La venganza de Wun

El reino de Bida

-Y dime, que se supone debo de hacer aquí- dijo Wun mientras caminaba por una larga y concurrida calle

-Debes de entrar al ejército de Bida- Exclamó Gowan en la mente de Wun.

-No entiendo el porque, que quieres, que me convierta en un héroe o algo así

-Mira niño, tu quieres vengarte de Lijan, yo quiero vengarme de los dioses que me traicionaron, tu sigue mis órdenes y lo conseguiremos

-Ya pasaron 6 años, apenas y he conseguido mejorar mis hechizos, además aquí fue donde mi madre luchaba, solo me trae malos recuerdos

-Esta ciudad fue donde solían servirme siglos atrás, si no fuera por los dioses del norte, yo seguiría mandando aquí. Tu trabajo es devolverme mi imperio, tal y como estaba.

-Y que tiene que ver el ejército con tu imperio

-Si te unes te volverás fuerte, ya tienes la fuerza que te dí pero no es suficiente

-¿Enserio piensas que puedo crear un imperio yo solo?

-Tienes un gran poder en ti, por eso no te mate ese día, ahora no te quejes y camina- Exclamó Gowan mientras su voz se marchaba.

Wun se detuvo en el cuartel militar de la ciudad, ese día habrían pruebas para entrenar en el ejército del imperio. Espero en una sala repleta hasta que llegó un hombre barbudo y grande.

-Bien escúchenme- gritó para llamar la atención de todos- les explicaré rápido así que atentos. Tienen que pasar por una carrera, los primeros 150 pasarán y entrarán. Suena fácil, pero sí serán soldados deben saber luchar, por eso se permitirán ataques a otros y el uso de hechizos para llegar primero. Así que les deseo suerte.

Tras eso Wun comenzó a pensar una estrategia para ganar, en la sala habían unas 400 personas, por lo que tenía que tomar ventaja desde el inicio. Su concentración fue interrumpida cuando una mano le tocó el hombro.

-Oye, ¿tu cuello está bien?- exclamó una mujer detrás de él- parece lastimado

-No es nada- respondió Wun cubriéndose. Lo que parecía una herida era la marca del pacto con Gowan, se había extendido por su cuello y lo tenía que cubrir. En Mir los pactos con dioses eran vistos como algo aberrante.

-Deberias de revisar bien eso, pero ya que dices que estás bien, qué te parece hacer equipo conmigo y mi amigo- dijo la chica mientras señalaba a un tipo grande y fornido, parecía alguien rudo- vamos, todos están haciendo equipos, será más fácil si somos 3

Wun lo pensó un rato, miró alrededor y todos estaban reunidos en grupos, ninguno parecía muy fuerte a simple vista, luego los miró bien a los dos, la chica era muy sonriente y algo baja, su ojo derecho era completamente negro, incluso en la piel, aún así parecía confiable. El otro chico era grande, tenía buen físico, se veía como alguien útil.

-Está bien- dijo Wun- pero antes hay que armar un plan, que hechizos tienen

La chica llamó a su compañero emocionada, Wun comenzó a mirar a los demás pensando si había hecho una buena elección.

-Bueno- exclamó la chica- deberíamos de conocernos antes, yo soy Dua, mi hechizo hace que las personas alucinen si ven mi ojo derecho

-Es tu hechizo especial- preguntó Wun

-Así es

Wun se sorprendió, los hechizos especiales son hechizos con los que cada persona nace, solo quien nazca con ellos los puede realizar, su ojo debía de ser una marca que dejó su uso. Los hechizos de este tipo son muy difíciles de hacer, requieren mucha práctica y muy pocas personas llegan a conocer el suyo.

-Bueno parece que eres fuerte- susurro Wun -¿Y tú? ¿También tienes tu hechizo especial?- pregunto al chico.

-Soy Bok, y no, pero no lo necesito, soy bastante fuerte- pronunció con autoridad, tanta que incluso Wun se intimidó.

-Muy bien, pues creo que tenemos de todo

-Y tu, no te has presentado- Exclamó Dua

-Soy Wun, puedo hacer pequeñas sombras sólidas y dominó varios hechizos, quédense con eso

Dua quería preguntarle más cosas y Wun planear algo, sin embargo, una campaña interrumpió la conversación. Unos guardias abrieron una gran puerta hacia un túnel. Todos entraron, el camino fue largo y cansado, cuando salieron, estaban en un campo enorme y llano. El mismo hombre que los había presentado les hablo.

-Bienvenidos, aquí es el lugar de la prueba, solo tienen que llegar a la meta primero y pasarán- dijo con pereza -En fin, vamos a empezar-

Todos se prepararon, se juntaron con sus grupos y planearon una estrategia.

-Miren- exclamó Wun -Li que vamos a hacer es esto, Dua vas atrás, usa tu hechizo para que no pasen, Bok, vas al frente, quita del camino a quien se cruce, yo les cuido la espalda a ambos

-Está bien- dijeron Dua y Bok de manera sincronizada

-¡ATENCIÓN!- Grito un guardia

-¡LA CARRERA COMIENZA EN…

-Prepárense- exclamó Dua

-3…

-Como lo planeamos- dijo Bok

-2…

-Vamos- susurro Wun

-1… ¡CORRAN!

La carrera comenzó, como lo habían planeado, Bok derribó a algunos, Wun usaba pequeñas sombras para hacer caer a los demás, cuando consiguieron suficiente ventaja, Dua uso su hechizo especial para confundir a los demás.

De repente, el suelo empezó a temblar, todos se paralizaron. Partes del camino se hundieron dejando solo pequeñas columnas para sostenerse

-Debe ser parte de la prueba- Pensó Wun

Algunos siguieron con su camino apresuradamente y otros se movían pacientemente.

-Avancemos, intentaré hacer puentes con mis sombras- grito Wun a sus compañeros

Wun creo pequeños puentes entre columna y columna, al verlo, los demás lo persiguieron para cruzar también.

-Dua, distraelos- exclamó Wun

Dua uso su hechizo para confundirlos y cayeron al vacío, Bok empujo a un grupo que los quería interceptar.

Parecía que sus problemas habían terminado, sin embargo, un gran ser volador apareció. Una especie de insecto, largo como una serpiente, con una enorme coraza y alas que revoloteaban rápidamente. Sobre el, una mujer parecía darle órdenes y otras personas atacaban a los demás.




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