Wun temblaba como un animal asustado, mientras Drini decía los nombres de los seleccionados para la división de élite. Por más que él y Arjan ganarán el combate, la última palabra la daría Morta, la extraña mujer que apenas y revelaba su rostro. Sus nervios desaparecieron cuando escuchó su nombre, luego siguió Arjan y al final Dua y Bok. Drini los transportó a otra sala y al instante se fue. Era una sala oscura, apenas iluminada por un leve rayo de luz, del techo colgaban candelabros, en las paredes habían hermosas pinturas y los más finos muebles, mientras que el suelo lo decoraba una bella alfombra con un patrón de flor. Si no fuera por el polvo y la oscuridad, aquella habitación sería comparable con la de un palacio.
-Entonces ustedes son los que me dieron- pronunció una voz al fondo, la bruja salió de la oscuridad envolviéndose en el en el humo de su pipa, su cuerpo estaba cubierto por un hermoso abrigo rojo con patrones dorados, este cubría su torso, y una bella bufanda dorada rondaba por su cuello como una serpiente. Mientras que el humo se iba, su rostro se revelaba como una escultura culpiendose. Tenía una belleza impresionante, sus ojos asimilaban rosas, con aquel color rojo que le daba un toque extravagante, su pelo, rubio y brillante como el sol, se enredaba entre su cuello y guiaba la vista hacia un patrón de marcas negras que se extendía hasta el ojo izquierdo.
Wun no le quitaba la vista de encima, aparte de ser bastante bella, fue aquella mujer la que hizo temblar a Gowan la noche anterior. De pronto, una voz angelical resonó por toda la sala
-Dichosos todos ustedes, que han logrado llegar aquí ¡Con la gran señorita Morta! ¡Sientanse afortunados de poder estar ante ella!- Pronunció una mujer, su piel, ojos y cabello, eran blancos como la nieve.
-Callate Elba, dejame hablar primero- grito ferozmente Morta -bien, en qué estábamos, oh, lo recuerdo, todos ustedes pueden irse. Bueno, todos menos 3- exclamó suavemente
Las miradas atónitas de todos se quedaron postradas sobre Morta, tanto trabajo, tanto esfuerzo para poder llegar ahí, no podían creer que los estaba echando.
-Pero señora, no puede echarnos, nos acaba de seleccionar- dijo un hombre al fondo, su cabello era facinante, una combinación de mechas negras y plateadas.
-Primero que nada, llámenme gran señorita Morta, y segundo, yo solo escogí a tres, a ti, a la que invoca monstruos y al de las sombras. Todos los demás sigan a Elba, ella los guiará a otro lugar- respondió Morta algo molesta
Ninguno se movió ni dijo nada, solo permanecieron en silencio como estatuas, todos tenían mucho que decir, pero ninguno era capaz de soltar una sola palabra. Ante eso Morta se molestó aún más, solo necesitó extender su brazo y susurrar unas cuantas palabras para sacar de la sala a todos. Al ver eso Elba se retiró de la habitación, dejando a Wun, Rena y el extraño solos con Morta.
-Bien, mucho mejor- exclamó satisfecha -ahora díganme, ¿Qué tan fuertes són?
-Porque sacaste a los demás, ellos fueron seleccionados- dijo el extraño
-Te atreves a contradecirme y a ignorar mi pregunta, qué descarado, crees que por ser pariente del rey de Bida no te puedo matar aquí mismo- Contestó Morta furiosa, Wun y Rena solo miraban al suelo sin decir nada.
-Si sabes quién soy, entonces será mejor que los dejes entrar de nuevo
-Y si no quiero, ¿Qué harás?
-Te enfrentaré- dijo mientras se preparaba para luchar
-Bien, pelearé contra ustedes tres, si logran darme un golpe dejó a los demás entrar, pero si los derrotó, tendrán que servirme por un mes ¿Qué dicen?-
Wun y Rena se miraron, luego miraron al extraño, tenía que ser o muy fuerte o muy idiota para enfrentarse a Morta
-Echaron a tus amigos también, deberíamos de pelear, no creo que ganemos, pero si lo hacemos podrían regresar- dijo Rena mientras se prepara también
-Bien- contestó Wun a regañadientes -pero recuerden que yo no fui el de la idea- dijo mientras se acercaba a los otros dos
-Que bien, al final si podré medir su poder- exclamó Morta levantándose de su asiento -pero no será en mi preciosa sala- susurro y de repente transportó a todos a un lago entre las montañas
-Vamos- dijo el extraño -solo tenemos que darle un golpe, no se separen y esperen a que se distraiga- gritó con firmeza
Morta solo se rió
-Niños ineptos, aún creen que pueden hacerme frente- bramó
De repente Wun sintió algo extraño
-¿Qué es eso?- Preguntó
-Un aura, pero, no es de un humano- respondió el extraño
-¿Pues que es?- dijo Rena
Permanecieron viendo a Morta por un rato, el aura que emitía la cubría como llamas. Tras un rato se aclaró, entonces Wun pudo deducir de lo que se trataba, con voz y mirada completamente perturbada pronunció
-El aura… es… de un Dios