La vida de un próximo suicida.

14. Fuego y malas noticas

Por eso vino, esa era su única intensión, disfruta ver todo lo que sucede, aun así, no puedo creer que ella está muerta, sé que él tiene que ver en todo esto, lo sé, ¿pero porque ella?, solo era la chica del café para mí, nada del otro mundo, era muy amable y siempre se veía tan feliz, tal vez era una de las razones por dé porque disfrutaba esa cafetería, no era solo observar a cada transeúnte, era saber que su hospitalidad siempre estaba presente cada vez que yo estaba en ese lugar.

Debo calmarme un poco, debo respirar y no dejar que esto me afecte… ¡hijo de perra!, no solo viene hasta este lugar para intimidarme y dárselas del mas amigable del mundo con Tania, sino que me trae una trágica noticia que seguramente el mismo provoco.

Se que esta jugando con mi mente que es parte de lo que el quiere, porque si somos honestos podría matarme en menos de un segundo y a todos los de este lugar, pero el no quiere eso o al menos aun no, esta jugando conmigo como si fuera un ratón acorralado y lo peor de todo es que no sé qué hacer.

Debo volver a trabajar, mi reflejo ya no es el de este espejo se ve a alguien más, las ojeras son demasiado notorias, mi piel, mi aspecto es ridículo yo soy ridículo, agua en la cara y un leve suspiro, debo continuar.

 

Sigue todo igual de oscuro, el flujo de viento disminuyo un poco, pero esto ha hecho que la cafetería este hasta el tope de clientes y así lo fue durante mas de dos horas, sé que Canupto esta con problemas igual que yo y mas si el sabe que algo está planeando, espero que tenga un gran plan para poder salir lo mejor posible de esta horrible situación, aunque lo dudo.

 

El cielo sigue igual de oscuro, pero la cafetería poco a poco disminuye en clientes, todos estamos exhaustos por tanto trabajo y aun nos espera un poco más, mientras me despido de un par de nuestros clientes miro de reojo a Tania que parece hablar por su celular afuera de la cafetería de una forma un poco alterada.

 -Debe ser el idiota de su novio otra vez-

Joseph solo mueve su cabeza en un gesto negativo y se va diciéndome aquellas palabras y dejando tantas dudas.

Han pasado mas de veinte minutos y aún sigue hablando por teléfono, Carmen solo le dice a Sofia que debería dejar de ser tan tonta y dejarlo, yo estoy de acuerdo con ella, pero no me meteré en su relación incluso cuando se lo mala que es esta.

Finalmente entra a la cafetería, sus ojos están cristalinos como quien desea llorar y esta apunto de hacerlo, va al gabinete saca su chaqueta y en medio de todo varias de sus cosas se caen creando un leve estruendo, no me gusta verla así.

- ¿Qué sucede? -.

Cierra sus ojos y cuando los abre veo en su rostro la sonrisa mas falsa de todo el mundo.

-Estoy bien, es solo que tuve un problema con el banco y debo ir a resolverlo, ¿crees que me pueda ir más temprano hoy Carmen? -.

Ella miro el lugar y al ver que ya solo quedaban un par de clientes asintió.

-Nos vemos mañana-.

Antes de que ella llegara a la puerta me apresure

 - ¡Espera!, ¿estás segura que todo está bien? -.

Aun tenia en su rostro esa falsa sonrisa.

 -No te preocupes, todo está bien-.

No me dijo nada más y salió rápido del lugar.

No solo tenia en mi cabeza esa visita a la cafetería, sino que me preocupaba que Tania estuviera pasando por algo de fuerza mayor, no sé qué debo hacer en ninguno de los dos casos.

Solo faltan unos minutos para cerrar el lugar, estoy limpiando las ultimas mesas cuando Carmen se acerca.

 -Sabes que es mentira lo del banco ¿cierto? -.

 - ¿Por qué lo dices? -.

 -El problema del banco se resolvió cuando ella pago el dinero y todo quedo saldado-.

 - ¿Y tú como sabes eso? -.

 -Porque yo le preste ese dinero y la acompañe-.

Lo sabía, sabía que me estaba mintiendo.

Supongo que debe tratarse de su novio y no quiere hablarnos de eso, debo tratar de hablar con ella, no contesta ninguna de mis llamadas.

Decidí que lo mejor era ir a donde vive y estar con ella, una leve llovizna inicia y luego escucho muchas sirenas y autos de bomberos pasan a gran velocidad por las calles, cada paso que doy hace que el ruido de las sirenas se intensifique, huele a humo y entre más camino se logra visualizar más esa montaña de humo sin parar, después de un largo camino entiendo que es porque ellos están en el lugar a donde yo me dirijo.

Corrí lo más rápido hasta sentir que mis pulmones estallarían, no había sido solo el hogar de ella sino varios de los lugares en aquella calle, el incendio estaba siendo casi controlado mientras la policía hacia un gran cordón de distancia para alejar a los curiosos y los dueños que lograron salir de ese lugar, las ambulancias estaban en fila subiendo a los heridos mientras yo solo pensaba en que ella no estuviera en ese lugar, sentía terror al ver esa escena y pensar en que ella estuviera atrapada hay.

Me acerque a un policía para pedirle información, pero el solo me dijo que me alejara del lugar, llame y no contestaba, quizás no estaba ahí, tal vez fue a otro lugar, quería pensar que así era, entonces decidí irme de ese lugar y buscarla en casa de sus amigos, pero el grito de un bombero que dijo que traían a uno más detuvo mis pasos.

¡Era ella!, ¡era ella!, el bombero la llevaba en sus brazos y la puso sobre una camilla, olvide a cada uno de los policías y sin pensarlo los atravesé como si no estuvieran allí, solo gritaba su nombre, tan fuerte que sentí que lastimaba mis cuerdas vocales, mis ojos empezaron a llorar sin notarlo y cuando reaccione mis manos sujetaban las suyas, la policía llego, pero el bombero que la saco del lugar les hizo una seña para que se detuvieran.

 - ¿Estas bien?, ¿dime que estas bien? -.

Pero ninguna de mis palabras tuvo respuesta.

 -Ella estará bien, esta inconsciente por la gran cantidad de humo que inhalo-.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.