La Verdad Sobre Iepcom

Capítulo V: Flash Fingers

Ésa pregunta había salido de mi boca, como una mezcla de impulsividad y desesperación, como una especie de " último recurso”, porque ya sentía que se me estaban agotando las opciones para obtener más información acerca de Jhonson y sus movidas en la compañía. Fue entonces que pensé: “¿Cómo se te ocurre preguntarle eso precisamente al santurrón de Stu? Obviamente, la respuesta será un no”. Finalmente, después de haber transcurrido unos instantes, él me respondió lo siguiente, y se oía un poco fastidiado:

—Por supuesto. Pero no creo que sea necesario que un hacker se infiltre en el sistema de IEPCOM.

Me quedé muy sorprendida por lo que Stuart me había dicho, pues no me lo esperaba en absoluto. Lo primero que se me vino a la mente fue: “¿De dónde rayos Stuart conoce a un hacker?”, pues nunca me llegué a imaginar que él llegase a tener ése tipo de amistades, ya que a él no le gustaba meterse en problemas, y estar envuelto en asuntos legales le provocaba terror, pero decidí no comentar nada al respecto, ya habría tiempo para que mi amigo me aclarara ésa duda. Por lo mismo, me limité a responderle, decidida a llevar a cabo mi plan:

—Pues yo creo que sí, Stuart No puedo dejar que algo así ocurra en la compañía, aunque aquí no confíen en mí para nada.

—¡Dios, Megan! ¡Estoy a punto de creer que te estás volviendo loca! —me reclamó y yo sabía que estaba muy enojado por lo que le pedía—. ¿Sabes lo que nos pasará si llegan a descubrirnos?

—Yo más que nadie sabe lo que nos puede ocurrir —le dije, casi tan enojada como él lo estaba—.Pero prefiero mil veces pedir la ayuda de un hacker a exponernos, sobre todo a ti, que eres mi mejor amigo.

—Está bien, te daré los datos de un amigo mío, pero lo haré más tarde —me dijo, para después colgar su celular y así, dar por terminada la conversación que teníamos.

Todo transcurrió normalmente en el resto del día, hasta que Stuart se apareció en mi oficina, casi a las doce de la medianoche, hora a la que yo no estaba para nada acostumbrada a estar despierta, pero por mi amigo yo podía hacer eso y muchas otras cosas. Lo primero que hizo fue preguntarme:

—¿Ya se te pasó la loca idea de contratar a un hacker para tus desquiciados planes?

—No, Stuart —respondí, con tono cortante—. Es más, estoy más segura que antes de hacerlo, amigo.

—Pensé que recapacitarías, pero veo que me equivoqué —me dijo, enojado—. Bueno, lo prometido es deuda.

—¿Dónde están los documentos? —le pregunté, pensando que sería más sencillo tener sus datos para poder contactar al hacker.

—Con mi amigo las cosas no son tan fáciles, Megan —dijo él, para después tomar mi computadora y revisar en internet por varios minutos, hasta encontrar una web fantasma y logearse.

Un momento después, en los chats de esa página apareció alguien, con un nick algo raro para mi gusto: Flash Fingers. Realmente nunca he sido fanática de los nicks en ningún idioma, porque soy terrible para elegirlos, entonces le pregunté a mi amigo:

—¿Qué persona busca un nick en el que diga que tiene dedos rápidos? No me agrada eso, Stuart.

—Pues tendrás que acostumbrarte a leerlo, porque ese es mi amigo hacker —me dijo, lo que me hizo ver que a veces, por hacer algo bueno, debemos tratar a gente que no nos gusta del todo.

—De acuerdo —fue lo que le dije a Stuart, para dar por terminado ése asunto—, lo que de verdad me interesa es que haga bien el trabajo por el que lo pienso contratar.

—Es el mejor que conozco, Megan —aseguró él, muy serio, sin dejar de mirar la pantalla del ordenador, en espera de que ése sujeto se conectara.

—Es el único que conoces, de todos modos —le dije al castaño, con un dejo de sarcasmo.

Al escuchar mis palabras, mi amigo hizo un ademán de disgusto, por lo que me dí cuenta de que mi comentario no le había caído en gracia, en lo más mínimo. Pensé en disculparme con él, mas no me fue posible, porque, apenas un momento después de eso, se mostró en la pantalla de la computadora una ventana de video chat, por,medio de la cual divisé a un chico, de unos veintiún años, afrodescendiente y muy lindo de cara, quien apareció por ésta, para decirle a mi amigo, muy emocionado, a modo de saludo:

—¡Hermano, por fin sacaste un tiempo para salir de esa rutina capitalista y enferma y hablar con tu amigo de la red!

—Garrett, déjate de cosas y escucha —dijo Stuart, serio—. Tienes un trabajo muy importante que hacer.

—¡Estoy emocionado! —respondió, muy contento, por lo que pude notar en la ventana de video chat—. ¿De qué se trata, amigo?, la última vez que me conseguiste algo, gané una miseria. Soy un hacker, necesito dinero.

—Éste trabajo no es para mí, es para una amiga —le respondió—. Y no te preocupes por el dinero, te pagará muy bien si llevas a cabo ésta tarea.

—Ésas ya son palabras mayores, viejo —comentó él, un poco intrigado—. ¿Podría hablar con ella entonces?

—De hecho, te contacté para eso, Garrett —le aclaró mi amigo, que justo después me miró, para decirme—. Haz lo que quieras, igual nos hundiremos juntos en esto.

Me senté en frente de la computadora, para ver a Garrett, prefería llamarlo así que por su nick y le conté sobre mi plan, mientras Stuart estaba muy nervioso y no dejaba de mirarme, esperando que me arrepintiera de mi decisión, pero yo ya estaba totalmente decidida y ya no había vuelta atrás.

—Déjame ver si entendí... ¿Quieres que me ocupe de hackear el sistema informático de IEPCOM? —me preguntó, nuevamente, para cerciorarse de que lo que acababa de escuchar—. ¿La misma compañía en donde está trabajando Stuart?

—Sí, justo aquí. Necesito investigar a alguien que llegó a trabajar hace poco, y que creo que no tiene las mejores intenciones. ¿Qué me dices?

—Stuart debe pensar que estas demente, pero yo te apoyo y, como lo que me propones es tan difícil, además de ser un gran reto para mí, ¡no te pienso cobrar un centavo!

Eso me emocionó totalmente, ya tenía a alguien dispuesto a entrar al sistema de IEPCOM y lo mejor es que era gratis. ¿Podía haber algo mejor que eso?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.