Capítulo IV: Proyecto Irión

Habían pasado algunas semanas desde mi conversación con Stuart sobre el espiar los movimientos de la Doctora Jhonson en el "Proyecto Irión", porque me interesaba mucho saber cómo era el proceso, mediante el que se podrían crear seres humanos artificialmente, no porque me gustara el asunto, sino porque era algo muy importante para mí y para poder ver cuál era el motivo de tanta sintonía entre ese proyecto y la compañía IEPCOM, lo cual me causaba algo de curiosidad.

De repente, mi mejor amigo entró a mi oficina, hecho un manojo de nervios a causa de lo que venía a contarme: era información sobre el proyecto de la Doctora Jhonson, obtenida solamente para mí, algo que me hizo entender que aún tenía miedo de la reacción que tendría si no cumplía con su cometido, y él sabía muy bien que esas reacciones no eran nada buenas.

—¿Cómo te encuentras, amigo? —le pregunté, para tratar de calmarlo un poco—. Espero que muy bien, Stuart.

—Yo estoy bien, Megan —respondió, apresurado—. Pero tengo que contarte algo muy importante.

—¿Qué ha pasado con el Proyecto Irión, Stuart?— fue lo que le pregunté, porque estaba muy impaciente.

—Es mejor que leas esto —me dijo mientras me entregaba unos papeles—. Allí está toda la información que pude obtener sobre el Proyecto Irión sin que nadie sospechara nada, espero que te sirva.

Después de eso, Stuart se fue de la oficina rápidamente, porque tenía pánico de que la Doctora Jhonson lo encontrara allí, yo lo sabía muy bien. Conocía a mi amigo y también sabía que no le gustaba hacer cosas como ésas, pues él era una persona muy precavida y no le gustaba meterse en problemas de ningún tipo, pero yo había logrado meterlo en muchos durante nuestra vida, sobre todo en nuestra juventud.

Tomé dichos documentos con ambas manos, para comenzar a leerlos con toda mi atención, que era lo que me interesaba en ese momento. Entre ellos había una hoja suelta, que parecía una especie de nota. En la misma, se relataba lo siguiente:

"El Proyecto Irión consiste en crear seres humanos artificialmente, por medio de la combinación de segmentos de varias muestras de ADN, para formar cadenas sanas de ese material genético.

Cuando esas cadenas de ADN estuviesen formadas, serían implantadas en varios óvulos enucleados, los cuales, a su vez eran introducidos en cápsulas, las cuales contenían todos los nutrientes y sustancias necesarias para el crecimiento y desarrollo total de un feto durante el período de gestación de cada nuevo ser humano.

Además de lo antes mencionado, las capsulas en las que se desarrollan los sujetos de pruebas están diseñadas para poder controlar la edad que cada uno de ellos tendría al momento de su 'nacimiento' Este proceso es controlado únicamente por la Doctora Jhonson, ya que no quiere que se cometan errores durante el desarrollo de su proyecto.

Anexo a este informe, están algunas de las personas que donaron material genético para el proyecto, para que lo revises y llegues a tus propias conclusiones con respecto al mismo.

Se despide:

Stuart Langley”

Después de leer las anotaciones que había hecho mi amigo, pasé a leer el resto de los documentos que él había logrado obtener para mí. Los mismos resultaron ser los expedientes de las personas que habían donado muestras de ADN de todo tipo, ya fuesen de sangre, saliva, cabello y muchas otras, las cuales él se había molestado en enviarme con toda amabilidad y complicidad, para cumplir la palabra que me había dado, pues si había algo en lo que él nunca faltaba era en el aspecto de cumplir sus promesas al pie de la letra. No por nada era el mejor y el único amigo que tenía.

La gran mayoría de esos expedientes me pareció de lo más superflua y normal, porque eran personas que formaban parte de la clase media y alta, que donaban ese material genético voluntariamente o como pensé yo “porque les da la gana y tienen los recursos para hacerlo”. Pero cuando vi el resto de los expedientes, me di cuenta de que la cosa iba más en serio de lo que yo creía. ¿El motivo de esta conclusión?

Bueno, es que en esos expedientes rezaban los nombres de algunos de los criminales más temidos del mundo entero, en su mayoría ladrones y asesinos, los cuales habían sido atrapados por los efectivos de la Policía Central en el momento en que se descuidaron y habían sido obligados a donar las muestras de ADN para el proyecto mediante la intervención del jefe de ese cuerpo policial, llamado Jacob Fitzpatrick, un hombre muy temido por mucha gente alrededor del mundo, por lo que a mi cabeza se vino la siguiente pregunta: ¿Qué tenía que ver el Jefe de la Policía Central con el Proyecto Irión y con la Doctora Jhonson?

Desgraciadamente, yo tendría la oportunidad de conocer el vínculo existente entre ellos con lujo de detalles, no porque yo lo quisiera, sino porque el curso de las cosas hizo que los eventos se fueran dando, uno a uno, para que, tanto Stuart como yo, nos viéramos involucrados en todo el círculo vicioso que comprendía al Proyecto Irión y a la Doctora Jhonson.

Pero lo que hice después, marcó nuestra entrada en ese círculo. Llamé a Stuart a su celular, el sonido de espera duró algunos instantes, lo que significaba que estaba muy ocupado o que no lo tenía consigo, lo cual era improbable, porque él nunca dejaba tirado su celular, eso yo lo sabía perfectamente.

Respondió un momento después, en voz baja:

—Habla rápido, estoy trabajando y sabes que esto no es provechoso para ninguno de los dos.

—No te preocupes, Stuart —dije yo, con tono sereno—. Necesito que me digas algo muy importante.

—¿De qué se trata?— me preguntó, un poco asustado.

—¿Tú no conoces a ningún hacker, amigo mío?

—le di a conocer mi pregunta.

—¿Qué piensas hacer, Megan? —fue lo que me preguntó, vislumbrando ligeramente lo que yo quería hacer.

Y tenía toda la razón, pues lo que yo quería era contratar a un hacker para que se infiltrara en el sistema informático de IEPCOM, para lo que ni él ni yo teníamos conocimiento alguno.