La venganza de Wun

El entrenamiento militar

Wun, Bok y Dua estaban de nuevo en la habitación del inicio junto con los que pasaron la prueba. Todos en la sala estaban desconcertados, Wun sabía que era magia, pero no entendía bien cuál.

-¿Cómo llegamos aquí?- preguntó alguien de la multitud rompiendo el relativo silencio de la sala.

-Es por mi magia- Contestó un hombre que salía de un pasillo algo oscuro, no parecía muy alto, sin embargo, su presencia imponía bastante.

Se acercó caminando perezosamente, en cuanto tocó la luz todos pudieron verlo con claridad, era delgado, rubio y se mantenía encorvado

-Buen día a todos, yo soy el general Drini, de hoy en adelante, los dirigiré- dijo muy lentamente

Drini levantó su mano y chasqueó los dedos, de repente, todos estaban en un barco. No pasó mucho para que todos se sorprendieran

-Podrían callarse y escuchar- grito Drini -les explicaré rápidamente el asunto, ustedes fueron el grupo seleccionado para ir a un entrenamiento al país de Wutox, a mí no me gusta ser impuntual así que partiremos ahora-

Las miradas de todos reflejaban confusión, Drini solo se dió media vuelta y se fue.

Pasó algo de tiempo para que procesarán el que habían pasado la prueba y ahora estaban a bordo de un barco con destino a Wutox. La mayor parte estaba contenta, otra se lamentaba el no haber conseguido un puesto más alto.

-Esto es malo- dijo Dua -quedamos casi al último-

-Pero lo logramos, el lugar que importa- exclamó Bok

-Claro que importa- pronunció un chico que estaba cerca de ellos -se rumora que a los puestos más altos les dan ciertos privilegios

-¿Y tu quien eres?- Pregunto Wun

-Tranquilo, solo quiero hablar- respondió esbozando una sonrisa -deberías de ser más amigable, seguramente necesitarás muchos amigos aquí, en fin, soy Arjan, un gusto-

El tono, la vestimenta y el actuar elegante de Arjan deslumbró a Dua y Bok, pasaron hablando un gran tiempo sobre cómo superaron la prueba y la gran hazaña de Wun

-Bueno, parece que eres fuerte amigo, me preguntó ¿qué te llevó al ejército?- dijo Arjan riendo

-No necesito contestar eso- respondió Wun

-Vamos, suéltalo. Yo por ejemplo vine a conseguir dinero para abrir un restaurante

-Es un plan muy estúpido, si mueres aquí ya no conseguirás nada

-Si muero ya no podría siquiera quejarme, así que por qué me preocupo- contestó Arjan siendo algo más serio -pero en fin, y ustedes, ¿Porque vinieron?- Preguntó a Dua y Bok

-Yo y Bok hemos sido amigos desde pequeños- dijo Dua -vivíamos en el orfanato de un pueblo al oeste. Nos cuidaba una anciana con muy mal carácter, muy a menudo nos castigaba subiendo cosas hasta la montaña en donde se encontraba el orfanato. Una mañana llegó un grupo de soldados, pasaron por toda la ciudad tocando puertas, fueron de una en una hasta que llegaron con nosotros. Un hombre joven entró y habló con la anciana, intentamos escuchar pero hablaban muy bajo. A la mañana siguiente ellos se habían instalado, el hombre que había llegado el día anterior era el general de su división, eso nos dijo cuando se presentó, también que se quedaría a vivir con nosotros por un tiempo. A pesar de estar rodeados de militares, seguimos nuestra vida normalmente, el general era muy amable, nos contaba historias sobre cómo consiguió el puesto tras asesinar a un enorme monstruo. Pronto se volvió una rutina el visitarlo por las tardes. Un día los militares empacaron todo, la gente del pueblo comenzó a irse y el general se la pasaba de un lado a otro gritando órdenes sobre una evacuación. Las tropas de Lijan habían invadido el país y nuestro pueblo se convertiría en un campo de guerra. Pasaron unos días y nuestro encantador hogar quedó vacío, un carruaje llegó por nosotros y antes de irnos le prometimos al general que nos volveríamos militares para algún día volvernos a ver. El nos regaló unos collares a ambos, dijo que así nos reconocería. Es por eso que estamos aquí, el fue la primera persona que no nos trató como basura, lo debemos de encontrar-

-Que gran historia- se oyó detrás -deberías de contar la tuya- dijo una extraña mujer señalando a Wun

-¿Quien eres?- pregunto Wun

-Tal vez con esto me recuerdes- Dijo mientras aparecía de su mano el mismo insecto gigante de antes, solo que ahora era tan pequeño como un ratón

-No puedo creer que lograrás pasar

-Tu amiga no tiene buena puntería

-¿Qué buscas aquí?, nosotros no queremos problemas

-Lo que hiciste hace un rato fue interesante, nunca había visto un hechizo similar, debes de ser fuerte- exclamó mientras se acercaba -solo no me vuelvas a sabotear- susurro

Wun no dijo, solo se mantuvo en silencio. Después de ese encuentro Arjan se la paso contándoles historias por el camino, Wun ya no lo podía soportar.

De repente, una puerta se abrió y Drini salió de ella

-Hemos llegado- exclamó, posteriormente chasqueó los dedos y todos fueron transportados a un campo lleno de flores. Frente a ellos se encontraban tres extrañas personas.

-Bien, ahora que son parte del ejército, debemos de asignarlos a una de nuestras divisiones según sus capacidades- dijo Drini bostezando -mediremos sus habilidades y los asignaremos a Ciudad, Montaña o Élite, para empezar mediremos su magia- exclamó

Wun sabía que para cumplir su trato con Gowan y vengarse de Lijan debía de tener un alto rango, por ende, debía de volverse un soldado de élite.




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