Después de varias citas exitosas, Sofía sugirió una visita al parque de atracciones local. Marcos, aunque un poco reacio a las alturas, aceptó con entusiasmo.
—Será divertido, Marcos. Además, podemos ganar esos osos de peluche enormes en los juegos de feria —dijo Sofía, emocionada.
El día en el parque fue lleno de risas y gritos. En la casa de los espejos, Marcos se tropezó y cayó de manera espectacular, haciendo reír a todos los presentes, incluida Sofía.
—¡Deberías considerar una carrera en la comedia física! —bromeó ella, ayudándolo a levantarse.
En la montaña rusa, Marcos gritó como nunca antes, mientras Sofía levantaba los brazos y disfrutaba de la adrenalina.
—¡Esto es increíble! —gritó ella, riendo.
—¡Sí, increíblemente aterrador! —respondió Marcos, aferrándose a la barra de seguridad.
Finalmente, llegaron a los juegos de feria. Marcos estaba decidido a ganar un oso de peluche para Sofía. Después de varios intentos fallidos en el juego de tiro al blanco, un empleado del parque se acercó a él.
—Vamos, chico, te daré una oportunidad extra. Necesitas impresionar a la dama —dijo, guiñándole un ojo.
Marcos, concentrado como nunca antes, apuntó y disparó. El tiro fue perfecto, derribando todos los blancos.
—¡Lo logré! —exclamó Marcos, levantando los brazos en triunfo.
Sofía, riendo y aplaudiendo, le dio un beso en la mejilla.
—Eres mi héroe, Marcos —dijo, abrazándolo con fuerza.
El día terminó con ellos compartiendo algodón de azúcar y viendo los fuegos artificiales. Marcos, mirando las luces en el cielo, sintió que estaba en el lugar correcto, con la persona correcta.
Unos meses después, con su relación cada vez más sólida, Marcos comenzó a pensar en el futuro con Sofía. Quería hacer algo especial para ella, algo que simbolizara su compromiso y amor.
Una noche, mientras cenaban en su restaurante favorito, Marcos comenzó a notar que Sofía estaba especialmente alegre.
—Marcos, hay algo que quiero contarte —dijo Sofía, sonriendo.
—Yo también tengo algo que decirte, pero tú primero —respondió Marcos, curioso.
—Bueno, he estado pensando mucho y… me gustaría que viviéramos juntos. Quiero que construyamos nuestro propio hogar —dijo Sofía, sus ojos brillando de emoción.
Marcos se quedó sin palabras por un momento. Había pensado en proponerle matrimonio, pero esto parecía un paso perfecto antes de dar el salto.
—Sofía, eso suena increíble. Y, de hecho, yo también tenía algo planeado para esta noche —dijo, sacando una pequeña caja de su bolsillo.
Sofía lo miró con sorpresa y emoción mientras él abría la caja, revelando un anillo simple pero elegante.
—No es una propuesta de matrimonio, al menos no todavía. Pero quiero que este anillo simbolice nuestro compromiso de estar juntos y construir algo hermoso —dijo Marcos, con una sonrisa tímida.
Sofía, con lágrimas de felicidad en los ojos, aceptó el anillo.
—Es perfecto, Marcos. Te amo —dijo, abrazándolo.
—Y yo a ti, Sofía. Vamos a construir una vida maravillosa juntos —respondió él, sintiendo una paz y felicidad que nunca antes había experimentado.
Los meses siguientes estuvieron llenos de planes y preparativos para su nuevo hogar. Se mudaron a un pequeño pero acogedor apartamento, decorado con el arte de Marcos y toques personales de Sofía. Cada rincón del lugar reflejaba su amor y compromiso mutuo.
Un día, mientras desempacaban las últimas cajas, Sofía encontró una vieja foto de Marcos y Marta.
—¿Quién es ella? —preguntó Sofía, curiosa.
Marcos sonrió, recordando a su amiga espectral.
—Es Marta, una amiga muy especial que me enseñó mucho sobre la vida y el valor. No estaría aquí sin ella —respondió, colocando la foto en un lugar especial de la sala.
Sofía, entendiendo la importancia de Marta en la vida de Marcos, asintió y sonrió.
—Entonces, gracias, Marta, por cuidar de Marcos y llevarlo hasta aquí —dijo, con una mirada afectuosa.
Esa noche, mientras miraban las estrellas desde su balcón, Marcos y Sofía sintieron que su vida juntos apenas comenzaba. El amor, la risa y las aventuras que habían compartido eran solo el preludio de una historia mucho más grande.
Marcos miró hacia el cielo y, por un instante, creyó ver una estrella brillar un poco más fuerte que las demás. Sonrió, sintiendo la presencia de Marta, y supo que, de alguna manera, ella siempre estaría con ellos, guiándolos y protegiéndolos.
—Por nosotros, por nuestro futuro —dijo Marcos, levantando una copa de vino.
—Por nosotros —repitió Sofía, chocando su copa con la de él.
Y así, con el amor en sus corazones y una vida llena de posibilidades ante ellos, Marcos y Sofía comenzaron su nueva aventura juntos, sabiendo que, pase lo que pase, siempre tendrían el uno al otro.
FIN
#773 en Thriller
#277 en Suspenso
#362 en Misterio
historia corta, fantasmas y venganza, narración en tercera persona
Editado: 01.08.2025