Capítulo 4

*Bien… Mmm, ¡mamá!, ¿Te gusta mucho tu cara verdad? –La señora asintió como pudo con temor a lo que Vanessa pudiera hacer- Que bueno –Hizo varios cortes en esta, comenzando en su frente, lo cual hizo que la sangre llenara sus ojos, Vanessa se alejó un poco y la observo- Creo que así está mejor, la verdad es que tu cara era horrenda.

Ella río por su propio comentario, mientras los demás mantenían los ojos cerrados con lágrimas en ellos… No querían presenciar tan espantosa escena.

*Ahora, Anthony, creo que estás ahí inerte presenciando todo y sin ser parte de esto –El hombre forcejeaba en la silla, esperanzado de soltarse pero Vanessa aunque no lo parecía, era astuta, no los ató con cinta ni soga, sino más bien con unas cadenas- Ya deja de pelear, muchas veces te dije que no me humillaras, que no me tocaras, solo me ignorabas y seguías como si nada –Se acercó a la mesa y tomó dos cuchillos, uno en cada mano y se acercó a su hermano, éste negaba con su cabeza desesperadamente- Será rápido, así decías cuando ibas a abusar de mí –Clavó un cuchillo en cada muslo y apoyó sus manos en ellos, luego de unos segundos en los que ella disfrutaba el sufrimiento de su hermano los sacó de golpe- Si los dejo ahí no permitirán que la sangre salga correctamente.

Vanessa se acercó a su padre débil por la pérdida de sangre.

*Quitemos esto creo que ya no es necesario –Quitó el torniquete que había hecho hace un rato- Listo, pero tienen cara de que todavía no saben porque hago todo esto y eso que es simple, aun así permítanme refrescarles la memoria –Dijo para luego gritar- ¡Agua!

Una persona igual de cubierta que Vanessa, entró con unos baldes llenos de agua helada en cada mano y los dejó detrás de dos miembros de la familia, subió por otros dos e hizo lo mismo, mientras ella sólo miraba expectante, cuando esta persona terminó, preguntó:

*¿A quiénes primero? Les caerá bien limpiarse –Sonrió-

*A los más débiles, tú con mi madre y yo con Justin –La persona obedeció y se paró detrás de la mujer y Vanessa detrás de su pequeño hermano- Hagámoslo –Levantaron aquellos baldes y los vaciaron sobre las cabezas de los indefensos, pero no santos- Ahora sí, aquellos –Hicieron lo mismo con los restantes- Gracias por la ayuda, por favor espérame en frente y prepara todo –Aquella persona asintió con una sonrisa y se marchó-

Espero que así se hayan refrescado un poco, y no se sorprendan de que me ayude, agradezcan a Justin por ir jugando futbol por ahí y tirar la pelota hacia su ventana –Sonrió con una extraña alegría en sus ojos- Gracias hermanito –También por eso no podía odiarlo-

Bueno ya, no quiero perder más tiempo –Tomó nuevamente un cuchillo y se acercó a Justin- Ay no, en serio que este si era débil –Dijo al notar que se encontraba desmayado, toco su cuello a ver si encontraba pulso, pero nó, Justin había muerto- Descansa hermanito, espero que encuentres una mejor familia en tu otra vida.