La vida de un escritor

Capítulo 10: Dormir y despertar

1

El ladrido cada vez se escuchaba más fuerte, era un sonido desconcertante ¿Perros en un Hospital? Aquellos ladridos eran un sonido familiar.

—Kevin, por favor…cállate. —Dijo el escritor. — ¿Puedo…hablar?

Abrió los ojos y ya no se encontraba en la habitación del Hospital General.

— ¿Me recuperé? Pero si hace un momento estaba escuchando a Stephanie. Debo llamarla, tal vez ella pueda explicarme que pasa.

Comenzó a buscar el número entre sus contactos del celular, pero no se encontraba allí, y él no lograba recordar cuál era aquel número.

Se sentó sobre la cama y decidió colocarse las pantuflas. Caminó hacia la cocina y tomó la taza con café caliente de la cafetera, se sentó en uno de los bancos situados junto a la barra, observó el jardín y tomó un poco de café, en ese preciso momento, pudo recordar espontáneamente todo lo que había vivido desde la firma de libros hasta ese instante.

—Estaría bien eso para mí próximo libro. —Dijo para sí mismo.

Esto es un ¿Deja vú?” Se cuestionó.

—No, debo de estar volviéndome loco. Mejor haré el desayuno. —Continuaba hablando solo, pero eso para él no era símbolo de locura. — De lo más típico. Huevo frito, como si fuese el inicio de una de mis novelas. —Comentó hacia el aire mientras tomaba el sartén.

Es la segunda vez que siento eso.” Aquella situación comenzaba a tornarse un poco extraña. Pero hubo algo que fue la cereza del pastel.

Sonó la alarma.

Normalmente no coloco ninguna alarma.”

Se acercó al celular se percató de que eran las nueve en punto.

¿Por qué pondría una alarma a las nueve en punto?”

Luego de eso leyó el recordatorio que apareció en la pantalla de su celular: “La firma de libros es a medio día.”

— ¡La firma de libros fue hace semanas! —Gritó. — Allí fue donde conocí a Stephanie. ¡Carolina! ¡Es amiga de Carolina! ¡La llamaré!

Las llamadas entraban directamente al buzón de voz, fue un esfuerzo inútil por aclarar su memoria.

— ¡Ryan! —Gritó. — ¡Fuimos juntos al Café Literario!

Primer tono de llamada. Segundo. Tercero. Conectando llamada.

— ¡Eh! ¡Ryan!

— ¿Qué pasa? Víctor. Estoy en medio de un capítulo sumamente interesante, hasta yo estoy estupefacto con lo que escribo.

—Sólo quería preguntarte algo.

—Dime, que sea rápido.

— ¿Qué tal te pareció el Café Literario que organizó Stone en su mansión hace un par de semanas?

—No estoy para bromas, Víctor ¿Crees que vengo del futuro? —Cuestionó. — Buscas a un escritor de Ciencia Ficción y Fantasía, yo me dedico a novelas de Misterio.

— ¿A qué viene eso? —Preguntó confundido.

—Viene a que el Café Literario que pasó hace “Semanas” pasará esta noche, Carolina quedó de mandar cartas a todos los invitados ¿A ti te ha llamado por teléfono?

Stock cortó la llamada sin despedirse.

—Trata de tranquilizarte… —Dijo para sí mismo en voz baja. — Tiene que haber una explicación lógica para un sueño tan loco. Tal vez dormiste pensando en la firma de libros y por eso soñaste que despertaste y fuiste a ella, suele pasar, hay miles o millones de casos parecidos al tuyo.

—Pero ¿Tener un sueño detallado de semanas? Aparte de que miraste el futuro, por así decirlo. —Aquella voz era como su otro Yo.

—Haré exactamente todo lo que hice ese día, así que iré por mi camiseta de Tokio y los pantalones raídos.

Terminó de cambiarse y el chofer tocó el claxon de la limusina.

—Justo como lo recordaba, ahora sólo me falta ir por el celular, está en la barra.

Corrió rápidamente a tomar el celular y salió por la puerta principal. Al verlo salir el chofer iba bajando del coche para abrirle la puerta.

—Oh, no…no te preocupes, subiré enfrente. —Al comentar eso ya se encontraba sentado junto al chofer.



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En el texto hay: escritor, amor, fan

Editado: 21.11.2019

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