La vida de un próximo suicida.

3. Lluvia y algo extraño.

Lo de anoche ha sido bastante extraño, podría decir que de las cosas más extrañas que he visto en mi vida en especial por el hecho de ese hombre que de un momento a otro desapareció, pude dormir bien después de todas esas noches molestas rodeadas de esa voz y aun así me siento sin nada de ánimos, no pensé mucho de lo que sucedió después de ese momento, pero desperté y de inmediato eso invadió mi mente.

 En la Tv solo hablan de los extraños asesinatos y suicidios ocurridos y se los acreditan aun peligroso juego, no veo nada de juego en eso y de nuevo pienso en lo mal que estamos los humanos, no solo no nos conformamos con quitarle la vida a los animales  sino que también entre la misma especie pero bueno desde tiempos antiguos estos juegos existen como la ruleta rusa y cosas de ese tipo, solo que ahora parecen ser más inconscientes y mucho más arriesgado todo, mejor apago esto jamás me ha llamado la atención ver Tv, soy más de periódicos y leer sobre todo eso, ¡Hora de mi rutina de trabajo!.

El clima hoy es perfecto para café y estar con un buen abrigo, desde ayer no ha dejado de llover, por momentos es una leve lluvia, pero después parece que la lluvia se molesta por algo y es más fuerte, como es de esperarse la cafetería está llena, hoy estamos todos acá y todos vamos de un lado para otro atendiendo a los clientes, incluso Carmen que tanto habla está en silencio debido a tanto trabajo.

- ¡Adriel!,¿podrías por favor sacar la basura? -.

Tania se ve hoy menos animada que de costumbre, no hay que ser un genio para imaginar que le sucede, ya que desde que llegamos cada momento mira su celular como si esperara algo, y envía mensajes en medio de todo este caos que hoy es la cafetería, el tonto de su novio algo hizo.

-Lo hare en un segundo-.

Al menos mientras tiro la basura tendré un segundo para poder respirar, la puerta de atrás del lugar siempre esta con llave, lo bueno es que yo soy el encargado de esas cosas, justo queda atrás de un pequeño callejón la lluvia desde este punto se ve más fuerte y por lo que veo el cielo está demasiado nublado.

Justo cuando la iba a tirar al contenedor este se mueve y hace que yo de un paso hacia atrás, ladeo la cabeza y puedo ver como un pequeño perro busca en una bolsa que esta atrás de aquel contenedor, no creo que en esa bolsa encuentre comida.

-Veo que tienes hambre y frio amigo, dame un segundo- estoy seguro que me entendió porque su búsqueda se detuvo por estar atento a mí.

Siempre sobra comida, es lo bueno de esto y en muchas ocasiones prácticamente completa.

-Hoy es tu día de suerte amigo, podrás comer hasta ya no poder más-.

Decidí mover el contenedor tiré un par de cartones al suelo y puse sobre el contenedor y la pare otros para que hicieran una especie de techo momentáneo, no parecía un perro callejero más bien parecía perdido, incluso después de poner la comida en el suelo este se acercó a mi sacudiendo su cola en señal de gratitud, lo acaricie por un momento y pensé en lo molesta que estaría Carmen por perderme así en el trabajo, no es algo que me importe mucho.

-Es un lindo gesto el tuyo -.

Era una chica hermosa o eso pude notar en lo poco que podía ver su rostro, parecía tener una edad similar a la mía, llevaba un gorro de lana que cubría su cabeza y estaba muy cerca de sus ojos, pero su mirada se veía sombría, incluso cuando me dijo eso con una sonrisa tan amplia, dude un segundo en contestar, pero reaccione y pensé que mi expresión debía de ser de mala educación.

 

 -Te lo agradezco, debe ser difícil para ellos no tener donde cubrirse de la lluvia y no poder hablar cuando tienen hambre-

-Si lo es, pero tu estas cambiando un poco eso – ella seguía sonriendo.

-No creo que sirva de mucho, pero al menos algo pude hacer hoy- baje la vista para verlo mientras seguía comiendo con esa emoción y luego levante la vista para verla nuevamente a ella y de esa mirada sombría pude notar como lagrimas recorrían su mejilla, pero aun sonreía.

-Disculpa, ¿estas bien? -no respondió.

- ¿Te puedo ayudar en algo?

Termine de decir esto y un grito pronunciando mi nombre me hizo mirar en dirección de la puerta trasera de la cafetería y escuche la voz de ella

-Ya es tarde para mi-

Gire mi rostro en dirección a donde ella estaba hace solo un segundo y no había nadie en ese lugar, ¿en qué momento se fue y porque no note cuando lo hizo?, no se veía en ninguna de las dos direcciones que había.

 De nuevo un grito pronunciando mi nombre y aparece Carmen con esa mirada molesta.

- ¡Llevo un gran rato llamándote y tu no contestas! ¡Que carajo estabas ...! – y por arte de magia no termino su oración y toda su ira se espumo al ver al pequeño perro que estaba atrás de mí, desvió su atención de mí y fue directo a acariciar al pequeño sin siquiera preguntar si este era agresivo y ese cachorro devolvió su cariño colocando sus patitas sobre la pierna de ella y moviendo con más entusiasmo su cola.

 segundos después el carrocho mermo su emoción y siguió con lo restante de su comida mientras Carmen sacudía la mugre de su ropa que quedo al acariciar tan animada al perro y se centró de nuevo en mí.

Miro el contenedor, el cartón, la comida y de nuevo a mí.

-Esto era lo que te tenía tan demorado ¿no es así? -.

Solo asentí sin decir más, mientras ella de nuevo miro al cariñoso perro.

-Debemos seguir trabajando Adriel, vamos-.

La seguí mientras mentalmente me despedía de nuestro visitante perruno y pensaba en la joven que estuvo hay conmigo pero que parece que jamás estuvo, tenía una sensación extraña en mi pecho pero me era difícil de explicar, la mañana debe continuar.

 

 

 




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