La Venganza del Alfa

Capítulo 9: Campo de Entrenamiento

Ya se han cumplido dos meses y medio desde que inició mi entrenamiento con Keren, ha sido un tiempo que a pesar que se escucha corto, ha sido muy difícil de sobrellevar para poder adquirir conocimientos que corresponderán a mi control mental y emocional a partir de las futuras peleas que tenga; de cierta manera, también me ha servido para fortalecer mi concentración como habilidades para enfocarme en ataques diversos que no sólo serán a través de defensas, encubrimiento y asaltos, sino que también, para poder descubrir lo que mis atacantes querrán hacer conmigo.

He tenido que superar diversos miedos que van desde mi familia hasta mi lado más personal como humano y no como hombre lobo; tener que desatar aquellos nudos que ocasionaban un desdichado pensamiento de debilidad contra mí fue lo que también logro que aprendiera a no desconfiar en mis destrezas, en mi poder y mi pensamiento estratégico. De una u otra manera, tener un equilibrio en todo ello, me ha conllevado a sentirme de una forma más natural y cómoda conmigo mismo, a punto de influenciarme a creer que cosas que antes no les encontraba un sentido e incluso en ver más allá de probabilidades que sólo pensaba que las tenía a unos centímetros de mi cara.

Con ese cambio, Keren me hizo saber que he dado un gran paso y lo que prosigue de ello, es empezar a fortalecer mis habilidades físicas y demostrar las mentales a partir de lo que ella me ha enseñado, como a su vez, de lo que he practicado en estas semanas; para mí es un gran honor haberle escuchado decir que estoy preparado para la siguiente fase antes de realizar la prueba final que dirá si estoy dando el ancho con todo lo aprendido en su entrenamiento, por tanto, en esta ocasión, no destacaré lo que ya había llegado a aprender durante estos años en mi manada, sino que, reforzaré todo el conocimiento que he adquirido gracias a ella y su sabiduría con respecto a los entrenamientos posteriores que he obtenido tanto con Keren como con los ulfhednar.

—Este lugar es fantástico. —Recorro la mirada en aquellas paredes de arena sólida.

— ¿No sabías de estos lugares? —Me pregunta mientras sigo sus pasos.

—No, ya sabes que todo lo que me muestras es nuevo para mí. —Suelta un sonido de risa.

Y no es de menos cuando Keren ha sido muy abierta y expresiva conmigo con respecto a información que he desconocido sobre los hombres lobo y que al parecer ella conoce a la perfección; y sin dudarlo, este lugar es otra fuente de asombro cuando me mencionó que no íbamos a entrenar en la superficie del desierto, sino más bien, estaríamos en su interior, lo cual no comprendí pero una vez que ella abrió un camino debajo de nuestros pies, fue que entendí mejor su significado.

Una vez que bajamos varias gradas hechas de piedra, el portal se cerró y en su alrededor no había más que arena y precipicios oscuros de los que parecían ser un lugar infinito de la tierra; pero mediante hemos aligerado el paso, he observado como las paredes son muy sólidas, que tienen imágenes cronológicas y que parecen contar una historia.

— ¿Qué lugar es este? —Mire unos dibujos egipcios.

Me detuve para tocar la escultura, la cual tiene relieves que pueden ser admirados más de cerca, añadiendo que, en varias de ellas, los humanos parecen tener máscaras de las que son distinguidas por animales de diferentes especies, como gatos, perros, elefantes, águilas, entre otros que tienen una significancia para estas culturas.

—Licaón construyó quince cuarteles de entrenamiento para los hombres lobo —se detuvo al ver que seguía viendo la pared.

— ¿Quince? —Gire mi rostro para verla.

—Exacto, están en los puntos más fuertes en donde surgen las placas tectónicas —engrandezco los ojos.

— ¿Por qué hacer centros de entrenamiento en donde surgieron las placas tectónicas? —Consulte mi duda.

—Son lugares especiales en donde puedes encontrar diferentes recursos para incrementar tus habilidades. —Enarque la ceja.

Inesperadamente, el lugar empezó a tambalearse de una forma brutal que creí que aquel lugar se nos vendría por encima, más porque un poco de arena cayó en mi cabeza, como también, unas rocas cayeron al vacío haciendo que abriera mi boca y me preguntará que si realmente eso pudo haber sido un choque de placa con placa, o fue nada más un producto de mi imaginación.

—Tienes que mantener tu equilibrio, si no lo haces, fácilmente caerás al núcleo —señaló la oscuridad del precipicio.

—No sé escucha muy bonito —declaro.

—Es un lugar lleno de magma, así que ya sabes a lo que puedes atenerte si no sigues indicaciones —hice una mueca.

Empiezo a creer que si mi entrenamiento mental fue exhaustivo, el físico será peor cuando me encuentro en un lugar fuera de las condiciones en las que mis maestros y familia me llegaron a entrenar; además, no veo un campo en sí, en donde pueda mantener mis pies bien puestos sino quiero caer en ese lugar.

— ¿Cómo surgió la idea? —Pregunte por curiosidad.

—Licaón lo retomo de la idea de los campos de concentración, este lugar es un peligro inminente para aquel que no sabe apreciar sus dones y que también, aquel que no está en sus facultades para sobrevivir. —Un crujido se escuchó a nuestro alrededor.

—Eso se escucha muy cruel si se sabe que tomó la idea a través de una guerra muy inhumana. —Ella encoge los hombros.




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