Gratitud en medio del Caos.

Y a pesar de que no todo está bien y la tristeza me agobia, no creas que no agradezco el no rendirme, aun cuando digo que ya estoy harto y que no quiero más.

Y sí, me duele estar vivo, y aunque a veces no quisiera estar aquí, el hecho de vivir es muy complicado. Pero a veces pienso que es aún más complicado darle la espalda al problema y no enfrentarlo, como siempre lo he hecho.

Quizás no todo es perfecto, pero créeme que amo y disfruto los momentos en los que me siento bien. Disfruto reír y sentir cómo la alegría llena el vacío y se lleva con el viento toda la tristeza que me invade.

A veces me quedo sin ideas y tardo en escribir porque siento que en todos mis textos sueno igual, que siempre hablo de llorar, de tristeza, de esas emociones negativas que marcan mi vida.

Me pregunto si es muy repetitivo o simplemente cuento a detalle lo que vivo y siento en el momento, como en este capítulo, que refleja mi inconformidad conmigo mismo por pensar que repito lo mismo siempre.

A pesar de estos pensamientos, trato de ser positivo y dar lo mejor de mí. Cuesta mucho sobrevivir, pero no está mal. Así sé que no todo es fácil, y que quien vive sin dificultades no ha conocido lo que es estar destrozado y golpeado por la vida. Créeme, si todo fuera fácil, no valdría la pena vivir por ello.

Agradezco a la mala familia que me tocó, agradezco los malos momentos vividos con quienes fueron mis amigos, agradezco las críticas de quienes no me conocen pero se hacen una mala idea de quién soy. Agradezco a las manos que en su momento sostuvieron mi corazón y me hicieron entender el valor de estar vivo y no muerto. Estoy agradecido con todos, sí, con todos, por lo bueno, por lo malo, por lo que no se puede explicar y por todo lo que pasó, pasa y pasará.

Agradece cada día al despertar, agradece porque no falta el pan en tu mesa, agradece por la ropa que llevas puesta, porque hay quienes no tienen ni una camisa para cubrirse. Sé agradecido y come bien cada vez que puedas, porque no sabes cuánto tiempo estarás en esta tierra.

No seas un malagradecido por las oportunidades que nunca aprovechaste, no seas como yo, que ni siquiera agradezco mi propio esfuerzo. Sé agradecido y ora siempre que puedas, que tu conexión con Dios sea inmensa, y no como yo, que perdí la fe en lo que realmente vale.