La Vida De Elisabeth 1º El retoño

Agradecimientos

Querido lectora.
Gracias por llegar hasta aquí.

Gracias por tomarte el tiempo de acompañar a Elisabeth en este primer tramo de su vida. No ha sido un camino fácil, ni para ella, ni para quienes la rodean. Pero cada página escrita fue una forma de dar voz a su historia, de tocar emociones que a veces cuesta poner en palabras, y de compartir con vosotras un trocito de mi alma.

Gracias también por confiar en esta historia contada desde el amor, con el corazón y desde la esperanza. Porque Elisabeth no es solo una niña abandonada. Es símbolo de muchas otras cosas: la búsqueda de identidad, el poder de una familia elegida, y el valor de seguir adelante incluso cuando no tenemos todas las respuestas.

A quienes leyeron cada capítulo con emoción, a quienes se detuvieron a dejar un comentario, un me gusta o simplemente una leerla: les doy un abrazo de agradecimiento. Vosotras sois parte de esta historia. Sin ustedes, las palabras no tendrían sentido.

Y aunque este libro termine aquí… su historia no lo hace.

La vida de Elisabeth 2 : Pasado incierto. Ya se asoma en el horizonte, lista para revelar secretos que aún puede ser sorprendertes, verdades que seguramente duelan y caminos que la lleven lejos de su pais. Allí descubrirás más de su origen, de lo que fue ocultado, y sobre todo… del poder de toda la verdad.

Gracias por caminar conmigo.
Gracias por abrir este libro y dejar que Elisabeth entrara en vuestros corazónes.

Y antes de terminar, quiero compartir con vosotras unas palabras escritas por Elisabeth.
Palabras que nacieron una tarde cualquiera, cuando creyó que nadie la veía.
A veces, el alma de los niños también siente.
A veces, esas voces necesitan ser escuchadas para no ser olvidadas.

Carta de Elisabeth:

No sé por qué lo hiciste. No sé por qué me dejaste sola. No sé qué hice mal.
Me miro al espejo y me pregunto por que, que hice mál. Si no me querías , o si fui un problema pará tí. No creo que sea mala.
Las otras niñas tienen mamá. Se burlan de mi, me dicen que mis papás no me quieren, que me abandonaste en la basura, y yo se que no es verdad, por que mí madre me lo ha contado todo.
Y aunque me dicen que soy especial y que ahora tengo una familia que me quiere,
una parte de mí no deja de pensar en ti.

¿Por qué no viniste a buscarme? ¿Me olvidaste? ¿Pensabas en mí?
Yo a veces finjo que no me importa, pero sí me importa. Me importa mucho.
Y a veces te odio, ¿sabes? Te odio porque me dejaste.
Porque todos creen tener las respuestas, menos yo.

Odio la mantita vieja que dejaste conmigo, porque es lo único que tengo de ti.
Y al mismo tiempo la abrazo fuerte por las noches porque quiero sentir que estuviste ahí,
aunque fuera un momento. Solo un momento.

No sé si te volveré a ver. No sé si quiero.
Solo sé que me duele. Y que este dolor no se va.
Y que no tener respuestas es tener medio corazón, una parte de mí te quiere conocer y otra te odia

Elisabeth.

Con cariño y respeto.

Encarni Fernández .




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