi pequeño gran placer. 

    Mientras disfruto de mi baño, pienso en el siguiente paso. “Hacer que mi madrastra se quede sin un céntimo”. Para ello, voy a tener que contactar con Santiago y ver si ya tomó posesión de toda mi herencia. Lo que me lleva a la gran pregunta ¿Cómo me contacto con él? Seguramente si lo hago por mail, me exigirá que nos encontremos, sino ¿como sabra que en verdad soy yo?, o por lo menos es lo que haría yo en un caso como este. Tendría la precaución de verificar al 101% de que con quien hablo, es quien dice ser. Hoy en día abundan las estafas por internet.

    Termino mi baño, y voy a la biblioteca. Esto de renacer en un cuerpo de 14 me complica un poco las cosas. No es que me estoy quejando, agradezco está nueva oportunidad, pero ¿cómo me voy a presentar? 

-¡Hola a todos! Me estuve haciendo un rejuvenecimiento facial, en una clínica que no voy a dar el nombre, y se les fue un poco la mano.- Ja ja, de solo pensarlo me da risa. Estoy segura que tendría a todos los paparazzi, prensa internacional, científicos y demás interesados en el gran secreto de la juventud. Ni hablar que si por esas casualidades alguien se entera de la “verdad”, voy a terminar como en las series, en algún laboratorio secreto del estado, en el que para ver como funciona, seguro me asesinarían para ver si resucito, no creo que esto funcione así, pero no creo que a ellos le interese, para luego diseccionarme. Esto me produce un pequeño escalofrío. 

    -Bueno, vamos Shophia, pensemos, pensemos.- Digo en voz alta. Me escucho rara, al estar todos estos días sola, sin con quién hablar no había utilizado mi voz. 

    Mejor tomó un poco de aire fresco, desde que estoy en este lugar ni siquiera salí a recorrer un poco el bosque. Es una mañana calida, se siente tan bien el sol en mi rostro, respiro el aire fresco del bosque, y me pregunto porque no salí antes de la casa. Veo un camino en donde seguramente se llega aquí en auto, y otro para andar caminando. Tomo el que es para caminar, y mientras lo recorro recuerdo mi infancia en este lugar. Al final del camino llegó a un arroyo, me paró en seco. 

De pronto recuerdo el libro, puede ser que esté sea el arroyo de la historia, el bosque en el que se encontraba la aldea de mi antepasada. Mientras lo observo, siento que alguien me observa, giró despacio pero no veo a nadie. Mejor vuelvo a la casa. Cuando estoy por retomar el camino de vuelta, observó con estupefacción a un duende. Me quedo petrificada. 

Trago profundo y retomó el camino, espero que no me hable, que no me diga nada. Creo  que si lo escucho hablar voy a salir corriendo a los gritos. Apuro el paso, parece que el camino fuera más largo que cuando fuí. Cada segundo me parece eterno. Hasta que por fin veo la casa, casi corro los últimos metros. Vuelvo a respirar una vez dentro de la casa. Después de haber leído el libro, no quiero ni ver un duende.

Cuando vuelvo a regularizar mi respiración, la cual no me había dado cuenta que estaba agitada cuando entré en la casa. Escucho un sonido muy parecido al motor de un auto, vuelvo a contener la respiración. ¿Quién será? ¿Qué hago? La casa no ofrece muchos lugares para esconderse. Mientra debato conmigo misma, escuchó que un auto se estaciona frente la casa. Me quedé sin tiempo.

Miro a través de las cortinas de la cocina. Es un hombre quien se encuentra en el auto, todavía no bajó, parece que viene solo. No logro distinguir quién es. 

En cuanto baja, puedo ver que es el mismísimo Santiago Ferri. Me caigo y me levanto, hablando del diablo. Tan preocupada que me encontraba hace apenas unas horas para ver de qué manerame contactaria con él, parece que esa parte ya está solucionado.



#8271 en Fantasía

En el texto hay: venganza, renacer

Editado: 23.08.2022

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