La Verdad Sobre Iepcom

Capítulo XL: Ajuste de Cuentas

"Este capítulo es narrado por Troy"

​Después de que la compuerta del área de las oficinas de la compañía se cerrara por completo, me ví sólo en esa parte de IEPCOM, sólo por primera vez desde mi llegada a ese lugar... Aunque los chicos no querían que me quedara en la compañía, no podía dejar pasar la oportunidad de enfrentar a Fitzpatrick de una vez por todas. Había esperado mucho tiempo para eso y no me podía echar para atrás, no estando tan cerca de poder vengar la muerte de mi madre. Lo único que pensaba hacer en ese momento era esperar a que Fitzpatrick- o uno de sus matones, buscando la revancha- apareciera. Cada paso que daba, lo calculaba cuidadosamente, porque sabía muy bien que él no me iba a dar ventajas de ningún tipo y yo tampoco se la daría, por nada del mundo.

Un momento después, ocurrió algo que me hizo caer en cuenta de lo difícil que sería lograrlo, porque de la nada, una ráfaga de balas de fuego fue dirigida hacia donde estaba, por lo que tuve que correr velozmente hacia otro lugar -intentaba esquivar las balas con esa estrategia-. Dicho lugar no existía, por lo que vi una mesa de acero y la volqué para cubrirme de los disparos o al menos, intentarlo, mientras revisaba la herida que tenía en el abdomen, por la que había empezado a sangrar. Entonces los disparos cesaron y él hizo acto de presencia finalmente, llevando una espada en el cinturón, de la que se despojó, para después decir en voz alta, muy serio:

—Ha llegado la hora de que demuestres tu potencial y ver si puedes vencerme, Troy.

Yo me quité la chaqueta- en donde tenía todas mis armas- al piso, para quedar en las mismas condiciones que él y me dispuse a quitar la mesa que me protegió de su primer intento de acabar conmigo. Entonces se acercó a donde yo estaba rápidamente, con la intención de golpearme en las piernas y hacerme perder el equilibrio, por lo que lo esquivé y después lo golpeé en el abdomen, aunque él tenía buena condición física y eso no sería bueno para mí, además de que estaba herido y comenzaba a sentirme cansado.

—Mírate, estás herido y te ves mal... ¿Realmente crees que puedes llegar a derrotarme, Troy?

—Así tenga que morir en el proceso, tú te irás antes al infierno —le dije, mientras lo miraba fijamente, dejándole claro a mi oponente que no me rendiría—. Pagarás por todo lo que has hecho, Jacob.

—¡No me hagas reír! Tú no podrás vencerme nunca, pero aquí estoy si quieres intentarlo.

Volvió a atacarme, esa vez me propinó un golpe al mentón, que me desorientó por un instante, lo cual aprovechó para patearme en la parte baja del abdomen- cerca de la herida que tenía, producto de la pelea que tuve contra Ken, por lo que dolió mucho- y por eso, caí al piso, muy débil, pero no derrotado.

Lo vi caminar hasta donde había dejado su espada, la cual tomó y desenvainó, para luego acercarse hacia mí con ella, mientras decía:

—Va a ser un placer hacerte lo mismo que procuré que le ocurriera a tu madre.

A pesar de todo el cansancio y el dolor que sentía en ese momento, no pude evitar que sus palabras me afectaran y me hicieran recordar la forma en que murió mi madre, a manos de los subordinados de ese hombre. No sé de dónde me vinieron las fuerzas, pero lo aparté de mí, dándole una patada en el abdomen, me levanté y exclamé, presa de la ira que me invadió en ése instante:

—¡No ha llegado mi hora de morir, Fitzpatrick!

Adopté mi posición de lucha y me acerqué a donde estaba, para golpearlo en los brazos y hacer que soltara su espada y así, tendría muchas más oportunidades para poder vencerlo. Al verse desarmado, él se vio en la necesidad de frenar todos los golpes que intenté darle y al final, le pregunté:

—¿Cansado?

—Para nada —me respondió, con una sonrisa sádica en su rostro—. Necesitarás más que unos simples golpes.para acabar conmigo, mocoso.

Se acercó a donde estaba e intentó darme otro puñetazo en el rostro, sin embargo, conseguí detenerlo y después me dispuse a torcer su brazo, por lo que comencé a escuchar los quejidos y gritos de ese hombre -lo cual era música para mis oídos-, pero me dio un codazo en el abdomen y se libró de mi por un momento. Él recogió su espada e intentó apuñalarme en el pecho con ella, pero lo esquivé y me alejé de él, mientras se acercaba a mi y exclamaba, iracundo:

—¡Ya me cansé de esto!... ¡Es hora de morir!

Corrí rápidamente al lugar en donde estaba la Wakizashi que tenía en la chaqueta -si él pensaba matarme, yo no lo dejaría hacerlo tan fácilmente-, para después tomarla y correr hacia él con el arma desenvainada. Las hojas de ambas espadas chocaron por unos segundos, pero, en un momento, la Wakizashi se desvió -accidentalmente, pues no tenía fuerzas para sostenerla por mucho tiempo- hacia el brazo izquierdo de Fitzpatrick, cortándolo de cuajo, cosa que yo no quería que ocurriese.

Fitzpatrick cayó al piso, mientras de su grave herida salía mucha sangre y pensé en asesinarlo, pues así me vengaría de él por la muerte de mi madre después de tanto tiempo, pero caí en cuenta de algo: Él iba a ser discriminado por todos si perdía el brazo, eso era algo que le iba a causar sufrimiento- si sobrevivía, realmente- y eso era suficiente para mí.

De repente, sentí que algo se me clavaba en una de las piernas y comencé a sentir sueño- por lo que supuse que era un sedante-, por lo que caí al piso también, consciente aún. Pude ver a Irina- la había visto inconsciente cerca de la oficina de Megan- aplicándole un torniquete a su jefe y ordenándole a Ken, a Zack y a Lance- genial, las víboras en el nido- que le ayudaran con Fitzpatrick y que me levantaran, para después decirme:

—Ya me las vas a pagar por lo que le hiciste al jefe, "Pequeño Zorro".

Y después de eso, yo no supe nada más de lo ocurrido en la compañía...




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