Eran las cinco de la tarde, y los invitados empezaban a llegar, los primeros fueron los padres que llegaron con Daniel.
—¡Hola suegros! Daniel ¿Campeón como estas? ¡Pasad sois los primeros en llegar!
—Si hemos venido antes, ¡Ya sabes como soy! para eso, ¿Dónde está la niña? ¡Te hemos traído, un regalo enorme!
Se veía un enorme regalo envuelto, con un gran lazo rosa.
—¡Pasad! Estamos en el jardín, allí esta Natalie con la pequeña—dice Robert.
Natalie está sentada, y tiene sentada a Elisabeth en sus rodillas, le está contando un cuento, y Otto está sentado junto a ellas entretenido en destrozar su pelota.
—¡Hola hija! ¿Cómo estás? ¿Cómo está la pequeña más bonita, que hay en esta casa? —Dice Lisa.
—¡Mírala, como se ríe! No sabe nada la pillina, está muy bonita, y cada día más grande, ¡Como crecen de rápido! —Dice Jack.
Daniel se quedaba mirando a su prima, sin decir nada.
—¿Quieres coger a tu prima, Daniel? ¡Ven siéntate aquí, yo te la coloco encima—dice Natalie!
Daniel se sentó, y le pusieron a su prima sentada encima de él, la miraba como asustado, después la pequeña le empezó a coger de la camiseta estirándole, Daniel se reía.
Llegaron los padres de Robert, al cabo de un rato.
—¡Hola familia! ¿Cómo estamos? Tráeme una cerveza Robert, vengo seco —dice Richard.
—¿Qué raro no? Tu siempre este seco papa, en el jardín tengo bebidas—dice Robert sonriendo.
Sonó el timbre y Robert fue a abrir la puerta.
—Hola John y compañía, ¿Cómo estáis?¡ Pasad no os quedéis ahí! Están todos en el jardín, vamos que os presento—dice Robert.
—¡Hola Robert!, estamos bien gracias, te presento a mi esposa Susan—dice John.
—¡Atención un momento! Supongo os acordareis de John, del centro de adopción, esta es su esposa Susan, ¿Os apetece tomar algo? —Dice Robert.
John y su esposa se acercaron a Natalie, para saludarla y ver a la pequeña.
—¡Hola John !,Encantada Susan, ¿Cómo estás? —Dice Natalie.
—¡Hola Natalie! ¡Que hermosa esta la pequeña!, ¡Cómo ha crecido madre mía! —Dice John.
—¿Y cómo se llama la pequeña? —Pregunta Susan.
—¡Dile como te llamas! Cariño, diles me llamo Elisabeth, —Dice Natalie.
—¡Qué bonito nombre tienes! —Dice Susan.
sonó el timbre y Richard, fue abrir la puerta.
—¡Hombre, una belleza! ¿Cómo estas Jessica? Pasad, no os quedéis ahí, vamos al jardín.
—¡Hola Richard! ¿Cómo estás? Dice Jessica—¡Yo muy bien, gracias!
Natalie vio enseguida a Jessica y se acercó a ella.
—¡Hola Jessica! ¿Cómo estás? .
—¡Hola Natalie! ¿Cómo está la princesa? ¡Que grande esta! Esta preciosa, te presento ha Derek, —dice Jessica.
—¡Un placer Derek! estáis en vuestra casa, ¿Os apetece tomar algo? —Dice Natalie.
—¡Si gracias! —Dice la pareja.
—¡Esta es la pareja que te comenté! ¿Te acuerdas? Son una pareja increíble y buena gente, me hice muy amiga de ella, al poco de conocerla—dice Jessica.
—¡Si se ve buena gente! Y muy simpáticos la verdad, y se nota que te tienen mucho aprecio nena—dice Derek.
Robert cogió una botella de vino, y le dio unos golpecitos con un tenedor, para que los invitados le prestasen atención, estaban hablando entre ellos, sin prestar atención a Robert.
—¡Señores y Señoras! Será mejor que nos vallamos acercando a la mesa, si les parece.
Se fueron sentando en la mesa, estaban puestos los canapés, el vino y la cerveza.
Natalie le entrego la pequeña a Robert, para ir a la cocina.
—¿Te hace falta ayuda hija? Espera voy contigo.
Lisa quería hablar a solas con su hija, que la notaba contenta, pero al mismo tiempo triste y sabia el motivo.
—¿Estas bien hija? Sé que, para ti, hoy es un día muy importante, hay alguien que te hubiera gustado que estaría aquí, tú corazón está un poco triste por ello, pero tengo fe, en que dentro de poco todo cambie, sé que va, a ser así.
—Siempre hemos estado muy unidas mama, en lo malo y en lo bueno, hoy es un día feliz para mí, y ella no está, por supuesto que me duele el no verla aquí, me hubiera gustado que vendría y te confieso que hasta última hora pensé que lo haría, pero no ha sido así, y poco puedo hacer, yo también espero que volvamos a ser buenas amigas y hermanas mama—dice Natalie.
Mientras Natalie le confesaba a su madre lo que sentía en ese momento, se le caían las lágrimas, jamás pensó que podía pasar, lo que estaba viviendo, a ella le contaba todas sus cosas, ya no tenía con quien desahogarse, ahora entendía a Robert, cuando le decía que tenía envidia de ella con Melody.
Los invitados se lo estaban pasando muy bien, estaban muy contentos, llego la hora de sacar la tarta, Natalie fue a por ella, la puso delante de Elizabeth, tenía una velita con un uno encendida, Robert saco el móvil para hacer unas fotos de la pequeña.
—¡Haber cariño! Hay que soplar la velita, ¡Mira así! —Dice Natalie.
Richard estaba también con el móvil, inmortalizando el momento del primer cumpleaños de su nieta, lo recordaría toda su vida.
Natalie le soplo la vela de la tarta, y los invitados empezaron a aplaudir, Elisabeth imitaba a su papa con las manos.
Jack saco un montón de fotos, junto a su nieta, y con sus dos nietos juntos, lo más importante para su vida, eran ellos dos.
Jessica se sacó unas fotos con Natalie y su esposo, y otras con Elizabeth, que la traía loca, le recordaba tanto a ella, cuando era pequeña, se sacó alguna foto con Derek con Elisabeth en los brazos.
Natalie se acercó a Jessica, quería hablar con ella, no había tenido oportunidad de hacerlo.
—¡Quería hablar contigo Jessica! Será un momento, te la quito unos minutos Derek—dice Natalie.
—¡Claro tranquila! Tendréis cosas de que hablar, me quedo en buena compañía—contesto Derek.
—¡Es un chico muy guapo! Jessica, te dije que te diría que me parecía, jajá es inteligente, se ve que le gustan los niños, y te mira con ojos de corderito, ¿Sabes que está enamorado de ti?¡ Te mereces un hombre así! A mí me gusta, para ti.
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Editado: 15.02.2023