La vida diaria con mis nuevas hermanas Vol 1

Prologo

La vida puede cambiar radicalmente de un momento a otro.

-Les presento a mis hijas. Mis más grandes orgullos

-¿Eh? Tu eres…

La chica de coletas y cabello rojo expreso su sorpresa amplia y abiertamente, para luego, apartar la mirada con desdén.

-¿Lo conoces Akiko?

Pregunto curiosamente entre susurros la belleza de cabello plateado a su lado.

-…

-…

Junto a ambas chicas, se encontraba otro par mas. Estás eran rubias y muy similares entre si. Se tomaban de las manos mientras nos observan en silencio.

-Escuchen. Ya les había hablado de ellos. Son hijos de un muy buen amigo mío que lamentablemente falleció y a partir de ahora, también formarán parte de la familia. Veanlos como una nueva hermana y un nuevo hermano

El silencio se hizo presente en la habitación. Las reacciones de las chicas fueron variadas. El caos estaba por estallar. La única pregunta que quedaba era quien sería la persona que tiraría la primera bala.

Cómo dije, la vida puede cambiar radicalmente de un momento a otro. Nada está asegurado y nada dura para siempre.

Tanto mi hermana como yo lo aprendimos más de malas de que de buenas.

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Mi nombre es Keita Ishigami. Tengo 18 años y estoy por entrar a la universidad.

Mi verdadero nombre es Keita Satou, sin embargo, adopte el apellido Ishigami aproximadamente hace un año, luego de que mis padres fallecieran en un accidente automovilístico.

Verán, yo solía creer que lo tenia todo en esta vida.

Fui bendecido con una buena apariencia física, lo que me aseguro popularidad, chicas y mucha gente que me seguía e idolatraba como si fueran borregos desde muy pequeño.

Todos siempre querían algo de mi y eso me volvió arrogante.

En la secundaria, iba de flor en flor. Saliendo con muchas chicas lindas sin siquiera tener que intentarlo.

Todas eran relaciones superficiales. Relaciones de una semana o dos y se acabó. No buscaba nada serio. Solo quería divertirme así que, comencé a salir con muchas chicas a la vez.

La adrenalina me gustaba. Estar con una mientras mensajeaba con otras 2 era una sensación muy emocionante.

Cuando estaban por descubrirme cortaba con ellas y seguía con la siguiente sin ningún remordimiento.

Recibí golpes, bofetadas, insultos. Hice llorar a muchas chicas pero siempre daba igual porque, todos seguían alabandome, no importa que hiciera o que tan horrible fuera, todos querían ser mis amigos y estar donde yo estaba.

En la preparatoria, me acosté con tantas chicas que perdí la cuenta.

Jugué con sus sentimientos solo por pasar un buen rato. Las engatusaba con mis palabras y las dejaba poco tiempo después cuando me aburría.

Me sentía un rey. Todos a mi alrededor eran mis súbditos y el mundo era mi castillo.

Mi vida era tan fácil que ya tenía un futuro asegurado en la empresa de mis padres.

Todos me querían y yo sería exitoso y feliz por siempre porque creía que era lo que merecía.

Sin embargo...

La realidad termino golpeándome en la cara con todas sus fuerzas. Mandándome a volar y haciendo que despertara de la ilusión en la que vivía constantemente.

Luego de la muerte de nuestros padres, me quedé solo con mi hermana menor, sin la más mínima idea de que debía hacer a continuación.

La empresa que nos heredaron fue robada por los socios y accionistas, quienes creían que un par de mocosos como nosotros solo estorbarían y usando engaños, me obligaron a firmar un contrato donde cedía el control total del conglomerado.

No teníamos ningún familiar cercano de quién apoyarnos y yo aún estaba en preparatoria por lo que no me darían ningún trabajo serio aunque lo intentará.

El dinero de la herencia se agotaba con rapidez. Los gastos seguían aumentando inexplicablemente sin importar lo que hiciera y al final, quedamos en la ruina total.

Estaba desesperado.

Tenia que encargarme de todo sin saber absolutamente nada de la vida. Ahora era el responsable de la familia y estaba totalmente solo, sin ninguna fuente de ingresos, sin dinero y sin la posibilidad de trabajar debido a mi edad.

Todo esté tiempo fui un idiota. Pensé que lo tenia todo cuando no tenía nada en realidad.

Viví cómodamente jugando con otros y ahora me estaba llegando el karma.

Pensé en morir muchas veces pero tenía que aguantar porque aún me quedaba un familiar al que proteger.

En lo más fondo del pozo, de repente brillo la luz cuando un señor canoso, de aspecto severo cuál mafioso pero con una gran amabilidad, se presentó como un amigo de nuestro padre y nos ofreció un sitió para vivir. Se ofreció también a pagar nuestra escuela e incluso nos adoptó bajo su apellido. El apellido Ishigami.

Alguna vez oí a papá mencionar algo sobre los Ishigami. Pero en ese momento no preste atención porque estaba demasiado ocupado ahogándome en mi propio ego como para que me importara lo que los demás me decían. Nuevamente fui un idiota.

El señor Ishigami nos alojo en un apartamento bastante lujoso en el centro de la ciudad. Nos dio un plazo de un año, es decir, hasta que yo me graduará, para decidir que hacer con nuestras vidas de ahora en adelante.

La situación se había estabilizado por el momento.

Fue entonces que me di cuenta de lo destrozado que estaba emocionalmente.

Pase tanto tiempo preocupado por qué hacer que ni siquiera tuve tiempo de llorar la muerte de mis padres. Tarde casi dos meses en soltar todo el llanto que tenía acumulado.

Airi, mi hermana menor, y yo, visitamos la tumba de nuestros padres para mostrar nuestros respetos y fue ahí que al fin me decidí. Esta vez no iba a confiarme de la situación actual.

Puede que todo parezca resuelto, pero en realidad tenemos un plazo de tiempo y debo ver por nosotros una vez que ese plazo termine.

Airi aún estaba en primero de preparatoria así que debía tener en cuenta todos los futuros gastos de su colegiatura. También debo buscar un sitio barato donde vivir, una forma de pagar los servicios básicos, comida, ropa y, de preferencia, tener ahorros por cualquier cosa que pueda surgir de repente.



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En el texto hay: amor, harem, vida cotidina

Editado: 08.10.2025

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