Natalie esa noche no duermo bien, era la primera vez, que dormía sola desde que se había casado con su esposo, extendía el brazo y no, notaba su presencia.
Al día siguiente se levantó para las ocho, se puso hacer la habitación, cogió algunas cosas para llevarse, ropa interior, calcetines, unas zapatillas, una bata, la máquina de afeitarse, un peine para el cabello, unos pantalones una camisa y una chaqueta, y un libro que Robert había empezado a leer, lo metió en una pequeña maleta, no sabía el tiempo que Robert iba a estar ingresado.
Se preparo un café, y una tostada, al cabo de un rato termino, recogió un poco la cocina, se sentó un rato mirando hacia la calle, sumergida en sus pensamientos, sonó el teléfono.
—¡Hola buenos días hija! ¿Has podido descansar? —Dice Lisa.
—¡Buenos días mama! Más o menos mama, me costó un poco dormirme ¡Pero estoy bien! —Dice Natalie.
—Llámame cuando termine la operación, y con lo que sea me dices, de todas maneras, yo estaré pendiente, por si te se pasa—dice Lisa.
Natalie por no preocupar a su madre, no le había contado que había pasado la noche sin dormir, y cuando empezaba a coger el sueño, tenía pesadillas.
Antes de las diez de la mañana, llego Richard y su esposa, y tocaron el timbre.
—¡Hola buenos días Natalie! ¿Cómo estás? —Dice Richard.
—¡Hola buenos días suegros! Pasad, no os quedéis ahí fuera, con el día que hace tan frio, ¿Queréis un café? —Dice Natalie.
—Mejor nos vamos, allí tomamos un café, ahora habrá bastante tráfico, ¿Estas preparada ya? —Dice Betty.
—¡Si claro! Voy acoger el abrigo y el bolso, llevo algunas cosas para Robert, por si le hacen falta—dice Natalie.
—Muy bien, ¡Estas en todo Natalie! Eres un amor de nuera —dice Betty.
Se subieron en el coche, y fueron para el hospital, hay bastante tráfico, tardaron un poco más de lo normal, nada más llegar había un coche que se marchaba, y aparcaron ahí.
Subieron para la habitación, allí estaba el doctor hablando con Robert, se quedaron esperando en el pasillo hasta que el doctor salió.
—¡Buenos días, doctor! —Dijeron los tres.
—¡Buenos días! Esta mañana le hemos estado haciendo las pruebas para la anestesia, de aquí a un rato vendrá una enfermera a por él, ahora se pueden quedar con él, yo soy el medico que le voy a operar, ¡Nos vemos más tarde! —Dice el médico.
Entraron en la habitación, Robert estaba sentado en la cama.
Natalie se acercó a Robert a darle un beso.
—¡Buenos días mi amor! ¿Cómo estás? —Dice Natalie sonriendo.
—¡Buenos días! Estoy bien, no os preocupéis, ¡Y mejor que tú! Natalie, ¡Tienes unas ojeras! De no haber pegado ojo. —dice Robert.
—¡Yo estoy cansado de estar aquí, y aburrido de estar sin hacer nada, estaría mejor en casa! —Dice Robert.
—¡No seas quejica! Pareces una niña Jaja ¡Dentro de poco te echan de aquí! Por no escucharte—dice Richard.
Al cabo de un rato vino una enfermera, y se llevó a Robert.
—¡Hola buenos días! Pueden venir alguno conmigo, hasta la puerta de quirófano si quieren—dice la enfermera.
Natalie fue con la enfermera y Robert, sus padres montaron en el otro ascensor, llegaron a la puerta del quirófano.
—¡Hemos llegado! Despídase de su marido, ahora en un rato se lo devuelvo —, bromeo la enfermera.
Natalie le dio un beso a Robert, —¡Te amo, amor! —Dice Natalie.
—Yo también te amo, princesa... ¡Ahora salgo no te vayas! ¡Cuídamela papa! ¡Que no me la quiten! —Dice Robert riéndose.
—¡Tranquilo hijo!¡ Aquí estoy yo, para proteger a estos dos bombones! —Dice Richard.
—¡Dame un beso hijo! ¡Te quiero, mucho! ¿Lo sabes, verdad? —Dice Betty.
—¡Si mama !,Lo sé...Yo también os quiero a vosotros mucho —dice Robert.
La enfermera metió a Robert, para dentro, Natalie, y sus suegros se quedaron en la sala de espera.
Pasaron dos horas. Y nadie les decía nada, Natalie salió para el pasillo, y vio salir a una enfermera que salía de quirófano.
—¡Perdona! ¿Sabes cómo va la operación de Robert? —Dice Natalie.
—Yo no la llevo señora, pero espere que entro y pregunto, ¡Este tranquila! —Dice la enfermera.
Tardo unos diez minutos en salir.
—Todavía lo están operando señora, pero la operación va bien, este usted tranquila, espere en la sala—dice la enfermera.
—¡Muchas gracias! De verdad—dice Natalie.
Natalie volvió a la sala de espera y les conto lo que le había dicho la enfermera, Betty estaba muy nerviosa, también eso la tranquilizo un poco.
Al cabo de una hora, sacaron a Robert se lo llevaron a unidad de Recuperación Postanestésica (URPA), salió el médico.
—Robert ha sido trasladado a (URPA) la operación ha salido muy bien, se tendrá que quedar aquí veinticuatro horas, y después será dado de alta, pueden subir a la habitación y esperarle allí—dice el médico.
—¡Muchas gracias doctor! —Dice Natalie.
—¡A ustedes! Además, he tenido un paciente como pocos, mientras le hacía efecto la anestesia hemos estado hablando, ¡Más que hablar, me he estado riendo con él! —Dice el Doctor.
Subieron a la habitación, Richard aprovecho para bajar a la cafetería y coger unos cafés, Natalie se quedó con Betty.
—¡Voy a llamar a mi madre! Para que se quede tranquila —dice Natalie.
—¡Si claro! Llámala estará preocupada. —dice Betty.
Natalie llamo a su madre, para decirle que todo había salido bien, que pronto lo subirían a planta.
Las dos mujeres se quedaron hablando, de sus cosas, de repente se acordó que mañana le tocaba la visita de Sayumi.
—Se me había olvidado, con lo de Robert ha sido todo tan rápido, ¡La visita es mañana a las doce! —Dice Natalie.
—¡No te preocupes! Natalie, podemos venir aquí, por la mañana y más tarde te llevamos a ver a la pequeña ¡Igual la puedo conocer!
¡Me hace mucha ilusión, conocer a mi nieta! —Dice Betty.
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Editado: 15.02.2023