La Verdad Sobre Iepcom

Capítulo IX: Cita a Medianoche

—¡Qué bueno que viniste, Megan! —fue lo primero que me dijo después de mi llegada—. Ya creía que no lo harías.

—Lo pensé mucho, pero la curiosidad me terminó ganando, Cloe. Espero que lo que me vayas a mostrar sea bueno.

—No te preocupes, ¡esto vale la pena! —respondió, emocionada.

Entramos al lugar al que ella me había citado esa noche, aunque un poco insegura, porque ese cuarto estaba muy oscuro y olía un poco mal, algo parecido a moho o heces, pero lo asocié al abandono que esa parte del edificio sufría. Además de eso, las paredes estaban repletas de salitre, humedad y llena de telarañas, aunque no pude evitar taparme la boca con un pañuelo- que siempre llevaba conmigo -para que no me molestara tanto el olor, entonces Cloe encendió la luz, halando una especie de cuerda, como lo hacían en las películas antiguas que había visto cuando era niña en los sótanos de las casas.

Lo que vi en ese momento me hizo sentir muy mal, completamente usada y también me hizo ver que la llegada de la Doctora Jhonson a la compañía había sido lo peor que me pudo haber ocurrido en la vida, ¿por qué?: Pues en ese lugar estaban todos los proyectos del área de Robótica en los que el departamento había trabajado, comandados por mi persona -olvidé decir que yo dirigía ese departamento- ¡La odio! y pensé: "necesito hablar con Jonathan lo más pronto posible, esto debe tener alguna razón de ser", necesitaba confirmar mis sospechas con mi jefe, era el único que podía resolverlas.

—No puede ser, ¿por qué todos mis trabajos están aquí, como si fueran basura?

—¿Verdad que es horrible? —me preguntó Cloe, un poco angustiada—. Yo vine acá, vi todo lo que estaba aquí guardado, fui a reclamarle a la Doctora Jhonson por eso y ¡zas!, me envió a tu novio, el tal Langley, que me dijo que estaba fuera del "Proyecto Irión".

—Stuart no es mi novio.

—¿Ah, no? —volvió a preguntar, sorprendida—. Pensé que sí, como siempre se la pasan juntos...

—Es mi mejor amigo... ¿Y por qué me estás mostrando todo ésto, Cloe?

—Porque te quería decir que debemos sacar a la bruja de la Doctora Jhonson de aquí lo más pronto posible—dijo ella, decidida—. Y pensé que tú eras la persona más indicada para eso, porque siempre te he admirado.

¿Cloe me admiraba? ¿Por qué lo haría? Yo no recuerdo haber hecho algo tan importante en mi vida como para que alguien lo hiciera, pero seguí escuchando lo que decía:

—Dirás que es una locura, puesto que apenas nos conocemos, Megan —continuó con su pequeño discurso—. Pero tú eres una persona a la que admiro muchísimo ¿mis motivos?: Primero, porque eres una persona muy optimista, que siempre tiene una palabra de aliento o una sonrisa en el rostro, nunca pierdes el ánimo. Segundo, tuviste el coraje de seguir tus aspiraciones y estudiar Ingeniería Robótica, a pesar de que nadie en tu familia estaba de acuerdo con eso, por cierto, siento mucho lo que le ocurrió a tus padres. Y por último, porque tú eres la mejor científica que he conocido, a mi parecer, tu trabajo es increíble...

No la dejé decir nada más, porque, para su sorpresa, la abracé con fuerza y después la miré a los ojos, que eran como esmeraldas, por lo que pude notar que se había quedado sin habla, pero le dije:

—Cloe, yo no necesito una admiradora. Me gustaría que fuésemos amigas.

Creo que lo que dije la desencajó totalmente, ya que su reacción fue muy notoria: abrió los ojos como si fueran platos y, según mi opinión, casi salían de sus órbitas...

—Oh, por Dios... —dijo, en medio de su gran sorpresa—. ¿En serio quieres ser mi amiga?

—Por supuesto, Cloe.

—¡Creo que este es el mejor momento de mi vida! — exclamó ella, muy contenta—. ¡No me lo creo!

—Y como ahora eres mi amiga, te invito a mi oficina, Cloe. Creo que tendré pesadillas con este lugar esta noche.

—Igual yo —comentó ella, con algo de miedo.

Salimos de ese cuarto rápidamente, rumbo a mi oficina, en donde hablaríamos con calma y si nos daba tiempo, le contaría algunos detalles sobre mi plan de hackear la base de datos de IEPCOM. Ella me seguía ansiosa porque, seguramente, tendríamos nuestra primera charla de amigas, algo que le importaba muchísimo, por lo que pude notar.

Pero al llegar, nos encontramos a Stuart de cuclillas, que me estaba esperando y me preguntó, un poco alterado:

—¿En dónde estabas, Meg?

—Después te explico, Stuart —le dije.

—¿Y qué hace "Hidden" aquí?

—Cloe y yo nos hicimos amigas —respondí, con tono sereno—. ¿A qué viniste?

—Traigo información sobre la Doctora Jhonson y el jefe de la Policía Central.

—Entonces entremos —le dije a ambos.

Stuart estaba muy extrañado de verme con otra persona que no fuera él, eso no hacía falta ni decirlo, pero lo que a mi me importaba en ese momento era conocer la información que había encontrado o lo que había investigado sobre la Doctora Jhonson.

Continuará...




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