Death Mask.

La justicia es injusta, y justos existen pocos. Muerte a quienes no adoran la justicia proclamada en los lugares de santidad, así como en este lugar que llamamos Tierra.

No todos merecen estar vivos, pues no todos anhelan la perfección. Todos quieren ser iguales, pero nadie busca la diferencia, mucho menos su redención. Deberían morir quienes no disfrutan de la libertad, y deberían morir quienes no respetan la justicia.

¡Injusto mundo, por crear seres tan imperfectos! Injusta mi vida, por no buscar la perfección. Porque ya no quiero cometer errores. Porque anhelo mi redención. Porque entiendo cómo es la vida cuando está plagada de frustración, de desacuerdos y de la absoluta falta de visión.

Porque quiero ser perfecto. Porque deseo ser un dios para aniquilar a todo aquel que comete muchas faltas y nunca pide perdón. Para dar fin a los que se aprovechan de los más débiles en toda situación. Que la muerte sea justicia para quienes no comprenden esta verdad.

Que las hondas infernales te destierren al Inframundo, para que tu castigo sea tan severo como las faltas que cometiste en este mundo. Que tu sufrimiento no tenga piedad y que sea tan tedioso que supliques: "¡Paren ya!".

Las disculpas ya no sirven de nada. Tu llanto no cesará, y el dolor será infernal. Infernal como el infierno que ahora habitas, como el lugar donde tu castigo ha comenzado. Ya no tengo piedad por quienes nunca la tuvieron. Aunque supliques, mi misericordia desaparecerá.

Que los espíritus de tus víctimas te atormenten por toda la eternidad. Que sus brazos descompuestos te arrastren más y más. Si no soy yo, ellos serán quienes te muestren que la justicia debe impartirse con sufrimiento y agonía para quien es ejecutado.

Yo soy la vida y la muerte, el principio y el final. Tu salvación se canceló en el momento en que decidiste pecar, en el instante en que cometiste la falta sin pensar en las consecuencias que vendrían detrás. Serás trasladado al círculo más horripilante del infierno, y como castigo extra, serás desterrado en alma y cuerpo.

Que de ti no quede nada. Que tu alma sea una simple decoración más en mi altar. Que tu muerte no sea violenta, pero sí agonizante.

La justicia es para los justos, y justos somos pocos. La justicia es el inicio de un nuevo mundo, y la muerte es quien la imparte. Y si yo debo morir, entonces ruego porque ese día llegue ya. Y si debo ser juzgado por mi maldad, no pondré resistencia. Con honor aceptaré mi destino.