La Vida De Elisabeth 1º El retoño

Capitulo 39º Corazón eterno

Elisabeth todos los días para las ocho de la mañana estaba despierta, y empezaba a llamar a Natalie, la levantaba de la cama, y la lleva hasta el baño, para que se bañe.

Le ponía el desayuno, mientras tanto, ella aprovechaba en hacerse un café ,con una tostada y un zumo de naranja, después la ponía en el salón ,encima de la alfombra para que pintaría sus dibujos, y ella iba recogiendo un poco la casa, todavía utilizaba el vigila bebés, mientras ella estaba en la planta de arriba, así podía saber lo que estaba haciendo, cada día era más desinquieta, y cogía todo lo que pillaba, rompiendo muchas cosas, o pintando en las paredes, le había comprado una pizarra bastante grande, para que haría sus dibujos.

Llamaron al timbre, Natalie se asomó por la ventana, Otto estaba en la puerta gruñendo.

—¡Otto cállate! Vete para, el jardín. ¡Venga!

Natalie abrió la puerta, se encontró con una señora.

—¡Hola buenos días! Me llamo, Alexandra Carranza vengo por la entrevista—dice Alexandra.

—¡Hola buenos días! Yo soy Natalie, encantada Alexandra, pasa. ¡Vamos al jardín! —Dice Natalie.

—¡Siéntate por favor! ¿Tienes experiencia, como Nanny? Tranquila te veo, algo nerviosa.

—Estuve de Nanny tres años, hasta que el niño fue más grande, después estuve de ayudante de cocina, para sacarme algo de plata, se me dan bien los niños, yo tengo dos.

—El trabajo seria cuidar a Elisabeth, darle el desayuno, hacerle la comida solo a ella, sacarla al parque, jugar con ella lo que es cuidarla, desde las 8:30 am a 15:00 pm, y los fines de semana libre. ¿Qué te parecen, las condiciones? —Dice Natalie.

—¡Me parece bien! Señora, yo lo único que quiero es trabajar, y las condiciones son buenas, y mi vecino me hablo bien de ustedes.

—¡No me llames señora, por favor! Llámame Natalie, ¡Mira allí esta, Elisabeth! Es muy sociable y buena, ahora empieza ya sabes, a ser más desinquieta, pero no da guerra.

—¡Elisabeth, ven cariño! Mira esta es Alexandra, va a ser tu Nanny, y te tienes, que portar bien—dice Natalie.

Elisabeth se acercó a Alexandra y la cogió de la mano, ella se quedó parada sorprendida, por la reacción de la niña.

—¡Que cariñosa, es la niña! Aparte de muy bonita, creo que vamos a ser, muy amigas Elisabeth. ¡Mírala no me quiere soltar!  Es un encanto.

—¡Bueno pues, tuyo es el trabajo! Ya ves lo bien, que le has caído a Elisabeth, además tenía buenas referencias tuyas de Tachi. ¡Bueno pues, quedamos para el lunes de la semana, que viene!  Si te parece bien.

—¡Claro, por puesto! ¡Muchas gracias! Señora. ¡Perdón! Natalie, el lunes nos vemos. ¡Adiós y gracias! —Dice Alexandra.

—¡Gracias, a ti! Alexandra, nos vemos el lunes. ¡¡Adiós, guapa! —Contestó Natalie.

Alexandra Carranza es una mujer de unos cuarenta años, morena de cabello negro, ojos marrones saltones, simpática, amable, y siempre con una sonrisa en la cara, por cosas de la vida tuvo que dejar su país México para buscar un futuro mejor para sus hijos, allí dejo a sus dos hijos y su esposo, hizo las maletas y se vino a Londres, donde paso un tiempo trabajando en un restaurante, de friegaplatos, esperando ahorrar dinero para traer a su familia, pasando alguna necesidad, tuvo suerte y dio con gente que la ayudo a tirar para adelante ,llevaba en Londres tres años cuando se trajo a su esposo Uriel Guzmán y a dos hijos, el mayor tiene trece años Néstor, y el pequeño siete años Brayan, los niños empezaron a estudiar en un colegio público, y Uriel se metió a trabajar en la construcción, viven de alquiler en un apartamento de tres habitaciones, cocina y baño, el apartamento está en una buena zona de Londres, el apartamento tiene unas buenas vistas a un parque.

Natalie llamo a su esposo para contarle la entrevista que había tenido con Alexandra.

—¡Hola princesa! Veo que te ha gustado la señora, ahora mismo estaba hablando con Tachi de eso, él me estaba contando que es una buena mujer y trabajadora, y que tiene dos hijos también, me alegro que te haya gustado—dice Robert.

—¡A quien le ha gustado mucho! Fue a Elisabeth, que no la soltaba de la mano jajaja, la pobre mujer no sabía que hacer, le daba algo de apuro, Elisabeth es muy cariñosa, tú ya lo sabes —dice Natalie.

—¡Bueno amor! Te dejo trabajar, yo voy a ver si hago algo también, tengo que limpiar la clase, nos vemos después. ¡Adiós, cariño! —Dice Natalie.

—¡Bueno nena! Yo voy a ver, si salgo a ver unos clientes, y cuando termine voy para casa. ¡Adiós preciosa! —Dice Robert.

Robert le conto a Richard lo de la Nanny, y se empezó a reír a carcajadas.

—¡Tengo una nieta muy lista! Guapa, inteligente, vamos igualita a su abuelo, no se puede negar jajaja ¿Tu qué piensas ,Tachi?—Dice Richard.

Tachi no sabía dónde meterse, se puso colorado como un tomate, y empezó a tartamudear...

—¡Déjalo Tachi! No le hagas caso, ya lo conoces siempre es así, que va a decir el abuelo. ¡La pequeña es, muy lista si! Pero porque se parece, a su papi Jajaja. ¡cómo no podía ser, de otra manera! —Dice Robert.

—¡Bueno tu tampoco, tienes abuela heee! No te quedas, nada corto jajaja—contestó Tachi.

 




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