Capitulo 1
"Ya casi termina, ya casi termina"
Me repetía esa frase una y otra vez mientras hacia ruido chocando las yemas de mis dedos sobre la mesa de madera en la que tenía mis cosas. Podía sentir la mirada un tanto molesto de mi compañero sobre mi, supongo que ya lo tenía harto de ese ruidito, pero poco me importo, era lo único que me mantenía cuerdo entre tantos tubos de ensayo, mezclas incluso mortales y ecuaciones químicas que llenaban mi cuaderno y el pizarron.
Mi mirada viajaba constantemente de mi mesa al reloj y viceversa, de vez en cuando a la ventana. La mujer en el frente del salón seguía y seguía hablando con términos químicos que yo no entendía. Una pesadilla.
"Ya casi termina, ya casi termina"
—¿Puedes callarte por favor? –Por fin lo había escuchado hablar en toda la clase, lastima que fue para callarme.
Hice una mueca burlándome de él y regresé mi vista al reloj... Tres, dos, uno.
—¡Soy libre! –Grite levantándome de mi lugar. Lastimosamente no había sido en mis adentros.
La maestra me miraba más que molesta y sólo me senté de nuevo y baje la mirada ante la burla de mis compañeros. Para mi suerte no me castigaron. Sali del salón lo mas rápido que pude, ya no soportaba ni un momento mas en ese lugar, era deprimente. Se que es muy cliché pensar que la escuela es una cárcel a la que debo asistir todos los días, no soy muy listo, pero intento mantener mis notas lo mejor que puedo y asi ahorrar algunos gastos universitarios obteniendo una beca. Es mas fácil decirlo que hacerlo, pero lo hago por ella, luego de que el se fue las cosas no son iguales, al menos para mi madre yo estaba muy acostumbrado a su ausencia.
—¡Daniel! –Gritaron desde el otro lado del pasillo lo que hizo que mirara hacia atrás.
—Ah, solo eres tu–Espere a que se acercara a mi y recuperara el aliento. Su respiración acelerada denotaba que había corrido mucho.
—A mi también me da mucho gusto verte–Obviamente se noto mucho el sarcasmo en esa frase.
Pero, Nick era así, igual que su madre, mi tía. No tenía una gran relación con mi tía, no iba muy seguido a casa de Nick como lo hacía antes cuando éramos niños y a pesar de ser la hermana de mi madre, ella tampoco nos visita mucho, exceptuando navidad o el cumpleaños de mi madre. Ella y yo creemos que la muerte de su esposo la volvió un poco más apartada y sobreprotegía un poco a Nick por la misma situación y nosotros lo entendíamos, era lo único que le quedaba. Creo que, a pesar del poco contacto que tengo con ella, confía un poco más en mí, sabe que soy un poco más cuerdo que Nick y que no soy una mala influencia para el.
—Lo siento, acabo de salir de química. Ya sabes, estoy cansado.
—Mmm… No me huele a que sea solo la clase –Cruzo sus brazos a la altura de su pecho- Y aun así no justifica tu cara de muerte.
Yo solo rodé mis ojos y seguí caminando. Sabía que estaba mal, sabía que me veía mal, no debían repetírmelo todo el tiempo. Llegamos afuera del lugar y él se dirigió a su motocicleta, antes fue de su padre, pero él quiso que la tuviera antes de morir. Nick pensó que ni siquiera seria suya porque faltaba mucho tiempo para que eso sucediera. Su madre no estaba de acuerdo al principio pero ahora incluso ayuda a comprar y llevar cosas a la casa. No tenía muchos ánimos de ni siquiera subir al vehículo, estaba cansado, pero prefería caminar.
—Oye, Nick. Hoy caminare a casa, debo hacer algunas cosas.
—Bueno, como quieras. Solo no llegues tarde, mi tia se pone como loca.
Asentí con la cabeza y espere a que saliera del estacionamiento para poder seguir mi camino. No tenía nada que hacer, solo quería estar solo un momento y caminar para despejar mi mente. No entendía el repentino cambio de humor, pero últimamente me pasaba mucho. Como una especie de mal presentimiento que se escondía en mi pecho. Pensaba demasiado y eso no era muy raro en mí, pero lo extraño es que los pensamientos siempre tenían que ver con él y a mí no me gustaba hablar del tema. A lo lejos escuchaba una voz, llamándome, era una voz un tanto grave y estaba susurrándome.
—Daniel… Daniel, ven–Gire mi cabeza hacia a la izquierda que era de donde provenia esa voz. No dejaba de llamarme y yo no podia dejar de acercarme.
Repentinamente todo el espacio empezó a cambiar, las calles se distorsionaban y los arboles empezaron a arder en llamas y esa voz no dejaba de decir mi nombre, era lo único que escuchaba y se me hacia conocida.
—¡Oye, cuidado! –Y solo ahí escuche el sonido de un auto acercándose a mi, seguido de mi cuerpo estrellándose en la acera con unos brazos rodeando mi cuerpo– Deberias tener mas cuidado, niño–Y huyo corriendo de ahí.
—¡Espera! –Me levante y empece a seguirlo. Todo estaba pasando tan rápido que ni siquiera note en que momento empezó a llover.
Continuaba siguiéndolo, intentando alcanzarlo, llamándolo como loco cuando escuché el sonido de otro auto, casi me arrolla como el primero, me hizo caer hacia atrás sobre la acera. Me detuve esperando a que el auto pasara, pero ya era muy tarde, el desconocido había desaparecido. Suspire profundo intentando regular mi respiración, maldiciendo en mi interior por no haber logrado alcanzarlo.