La verdad secreta - El renacer del ente

Capítulo 17 - ¿Entonces...?

Era de mediodía cuando Gache acompañaba a su amigo de pelo azul por el mismo camino de siempre para volver a sus casas y descansar. Y según lo que Gache podía observar, Yeik iba a necesitar un descanso muy bueno para poder recuperar su característica sonrisa. A diferencia de la preocupación y el enojo de la mañana, sus gachos hombros y su mirada que recorría el suelo, demostraban que ahora se encontraba notablemente desmotivado. Su amigo, para contrastar, llenó sus pulmones de aire y trató de levantar los ánimos.

-Che... Al final ¿Qué te dijo el entrenador?

-Que hoy solo iré a enseñarle a los principiantes -contestó Yeik, seco-. El entrenador me prohibió ir hoy a entrenar y si llego a matar aunque sea a una mariposa me darán una sanción más grave.

Repentinamente, se escuchó un crujido que hizo que inevitablemente ambos detuvieran la marcha:

-¿Y eso qué fue? -preguntó el canoso.

-Creo que pisé algo.

Cuando el de cabellos azules volteó la suela del pie hacia arriba, vio a un pobre cascarudo agonizante, aplastado.

-Los cascarudos no te expulsan del magnen ¿Verdad?

-Gache...

-Ya, ya, tranquilo. Solo era una broma -dijo entre risas. Luego continuaron su camino-. Entonces... ¿Qué vas a hacer al respecto, pibe?

-No lo sé... limitarme a encerrarme en mi cuarto, creo -dijo Yeik, con un respingo-. Así sólo golpearé mi muro cuando me enoje. Creo que será lo mejor para evitar empeorar todo lo que está pasándome.

-¿"PasandoTE"? -lo miró Gache con una mirada un tanto acusadora-. Ey, Yésika también es mi amiga y el problema también me incluye. No te adueñés de ella ¡Ja ja!

-No, no me refiero a eso -contestó Yeik, sin entuciasmo ante el buen humor de su amigo-. Bueno, quizás sí, pero me refiero a otras cosas también.

-Lo decís por Rai ¿No? Acordate que vamos a solucionar ese problema, juntos. No te hagás problema.

-Bueno, sí, también. Pero me refiero también a... emm...

-¡Ya sé! ¿Arlet?

Nuevamente, los combatientes escucharon otro crujido, por lo que tuvieron que detener su conversación nuevamente para corroborar lo sucedido:

-Urgh... parece que pisé otro -dijo Yeik con la suela levantada.

-Mejor mirá por dónde caminás antes de que el entrenador te expulse por tres años -respondió el canoso con un suave golpe en el hombro de Yeik.

-Gache... estoy... bastante molesto por mi situación ¿Podrías dejar de bromear con... el castigo?

-Ya, ya, está bien, calmate. Estás muy tenso, chavón. Tenés que relajarte un poco -dijo, emprendiendo nuevamente camino-. Entonces ¿El problema es con Arlet?

-Bueno... en realidad...

Ante el tercer sonido de crujido que volvió a brotar, Yeik agotó su paciencia y fue directamente hacia el borde de la vereda para restregar y limpiar violentamente su planta del pie:

-¿¡Acaso hoy me va a tocar pisar a todos los malditos escarabajos de esta ciudad!? ¡¿Qué diablos les pasa?!

-¡Olvidate del magnen por el resto de tu vida! -rió sin disimulo el canoso.

-¡¡¡Gache, ya basta!!!

Gache solo pudo mostrar asombro ante el inesperado grito de su compañero, aunque no duró mucho. Disgustado, pensó que los esfuerzos que estaba haciendo para levantar los ánimos de su amigo estaban siendo echados a la basura sin la menor delicadeza. Decidió, entonces, que se le había acabado la paciencia también.

-Che, no sé qué carajos te pasa. Pero por lo menos podrías decirme ¿No?

-¡Gache... solo...! -intentó hablar, aunque inmediatamente interrumpió sus propias palabras-. ¿Sabes algo? Iré sin vueltas.

-¿Sin vueltas sobre qué?

-No, no es Rai. Y tampoco pasa nada con Arlet. No pasa nada con ella, ni con lo que hace, ni con lo que dice. Bueno... a excepción de lo que pasó en el baño el primer día que vino...

-¿Qué? ¿Todavía la tenés con eso? -dijo Gache resfregando las manos sobre su cara- ¡Eso pasó hace un mes! ¿Cuál es el problema con eso?

-Que no puedo dejar que Yésika se entere o voy a arruinar más la situación con ella.

-¿Vos estás loco? ¿Por qué no le explicaste eso antes de que pasara un mes, chavón?

-De todas formas ya no servirá de nada -dijo Yeik, extendiendo las manos para que su amigo se tranquilizara-. Ya no importa si se lo digo o no. Pase lo que pase, ella ya no va a creerme.

Silencio. A pesar de que el canoso no lograba entender el mensaje de Yeik, solo quedó expectante de sus palabras para obtener una mejor explicación. El de pelo azul, de repente, bajó la cabeza:

- Hablé con Rai hoy... y... creo que tiene razón.

-¿Razón? ¿Razón sobre qué?

-Sobre que necesito resolver las cosas con Yésika. Y para eso necesito alejarme de los problemas o no voy a poder volver a hablar con ella nunca más.

El canoso acentuó su cara de extrañeza, aunque esta vez lo miró de reojo, agregando duda y sospecha a su mirada desconfiada:



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En el texto hay: accion, aventura y misterio, aventura y amor

Editado: 01.08.2019

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