La vida de un próximo suicida.

15.Una deuda con Tony

Sus ojos vuelven a la normalidad mientras aun sujeta la cabeza en su mano.

 -Yo nunca falto a mis promesas-

- ¿Debes decirme que sucedió? –

Dio un gran suspiro he inclino su cabeza hacia atrás con gesto de aburrimiento.

 -La diferencia entre ustedes los inservibles humanos y nosotros la raza superior es que vemos más allá de lo que ustedes podrían hacerlo jamás, este tal John-. Sacudió la cabeza de este bruscamente. – llevaba demasiado tiempo con pensamientos negativos y oscuros hacia la encantadora Tania, y escúchame cuando te digo encantadora no uso ni una sola pizca de sarcasmo.

Tenia esa sonrisa en su rostro, no sabia si creer o no en sus palabras.

 -No me interesa si me crees o no Adriel, estoy cumpliendo con mi trato-. Dejo caer la cabeza de John al suelo. –En esta mañana esta escoria estaba siendo más consumido que ningún otro día por esos deseos negativos y sus celos-.

 - ¿Celos de qué? -.

Su sonrisa macabra usual se dio a la vista.

 -Obviamente de ti mi querido Adriel-.

 - ¿Cómo carajos sentían celos de mí? -.

 -Muy sencillo, por el trato que Tania tiene hacia ti, de como se preocupa y siempre le hablaba a el de ti y que quería que estuvieras bien, fue a la cafetería para ver ella que tanto hacia contigo ya que tenía su mente llena de malos pensamiento y se dio con la sorpresa de ver como ella esta pendiente de ti en el trabajo-.

Esto no puede ser real, no puede sentir celos de mí, ella es como mi hermana, mi mente da tantas vueltas.

 -Claro esta que mientras el desde no muy lejos en medio de tanto frio y esa tempestad los observaba yo ayude un poco-. Hizo que la cabeza se levantara del suelo sin necesidad de mover un solo dedo y volviera a su mano. –Su enojo aumento mas al ver como yo usaba mis grandes encantos con tu amiga y ella no ponía resistencia, mis actos tenían dos intenciones, como ya lo sabes ahora-.

Solo mantuve un instante mi silencio, quería pensar que esto era una mentira.

 - ¿Porque no me dijiste eso? -.

 -Lo primero es que no debo decirte nada, aunque si lo hice-.

Él pudo ver mi gesto de duda y solo retorció sus ojos.

 -Te dije que estaba acá por Canupto y un tema personal y como ya vez tu amiga es mi tema personal, nadie podrá matarla a menos que yo lo permita o tu pierdas en los desafíos-.

Dándole sentido a todo por un segundo pensé en agradecerle por salvarla, pero dejo con sus palabras muy claro que solo lo hizo por nuestro acuerdo, aun así, la salvo.

 - ¿Quiero saber que sucedió donde vive Tania? -.

Su expresión cambio un poco, miro a los ojos la cabeza que tenia en sus manos y se sentía la hostilidad en el ambiente.

 -No me interesa hablar de eso, quizás Tania recuerde un poco o puedes ir al infierno y preguntarle personalmente a John que paso-.

Dio una gran risa y lentamente en una niebla repentina empezó a desaparecer.

Con lo que el me conto debía esperar a Tania y saber que paso, pero si era verdad todo esto debía hacer lo correcto, mientras el lentamente se desvanecía.

-Gracias-.

Pude ver como una sonrisa se dibujaba en él, claro que no dejaría que solo fuera eso.

 -Mis bestias cenaran bien hoy-.

Sabia que se refiera a la cabeza decapitada que llevaba en su mano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




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