La Verdad Sobre Iepcom

Capítulo X: Como Para no Dormir

Stuart, Cloe y yo entramos a mi oficina un momento después con mucha calma, ya que a esa hora no era para nada común que alguien estuviese en sus lugares de trabajo, pues era la hora de descanso. Lo primero que hizo mi compañero fue darme unos papeles, en los que se hablaba de un burdel, llamado "La Casa de la Pasión", pero yo no sabía nada de eso y le pregunté:

—¿Y esto qué tiene que ver con la Doctora Jhonson y con Jacob Fitzpatrick?

—Que ellos dos son los dueños de ese burdel —dijo, con cierto tono de superioridad, algo que odiaba en él—. ¿Hice o no hice bien mi tarea?

—¿Cuál tarea? —preguntó Cloe, un poco desorientada.

—Lo que pasa es que Stuart está infiltrado en el "Proyecto Irión". Él me informa de todos los movimientos que la Doctora Jhonson realiza en IEPCOM.

—¿En serio? —volvió a preguntar ella—. ¡Eso me parece genial!

—Y eso no es todo, Cloe.

—¿Hay algo más? —se preguntó ella, con un tono de sorpresa.

En ese preciso instante, Stuart me dijo, un poco serio:

—Garrett se ha conectado, seguramente tiene algo que decirnos sobre nuestro plan.

—¡Qué bueno, ya me había hecho algo de falta! —dije, un poco emocionada.

—¿Y quién es Garrett? —fue la pregunta que hizo Cloe al escuchar lo que dijo Stuart.

—Es un hacker, Megan lo convenció de intentar hackear el sistema informativo de IEPCOM.

—¿Y para qué quieres hacer eso? —me preguntó, extrañada.

—Pues para poder saber todo lo que la Doctora Jhonson hace sin tener que arriesgar tanto a Stuart, que es el “informante” — respondí, muy serena.

—En este momento me siento como en las películas de acción o terror —le escuché decir a Garrett.

—¿Por qué?

—Primero porque veo que hay nuevas caras aquí—dijo él, refiriéndose a Cloe—. Pero yo sigo siendo el único “hermano” y a los hermanos les pasa lo peor en esas películas. Por cierto, ¿Quién es la chica nueva?

—Hola, soy Cloe Hathaway —dijo ella, animada—. Soy amiga de Megan.

—Dame reportes de lo que has hecho, Garrett —le dije al hacker el equipo, para que se concentrara en su tarea también.

—No he podido entrar a IEPCOM aún, jefa, es muy difícil —dijo él, un poco estresado—. Tiene mucha seguridad y su software es muy avanzado para mi equipo, aunque es uno de los mejores que existe.

—No te preocupes, no te estoy pidiendo que lo hagas de la noche a la mañana —le dije, para animarlo un poco, pues sabía muy bien que lo que estaba haciendo no era para nada sencillo.

—Hice algo mejor que eso —dijo él, con una enorme sonrisa, algo pícaro.

—¿Qué?

—Logré hackear el sistema de… ¡El Departamento de la Policía Central! —fue la respuesta que nos diõ.

—¿Cómo? —preguntó Cloe—. ¿Tienes acceso a toda la base de datos de la Policía Central?

—Sí, acceso total a nombres de agentes, informantes, colaboradores y todo lo que se puedan imaginar — respondió el chico, con tono burlesco, como si les dejara en claro un “soy un genio”, entre líneas.

—¿Y eso qué tiene que ver con IEPCOM?

—Al principio uno cree que nada —dijo Garrett—. Pero después de realizar una revisión exhaustiva del contenido de todo el sistema te encuentras con algo muy raro… eso es que hay videos en los que aparece una mujer muy rara, con ropa de científica con el Jefe de la Policía Central.

—¿Y quién es esa mujer? —preguntó Cloe.

—Tal vez ustedes me lo puedan decir, aunque tengo mis sospechas —dijo él.

Un instante después, un video comenzó a reproducirse en la computadora. El lugar era completamente desconocido para nosotros, pero luego vimos a un hombre fornido, con una musculatura prominente, lo que hacía suponer que era alguien muy fuerte, de un metro ochenta y siete de estatura, calvo y de facciones muy duras en su rostro, después Garrett nos dijo:

—Ese es Jacob Fitzpatrick.

Mientras pasaban el video, pudimos observar una escena deplorable: el muy imbécil estaba maltratando a una chica o más bien, a una niña, porque parecía tener unos once años, pero no sabíamos con qué objetivo. De repente, apareció la mujer en cuestión, que no era otra que la Doctora Jhonson, por lo que dije:

—Ahora ya sabemos que tan relacionados están esos dos. No solamente son socios de un burdel, sino que los vemos torturando niños.

—¿Pero por qué lo harán? —preguntó Cloe, incrédula ante lo que veía.

—Sea lo que sea, no es nada bueno —dijo Stuart, muy serio

—Pero debemos averiguarlo, no nos quedaremos de brazos cruzados ante cosas como éstas, ¡ellos deben caer como sea!

—Tranquila, tienes mi apoyo incondicional —dijo Cloe, muy animada y decidida—. Además, yo te entiendo perfectamente

—No tienes ni que pedírmelo —dijo Garrett—. Yo también te apoyo, Megan.

—¿Y qué hay de ti, Stuart?

—¿Crees que si no te apoyara estaría exponiendo mi pellejo y mi cabeza al infiltrarme en el proyecto de la Doctora Jhonson? —me preguntó un poco molesto por mi pregunta—. ¡Claro que lo hago, Megan!

Después de eso, todos nos fuimos a dormir a nuestras respectivas habitaciones, para descansar un poco, pues ya era muy tarde cuando terminamos de ver el video que Garrett nos había mostrado, mientras él seguía trabajando en su área tan peculiar o se iba a descansar, realmente yo no lo sabía, pero su vida me causaba algo de curiosidad. Pensé que lo mejor que podía hacer era hablar más con él, para ver si lo conocía un poco más.

Continuará...




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