La vida de un próximo suicida.

9. Jerarquía.

Diré que todo se veía mucho peor, primero por el hecho de estar en un lugar completamente desconocido, no tenía idea de cómo volver a mi hogar, luego el hecho de que quien me trajo a este lugar me conto que una especie de demonio quería acabar conmigo y mi amiga y luego este mismo ser que me trajo hasta acá termino evaporado por una espada gigante y como si todo esto no fuera poco a unos metros sobre mi hay un hombre con una espada gigante que la manipula como si fuera un cuchillo de mantequilla y que sabe mi nombre, ¿Puede esto empeorar más?.

Empezó a descender lentamente del cielo como una especie de enviado de la eternidad versión exterminador, clavo la espada en el suelo y solo se limito a poner sus manos en sus bolsillos, llevaba puesto un traje negro perfectamente hecho a la medida.

No tenia idea de que pasaría a continuación.

-Lo mas gracioso de todo esto es el hecho de que el pensara que existe algo que yo no pueda hacer-. Miro justo donde estaba la marca de la espada que había hecho al arrojarla contra ese otro sujeto. – Diré que soy absoluto y su presencia ya me molestaba un poco-. Dejo de mirar ese punto y de nuevo se concentró en mí. -  supongo que te conto de la profecía ¿o me equivoco? -.

¡Carajo! Este sujeto debe ser T, supongo que si esta acá es porque decidió acabar con todo de una vez, siento una sensación de risa en mi ser, llevo mucho pensando en morir y hoy, justo ahora será ese momento, jamás pensé de esta forma tan misteriosa, pero morir es morir no importa como sea.

-supongo que tu eres el famoso “T” ¿cierto? -.

-Por favor no me digas así, esa abreviatura solo la usan aquellos que no tienen permitido usar mi nombre, pero tú eres especial, así que puedes decirme Esthony-.

Tiene sentido que se llame de ese modo, pero tratándose de seres que por lo visto no son humanos dudo mucho que ese sea su nombre real.

- ¿Entonces es cierto que piensas matarme? -.

- Estas en lo correcto Adriel, sabes no me gusta nada que mis planes se estropeen y menos si es algo tan importante como esa estúpida profecía que me lleva atormentando estos últimos siglos-. Camino un poco alrededor del lugar, como buen captador de arte que observa que tiene frente a sus ojos. - él pensó que podría usar eso a su favor, pero la verdad es que Canupto es un ingenuo.

- ¿Canupto? -.

Me miro con expresión de sorpresa.

- Veo que aún no eran tan amigos-.

- ¿Amigo yo de ese sujeto?, el me secuestro y me trajo a este sitio -.

Camino de nuevo por el lugar, en silencio solo miraba todo a su alrededor, no sacaba las manos de sus bolsillos, cada vez que yo lo miraba era más similar a un humano, su piel era clara, sus ojos grises, cabello oscuro, no soy muy experto en esto, pero diría que su estatura es próxima a unos ciento ochenta y cinco centímetros, de no ser por lo que esta aconteciendo en estos momentos jamás pensaría que este ser que camina con tanta calma es un demonio o lo que sea que es, ¿cuantas supuestas personas hay en el mundo y son como él? .

Debo pensar rápido como irme de este lugar, pero no veo muchas posibilidades, solo recuerdo lo que me hablo el supuesto Canupto y es los diez suicidios, pero si soy honesto no quiero llegar a eso y menos cuando no sé de qué se trate, pensé que podría investigar un poco para cuando yo debiera buscarlo a él, pero no fue de ese modo y el termino encontrándonos.

-Te diré dos cosas Adriel, la primera por lo que veo por mas que trates de salir de este lugar no podrás hacerlo sin mi ayuda y lo segundo te contare un pequeño secreto, Canupto no es su nombre real y el mío tampoco lo es-. ¡Lo sabía! Solo pude pensar eso en mi cabeza. - está prohibido que se sepa el nombre real de los demonios en especial porque otro demonio de mayor poder podría usarlo para controlarlo o eliminarlo si este fuera el caso y pasa algo mas extraño si un humano descubre el verdadero nombre de ese demonio. – De nuevo guardo silencio. – puede pedir un deseo, el deseo que le plazca. – Tome nota mental de estas palabras. – También existen demonios que tienen a su mando a otros cientos o miles de demonios, pero estos demonios son tan, pero tan débiles que lo único que logran es ser un montón de basura, pero existen casos donde los demonios son tan fuertes que pueden tener a su cargo solo un puñado de otros demonios y con ese pequeño grupo son capaces de acabar con miles de demonios si lo quisieran.

- ¿Por qué me cuentas esto? -.

Se puso frente a mi y de nuevo con esa sonrisa continúo hablando.

-Pero digamos que es destruido alguno de sus demonios, es muy, muy difícil que esto pase, pero te sorprendería lo que oculta todo aquello que no conoces, si esto pasara se tendría que ir a guerra claro esta y esta solo acabaría hasta que una de las jerarquías sea exterminada, lo cual podría tardar décadas o siglos, pero el tiempo no es problema para nosotros, también existe otra forma para que una jerarquía sea eliminada y es si se sabe el nombre de uno de sus demonios o peor aun el nombre del demonio líder, esto acabaría por completo con todo por ese mismo motivo aun tu y yo seguimos atrapados acá- .

Algo confuso todo, pero lograba entender como era esa parte en esa clase de mundo, siempre premia la ley del más fuerte, lo que no lograba entender era porque él decía lo de permanecer en este lugar.

-Se que estas preguntándote que significa eso y es por el hecho de que Canupto es mi quinto demonio y por más que desee matarlo no puedo hacerlo o al menos no por ahora.

De nuevo todo se ordeno como un enorme rompecabezas y entendí todo.

- ¿Entonces si no murió donde esta? -.

-Es demasiado astuto y uso sus poderes para transportarse a otro mundo supongo, si soy más exacto apuesto que esta en el mundo humano, claro que no vendrá a este lugar porque yo estoy aquí y estoy seguro que por mas veloz que el sea mi espada le causo una gran herida es por eso que no puede controlar este mundo desde la distancia-.




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