Nolee se encontraba recorriendo la ciudad de Denver, en el estado de Colorado, uno de los pocos lugares que se mantenían en buen estado, tanto su población como sus paisajes, rodeado de montañas y con mucha población vegetal -más que todo sus bosques- sin dejar de ser una metrópoli citadina conocida en varias partes del mundo. Sin embargo, dicho pobado no escapaba de la inclemente realidad, pues no dejaba de ser un lugar azotado por el hampa, ya que era algo que ocurría en todas partes del país.
La chica viajaba en un pequeño autobús, de color blanco brillante, junto a otros visitantes, quienes tenían pensado recorrer algunas ciudades del país, suendo su destino final la ciudad de Kansas, la última zona que se podía considerar totalmente segura en el país, ya que en la misma residían la mayoría de las familias más ricas y pudientes de los Estados Unidos -que eran provenientes de otros estados, que fueron bombardeados por la Policía Central en el pasado, con la excusa de la "purga" contra los grupos de delincuencia organizada, y otros criminales-, y que tenía prioridad para éste cuerpo de seguridad, por lo que allí había un aeropuerto y, al llegar allá, Nolee regresaría a Santa Leah.
Sin embargo, ella no quería que el recorrido acabara, sentía que debía quedarse en América, su intuición le decía que no se marchara de allí, que no llegara a la ciudad de Kansas, pero no entendía la razón de todos los sentimientos que la embargaban en esos momentos, y estaba realmente confundida por todo eso. Era algo que no conocía o tal vez el llamado de la sangre, de aquel hermano del que ni siquiera sabía su existencia y que por eso le era extraño, algo ajeno a sus sentimientos.
Pero al pasar las horas, un camión militar, que iba en dirección contraria al autobús, se detuvo frente al vehículo en que se trabsportaba, evitando que el mismo siguiera con su avance y después bajaron del otro automotor cinco personas, dos chicas y tres chicos, que rodearon al transporte, apenas un momento después, y fue entonces que una de las chicas de dicho grupo abordó el bus. Ya en su interior, se dirigió a los pasajeros, diciéndoles lo siguiente:
—Buen día a todos, ciudadanos. Espero que no les moleste lo que vamos a hacer a continuación. Les pido que bajen un momento, necesitamos realizar una revisión de rutina en éste autobús, de antemano, disculpen las molestias.
Todos los pasajeros bajaron del autobús y se quedaron cerca del mismo, porque creían que esos chicos no tardarían mucho con su tarea. No obstante, un momento después de que revisaran el mismo, aquella chica, que parecía ser la líder de aquel grupo, les dijo a todos, con un tono de voz muy firme:
—Lamentamos mucho lo que está pasando, pero hemos encontrado armas dentro del vehículo y debemos averiguar quién es el dueño.
En ése momento, un hombre sacó una pistola, ocasionando con eso que el resto de los pasajeros se alarmaran mucho, pues así se delataba como el propietario de ése armamento, y después de eso, le apuntó a Nolee con ella -aprovechando que estaba a su lado, para usarla como escudo humano, por si las cosas no resultaban a su favor-, justo a la cabeza, para entonces dar la siguiente orden, muy confiado:
—¡Dejen que nos vayamos o la chica se muere!
Nolee, al ver lo que estaba sucediendo, en vez de desesperarse, le dio un pisotón a ese hombre, que se quejó del dolor y bajó la guardia, por lo que, acto seguido, la chica, le propinó un codazo en el abdomen, haciendo que ése sujeto perdiera el aire por un instante, además de dejar caer su arma, la cual ella tomó rápidamente, evitando así que el hombre volviera a atacarla, a ella o a otro de los pasajeeros. Luego le apuntó a la cabeza y dijo, con voz serena:
—¡Te metiste con la chica equivocada, idiota!
Todo parecía estar bien, al haber controlado a ése sujeto, sin embargo, se sorprendió sobremanera al ver que, justo después de eso, aquellos jóvenes desenfundaron sus armas, y seguidamente, procedieron a apuntarles a todos los pasajeros del autobús con ellas, por lo que Nolee soltó la pistola y les preguntó, muy extrañada:
—¿Por qué nos apuntan? Si es por lo que hice, yo sólo me estaba defendiendo, nada más.
—No quieren colaborar con el Escuadrón Alfa —fue la razón que le dió uno de esos chicos—. Eso los hace ver como personas peligrosas, señorita.
—¿El Escuadrón qué...?
Su pregunta se debía a que ella no tenía conocimiento acerca de algún grupo militar con dicho nombre, que operara en el país que estaba visitando. Eso se debía a que el "Escuadrón Alfa" llevaba apenas un par de años operando en la nación, con el fin de neutralizar a todos los criminales que se hallaban dispersos en América, auspiciados por la Policía Central; y sus miembros no eran otros que los XR, los humanos que fueron creados por la Doctora Jhonson -en el marco del Proyecto Irión", en IEPCOM, hacía cinco años atrás-, a los que se les había asignado esa tarea, después de haber completado su entrenamiento.
Antes de que alguno de esos chicos de ése grupo militar pudiese darle una respuesta a esa chica, uno de los pasajeros le dijo al resto, con la intención de alertarlos a todos, muy alterado:
—¡Vayámonos de aquí! Estos sujetos no dudarán en acabar con nosotros.
—¿A qué te refieres con eso? —le preguntó Nolee a ése joven, muy extrañada por su reacción.
En vez de responder a su pregunta , aquel chico se abalanzó hacia ella rápidamente, por lo que ambos cayeron al suelo, para luego ver como los XR abrieron fuego contra los demás pasajeros, asesinándolos en el acto, mientras los dos chicos se mantenían acostados, tapándose los oídos a causa del sonido de las balas. Cuando dejaron de disparar, uno de los chicos le preguntó a la que los dirigía, que era la XR-2:
—¿Qué hacemos con ésos dos, Sydney?
—Nada, Jack —le respondió ella a su compañero, indiferente—. No creo que sean peligrosos.
Después de eso, los XR subieron al camión de nuevo y se marcharon de allí, dejando a Nolee y al muchacho en medio de la nada. Ella se quitó de encima al otro, abruptamente, y luego se sentó de cuclillas en el suelo, tratabdo de procesar todo lo que estaba sucediendo, tanto por lo que ése chico había hecho, como por el hecho de que acababa de ser testigo de como los miembros del "Escuadrón Alfa" habían acribillado a todas las personas que viajaban junto a ella en el autobús, y se fueron de allí, como si nada hubiese ocurrido. Tanto era su desconcierto, que llegó a pensar "¿Será que mi padre se refería a esto cuando me decía que venir aquí era muy peligroso?", pero aún así, le preguntó a él, bastante alterada:
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Editado: 26.06.2025