Estaba cansada de que sus padres le trataran como la peor escoria del mundo, su padre, Jonathan Jenkins la golpeaba con cualquier cosa que se le atravesara, también abusaba de ella y la amenazaba para que se quedara callada, su madre, Sophie Hugs una perra que al preguntarle a donde había ido o por qué llegaba tan tarde y medio borracha, le respondía que eso no era de su incumbencia y la insultaba, ella era más su sirvienta que su hija… Sus hermanos, ellos eran perfectos para sus padres, el mayor de todos Anthony Jenkins, ya estaba casado y trabajaba en una empresa, claro antes de hacerlo el también seguía los ejemplos de su padre y abusaba de su hermana, el menor de ellos, Justin Jenkins estaba en la secundaria y el equipo de futbol, era el mejor en los estudios y el juego, era grosero pero era el que mejor la trataba bien, ¿Ella? Pues estaba en casa siendo el servicio de sus padres , gracias a Dios que Anthony se había ido, no ha tenido suerte, después de salir de la preparatoria no logró entrar en la universidad, tampoco conseguía empleo y no tenía amigos, había un chico, se llamaba Alex Meison y le encantaba, estudiaba con ella, era su vecino, no era el chico más popular ni guapo de todos pero le gustaba, sin embargo no se atrevía a hablar con él, es muy oscuro, le gusta pasar desapercibido, nunca le había visto con alguna chica o hablando con alguien, no tenía sentimientos de amor por nadie más que por él, no perdería nada esa noche…
Viernes, 13/07/18, 6:27pm
*Vanessa tráeme café por favor –Pidió su padre mientras miraba la tv-
*Ya voy –Fue a la cocina, mientras pensaba, si esta era la noche en que lo haría, mientras el café caía en la taza, decidió que sí y regresó con el- Aquí está
*Gracias, espero que lo de hace rato no se lo cuentes a nadie o ya verás, puedes irte –Le dijo con la misma apatía de siempre-
*¿Sabes que mamá se acuesta con otro hombre verdad? –Soltó sin más-
*¿Que acabas de decir? –Le miró a la cara para ver si hacia algún gesto pero ella se mantenía neutra- Si es una broma juro que te golpeare hasta que sangres estúpida –Amenazó-
*Hace unos días la seguí, es un hombre rico y guapo, así que supongo que lo hace por dinero y porque la complace mejor que tú –Habló sinceramente-
*Mira estúpida, ¿Tu solo quieres que pelee con tu madre verdad? eres una maldita mentirosa –Le regaño y ella sujetó fuertemente detrás de su espalda lo que había escondido hace unos momentos en el bolsillo-
*No son mentiras, si yo me casara con un hombre como tú, haría lo mismo, ya ni se si soy tu hija o seré de ese hombre y por eso te aprovechas de mi –Se levantó del sofa y se dirigió hacia ella-
*Eres una maldita estúpida –Levantó su mano dispuesto a golpear a la chica y la bajo rápidamente, al darse cuenta del terrible objeto punzante que se encontraba un poco más abajo de sus costillas izquierdas-
*¿Sabes papá?, todos tenemos un límite –El cayo de rodillas tratando de quitar el cuchillo de su cuerpo- Ven te ayudaré –Lo levantó y lo llevó al sótano dónde todo estaba preparado para esa noche- Siéntate aquí –Lo sentó en la silla de madera frente a las otras tres, amarró sus manos y pies, e hizo un torniquete para que no se desangre rápido, pues aun lo quería vivo- No te mueras, aún debes ver el espectáculo.
7:03pm
Fue arriba de nuevo recogió el cuchillo y se lo llevó a la cocina para lavarlo en eso llega su madre
*Vanessa ven por mi abrigo –Salió, esta vez con un pañuelo al que le roció algo que compró por internet-
*Mamá, ¿Sabes que una mujer decente no se va a las 6am y llega a estas horas a casa verdad? –Le dijo retándola-
*Mira babosa, ya te he dicho que eso a ti no te importa, ven por el abrigo y cállate –Lo tiró en el suelo a sus pies- Muévete
*Claro mamá –Se dirigió hacia ella, se agacho y recogió el abrigo- Mamá, tengo un regalo para ti
*¿Tu? ¿Un regalo? ¿A caso te ganaste la lotería por nosotros? –Rio-
*No mamá, es esto –Con su mano izquierda la sostuvo por la nuca, mientras con su derecha apretaba el pañuelo contra su cara- Dulces sueños mamá –La tenía desmayada en sus manos y la llevó al sótano con su padre- Mira te traje a tu mujerzuela, lo que haré luego tómalo como un favor aunque no mereces que haga nada por ti.
*Hija ayúdame, por lo que más quieras –Suplicaba con dificultad por su herida-
*¿Ahora si soy tu hija? –Le decía mientras ataba a su madre- Ya es muy tarde para arrepentirse, la decisión está tomada, en un rato te traigo otro regalo –Se fue-
Editado: 04.07.2018