Draven Sokolov.
Admiro desde lejos sus rostros alegres, mi teléfono vibra en mi mano atiendo sin ver al remitente sabiendo quien es, camino a través de los pasillos hasta llegar a la oficina, lo único que se escucha es su respiración agitada.
—La encontré, el seguimiento va de acuerdo al plan. Solo aue no contábamos con que se refugiará en una zona boscosa.
—Ubicacion exacta, necesito su paradero. No hay que perder tiempo Hendrick —recuesto mi cuerpo en la silla de cuero viendo a través del cristal los pequeños rayos de sol que logran entrar.
—Polonia, a las afueras de la capital. Le haré llegar todo el informe de inmediato.
Cuelga la llamada y tan solo dos minutos pasan antes de tener por completo el informe, los padres de Anahí la han estado refugiando durante estos dos años, en su estadía se ha casado con el hermano menor de esa familia dejo mi celular a un lado cuando los toqué en la puerta de la oficina se hacen más fuertes.
—Adelante.
—Laina avisa que el vuelo fue todo un éxito, lograron entregar al territorio enemigo —deja los papeles en el escritorio sentándose frente a mi—. Además un contacto ha hablado con él, ya está localizado.
Asiento revisando los documentos, Ethan está inquieto en su lugar hay algo más que no ha contado. Algo interesante.
—Habla —dejo los papeles de nuevo en el escritorio.
—Tenemos que salir del país, ya he encontrado una zona en lo más alejado que se pueda estar, casi nadie conoce la locación, y me he encargado personalmente de matar al que tenga conocimiento.
Su mirada tiene un destello de adrenalina, su sonrisa un poco torcida llama mi atención.
—Admito que tienes razón, sácalas del país, yo tengo que encargarme de hacer algo primero.
—Bien, nos vemos. Toma, es la única manera que nos contactes —me entrega un dispositivo un tanto extraño.
Sale de la oficina cantando alguna absurda cancion, examinó el aparato que dejó en el escritorio, es un pequeño localizador satelital. Alguna vez me lo enseñó, pero rara vez se le veía usando los.
Las horas pasaron rápido entre papeles, firmas y hablar con mi madre. Quien ya se encontraba fuera del país en un viaje; marco el número de mi padre pensando en demasiadas cosas que abruman mi mente nublado mis sentidos, dejo a la deriva un par de pensamientos cuando mi padre contesta.
—Hijo, estaba esperando tu llamada, ¿La han encontrado?
—Sí —me levanto dejando organizadas las cosas en la oficina—. Ya Hendrick le está haciendo casería, salgo está noche para Polonia, ¿tienes lo que te pedí?
—Todo está completo, la lista está llena y la gala programada. Tu madre ya se a asegurado de todo lo demás, el vestido lo tiene que elegir la novia.
—Perfecto —subo las escaleras caminando a oscuras por toda la casa—. Nos vemos dentro de siete meses, tienes que hablar con Ethan, te comunicará algo importante.
—Nos hablamos después, hijo. Suerte, la vas a necesitar.
Cuelgo colocando mi mano en el pomo de la puerta suspiro antes de abrir y entrar a la habitación, más me sorprende el hecho de que Anahi esté despierta a estas horas, su rostro se encuentra imposible, un enigma en sus ojos avellanas atrapa mi atención, sus dedos pasan la página con una rapidez inigualable. Al sentir mi presencia cierra el libro mirándome con su rostro sonrojado, carraspea antes de dejar el libro en la cómoda.
Me acerco hasta ella dejando un beso en sus frente, me apartó caminando en dirección al baño, al estar dentro me despojo de toda mi ropa entrando directo a la ducha, el agua fría cae como cascada por mi cuerpo relajando así mis músculos, el tatuaje en mi brazo resalta más que nunca, termino de bañarme.
Al estar listo salgo con la toalla enrollada en mi cintura con la otra seco mi cabello dejándolo un poco húmedo, Anahi muerde su labio al verme salir, hago que no veo su acción y sigo de largo hasta el vestidor. Agarro un pantalón de pijama dejando mi pecho al descubierto.
Al salir veo si pequeña figura parada en el balcón, viendo la gran oscuridad que se alza en el cielo nocturno, casi sin estrellas la luna brilla en lo más alto, me acerco por detrás abrazando su frágil cuerpo, apoya su cabeza en mi pecho suspirando.
—Ethan me ha invitado a un viajé —empieza a hablar jugando con su anillo de matrimonio—. No quiero ir, quiero quedarme aquí a tu lado, pero la idea es tentadora. Aunque se que algo se esconde, y necesito que me digas que es Draven, no me pueden decir pero me doy cuenta.
Mi cuerpo se tensa por completo, se da vuelta entre mis brazos, dejando su mentón apoyado en mi pecho haciendo que sus ojos están fijos en los míos, sus esferas llenas de algún brillo especial me absorben, mi pecho se llena de incertidumbre y miedo, algo que hace mucho no sentía. Ningún pensamiento coherente llega a mi,me quedo atrapado en la bola de pensamientos que obsorven cada rincón de mi.
—No hay nada de trasfondo —empiezo a hablar mirando sus ojos intentando despejar sus pensamientos—. Los acompañaré en el viaje, aunque primero tengo que resolver algunos problemas que surgieron en mi ausencia.
—Entiendo, pero a un tengo una inquietud, se que no me dirás nada —sus ojos examinan mi rostro, la curiosidad es evidente.
Dejo un beso en su frente, su cuerpo se aleja del mío, un zumbido atraviesa mis oídos obligando me a aferrarme del umbral del balcón, Anahera pronuncia algo pero por más que intento no escucho ni una sola palabra, mis vista se nubla negandome aunque sea una visión borrosa de mi alrededor. Froto con un poco de fuerza mis ojos, pero aún así, no logro ver ni la silueta de su pequeño cuerpo.
Respiro con fuerza intentando ver un poco, lo consigo con dificultad. El malestar me abandona de a poco, Anahí se encuentra en la cama con un libro en sus manos, se da cuenta que me he quedado en la misma posición que antes, su rostro se llena de preocupación, se levanta rápido hasta llegar a mi.
Editado: 08.01.2025