Y yo acá, tranquilo, sin preocuparme por lo que viene en el futuro, solo esperando el golpe que me tumbe en la lona para no volver a levantarme. Pero bueno, aún no muero de forma literal, aunque sí de forma ficticia. A veces me complico por pensar demasiado en cosas que no debo.
Pero bueno, por ahora dejo de creerme el cuento de que soy malo y empiezo a tomar el control de la vida que me tocó. A veces odio a todos los que me hicieron mal, pero otras veces les agradezco por la inspiración para escribir estos textos.
Entonces, me tomo una pausa para respirar y pensar con más claridad, para no perder la concentración en lo que cada día amo más. No paro de escribir siempre que puedo y deseo lograr todo lo que quiero. También quiero matar el estrés, deshacerme de tanta mierda en mi cabeza. Y, aunque anhelo la muerte de quien me desea el mal, también anhelo el bien para ellos.
No me gusta convivir con el desacuerdo, así que trato de mantenerme cuerdo. Y concuerdo en que me estoy volviendo loco. Soy uno de los mejores guerreros de este mundo, lleno de mierda en mi vida, pero también una fuente de inspiración. Por eso escribo esta guía para la acción, para guiar a quienes están hartos de una sociedad falsa. Este escrito es para todos aquellos que quieren un cambio, no solo de rutina, sino de vida. Para los que desean dejar atrás lo inservible y empezar a cosechar lo que realmente aman.
Ya no me preocupo más por los cerdos que dicen ser amigos, pero en su mente solo habita la traición. Y quizás soy yo quien ejecuta dicha traición… Perdónenme, pero es que abro los ojos demasiado rápido y veo lo que realmente son. Por eso escribo sobre la hipocresía, sobre la valentía, sobre el odio, el amor y todo lo que llega a mi vida. Tengo un ritmo cabrón y un talento nato. En cualquier momento llego y los mato, porque tengo talento.
Y prefiero que me digas la verdad, antes que venir con mentiras por miedo a hacerme sentir mal. Prefiero la cruda realidad, porque de ahí saco la inspiración para mejorar. Es entonces cuando empiezo a ejecutar. No me pidan piedad. Voy por todos y por todo. Ya no hay más lágrimas. Ya es hora de ejecutar el plan A: demostrar que nada de ustedes me gusta.