La Vida De Elisabeth 1º El retoño

Capitulo 30º La Claridad

Quedan unos días para que le entreguen a la pequeña, y Natalie y Robert les falta por comprar algunas cosas, la Trona Benji Babi Tinger, la silla para el coche Saving Babyuto con giro de 360ª, y una silla de paseo Jane Newel Pale Rosa Palo, estuvieron en Londres, para comprarlo en un centro comercial, llegaron a casa y Robert se puso a colocar la silla para el coche, después se fueron paseando, cogidos de la mano, con Otto por el parque, se sentaron en una terraza a tomar unas cervezas fresquitas, estaba cerca el verano y ya empezaba hacer calor.

—¡Queda poco para el cumpleaños! de la pequeña! ¿Tú crees que podremos celebrarlo en nuestra casa? cariño.

—¡Espero que sí! eso sería maravilloso, toda la familia juntos.

—¡Sería muy bonito! Amor, vamos a ser una familia lo que siempre hemos querido, nuestro sueño hecho realidad. ¡Todavía no me lo creo!

Natalie había hablado con Robert, y había tomado la decisión de dejar las clases, cuando le darían a la pequeña, y poder cuidarla y ocuparse de ella, no quería perderse esos momentos, que no volverían más, cuando tendría algunos años más, retomaría las clases.

Días más tarde llamo Jessica, para darles la buena noticia.

—¡Hola buenos días pareja! ¡A Sayumi ,os la entregan mañana!,—Dice Jessica.

Natalie empezó a llorar de emoción.

—¡No me lo puedo creer! Pensé que todavía tardarían más, ¡Estoy muy emocionada! ¡Estoy hasta llorando, no me lo creo! ¡Muchas gracias Jessica.!

—¡Mañana nos vemos! A las once, en la agencia de adopciones. ¡Adiós guapa!

—¡Hasta mañana! Jessica, ¡Adiós y muchas gracias!

Natalie soltó el teléfono, y llamo por teléfono a su madre, para contarle las nuevas noticias.

Lisa marco el teléfono de Betty, para contarle la noticia.

—¡Hola Betty! ¿Cómo estás? Soy Lisa, me acaba de llamar mi hija, les entregan la pequeña mañana, y había tenido una idea.

—¡Hola lisa guapa! Estoy en la peluquería, ¡Pero dime! ¿Qué quieres?  No me digas que se la entregan mañana ¡Por dios que bien, que alegría! ¿Qué idea habías tenido? Cuéntame.

—¿Nos podemos ver cuándo termines? Yo iré para el restaurante ahora, nos encontramos allí. ¿Te parece bien?

—¡Si claro! Ya me queda poco, nos vemos dentro de poco, Lisa ¡Adiós guapa!

Lisa salió de casa, y cogió su coche, entro en el restaurante, y le dio a Melody y a su esposo la noticia, decidieron poner un papel en la puerta del restaurante, ¡Mañana permanecerá cerrado por asuntos personales!

Al cabo de un rato llego Betty, guapa como siempre.

—¡Hola a todos! ¡Vamos cuéntame! Que me está reconcomiendo, la curiosidad.

—¡Siéntate aquí Betty! Había pensado en hacerle un recibimiento, y comprar, unos globos de colores, hacer un arco, y encima de la puerta de casa, una pancarta que ponga ¡Bienvenida Elisabeth! Nosotros mañana tendremos cerrado el restaurante, y podemos estar todos allí esperando, para cuando lleguen con la niña, ¿Qué te parece? ¿Tienes alguna idea tu diferente?

—¡La verdad que es buena idea! Me parece muy bien, yo he estado hablando con Richard, que tampoco sabía nada, ¡Bueno que te parece si vamos a comprar! Los globos y alguna cosa que nos guste, estoy muy emocionada y contenta por ellos.

Salieron del restaurante, montaron en el coche de Lisa y fueron al centro comercial, allí había una tienda que tenía todo para cumpleaños y celebraciones, entraron en una pastelería y reservaron una tarta con merengue por fuera, con una corona dorada encima, y la torre del Big Ben en dorado.

—¡Nos falta algo para comer! Podíamos coger hamburguesas Roast con carne y verdura asada, lo pondríamos estilo Buffet ¿Qué te parece Lisa?

—¡Perfecto! No le cuentes nada a tu hijo, para que sea una sorpresa, mi hija tampoco sabe nada, no se lo esperan.

Natalie y Robert esa noche no pudieron pegar ojo, estaban contentos y al mismo tiempo nerviosos, se levantaron a las ocho de la mañana, y desayunaron.

Otto percibía los nervios de sus dueños y estaba desinquieto, cogió su pelota y se fue al jardín, esperando que Robert le tirase la pelota.

—¡Ahora no Otto! Vamos a salir un rato a caminar, después juegas, hoy viene a casa nuestra pequeña, y todavía no la conoces, vamos a ver cómo te comportas—dice Robert.

Natalie se quedó en casa, recogiendo un poco la cocina, sonó el timbre, Otto salió corriendo hacia la puerta ladrando, Natalie miro el video portero y vio a su hermana.

—¡Hola buenos días! Melody ¿Qué haces por aquí? Son las nueve de la mañana, pasad. ¿Qué pasa que no trabajas hoy?

—¡Hola, buenos días! No hoy tengo la mañana libre, y Daniel quería venir para jugar con Otto, ¿Nos podemos quedar aquí? Un rato.

—¡Si claro! Quedaros aquí, ahora Otto está paseando con Robert que lo ha sacado un rato, pero vendrá ahora, nosotros nos tenemos que ir dentro de un rato a recoger a la pequeña, —dice Natalie.

—¡No te preocupes! Nos quedamos aquí con Otto, estaremos en el jardín, no te mancharemos nada, tranquila.

—¡Vale! Estupendo Otto se pondrá contento de ver a Daniel, hoy esta desinquieto el pobre y tiene ganas de jugar.

Natalie y Robert se despidieron de Melody y Daniel, cogieron el coche, al cabo de treinta minutos habían llegado, llegaron antes de tiempo como siempre.

John los vio bajarse del coche, y fue hacia la puerta.

—¡Hola, buenos días pareja! ¿Os tocaba, hoy visita? Pensaba que no.

—¡Hola buenos días! No, nos tocaba visita, nos llevamos a la niña hoy—contesto Natalie.

—¡No me digas! Me parece maravilloso, ya habéis esperado bastante, lo único que os voy a echar de menos, han sido muchos meses hablando y os he cogido aprecio.

—No tenemos por qué perder el contacto, te doy mi teléfono, podemos quedar para tomar algo, hacer una barbacoa en mi casa—dice Robert.

—¡Pues claro que sí! Yo compro la carne, mi esposa hace unas tartas de chuparse los dedos, que tu Natalie, también las harás muy ricas—dice John.




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